La puñetera manía de consejos vendo que para mí no tengo se
ha apoderado, otra vez, del máximo ejecutivo del Banco de España.
Pues no va, el
cara-lechuguino que dirige el cotarro y suelta que los españoles deberíamos
ahorrar y después se queda tan ancho. Claro que, posiblemente, estaría
reflexionando en voz alta y dándose el consejo a sí mismo porque, por si no lo
sabéis, cara-lechuguino gana más pasta que el mismísimo presidente del
gobierno.
La verdad, yo estaría
por hacerle caso a cara-lechuguino y ahorrar. Pero, para ello, pongo una condición: que los del Banco de España cumplan con el trabajo que
tienen encomendado y supervisen de forma eficiente y suficiente. Y, llegado a
este punto, le recuerdo a cara-lechugino que al Banco de España se le podría acusar
de connivencia en el robo a mano armada que se produjo en el asunto Cajas de
Ahorro en el que los españoles fuimos expoliados por valor de 60.000 millones
de euros.
Así que,
cara-lechuguino el día que me devolváis lo robado te prometo que empiezo a
ahorrar. Pero como a lo mejor esto a cara-lechuguino le parece poco, le
recuerdo otra batallita también perpetrada por la institución que
preside.
¿Recuerdas,
cara-lechuguino, la negligencia cometida por el Banco de España que, por nula
supervisión, no reconvino a ningún ejecutivo de caja alguna por los enormes
emolumentos, dispendios e indemnizaciones que recibieron?
Pues eso, volvemos a lo
que te dije antes: cuando devuelvan el dinero avisa, que yo empiezo con lo del
ahorro con lo que me vayáis domiciliando. ¡No te jode!
Eso por no hablar de
las penas de cárcel de las que se libró tu antecesor, otro también dado a los
consejos, y otro que tampoco se enteró de nada. Así que, cara-lechuguino, mejor
te callas que, al menos, callado no resultas tan sumamente ridículo.
Y es que, ya está bien,
ya estoy harto de que salgan a la palestra personas, que de “tipiños” no pasan,
a darnos consejitos. Porque es lo de siempre, lo que decía al principio: consejos vendo que para mí no tengo.
Y es que, lo reconozco:
a mí la gente que va por la vida dando consejitos, cuando las
instituciones que presidente actuaron
con absoluta negligencia causando miles de millones en pérdidas, lo único que
consiguen de mí es sacar mi vena Robespierre.
¡Cago en…! Voy a por el Cetme, vuelvo ahora.
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