Houston, tenemos un
problema. Un problema de control. Y ante él, los ciudadanos deberíamos demandar
responsabilidades, y en caso de no ser atendidas, exigirlas. Porque las leyes,
en algunos casos, están obsoletas. Hay que adaptarlas al tiempo, a las
circunstancias y a los modos actuales. Y no, no voy a hablar del desgraciado
desaguisado que han montado unos magistrados y que tanta alarma social han
creado con su proceder. Voy a hablar de otros que, por desgracia, suceden con
la misma frecuencia y que tampoco nadie entiende. Estoy hablando de la
corrupción. De la forma de combatirla y de la necesidad de reformar el Código
Penal para facilitar la acción real de la Justicia.
Propongo, para los
casos de corrupción, la figura de Prisión
permanente revisable.
Con una variante,
revisable a favor del reo. De tal forma que si una persona, en función de su
cargo, o de lo que sea, roba dinero público, sea obligatoriamente juzgada con
la máxima celeridad, y no como ahora que los juicios se demoran décadas, y si
fuere condenado cumpliera íntegramente toda la condena sin tener derecho a
ningún tipo de reducción habitual. Con una excepción. Si devuelven lo robado
recobran sus derechos y pueden reclamar las reducciones a los que hubiere
lugar.
Lo demás, creo yo, son
mandangas que no nos benefician en absoluto. Porque mientras entre este tipo de
chorizos se tenga la impresión de que el delito sale a cuenta esta batalla está
perdida.
Y si no me creéis mirad
los casos. Son un clamor y son cientos. Roban millones de euros y cumplen
¿cuánto, un par de años? Eso en el mejor de los casos. Porque también son
amnistiados por el gobierno de turno (cosa ésta que, por cierto, se carga la
tan cacareada separación de poderes que nos venden). Sin embargo, nosotros los robados (las
víctimas) nos quedamos sin el dinero y después encima tenemos que ver como el
coche oficial de turno los va a esperar a la salida del trullo.
Así que, menos prometer
y más hacer. Para el corrupto Prisión
permanente revisable. Dejémonos de zarandajas y exijamos lo que es nuestro.