Últimamente, en
nombre de no se sabe muy bien qué, se ha
puesto de moda practicar la intolerancia—. Aunque, si tuviera que ser preciso,
convendría matizar y decir que tal costumbre nunca nos abandonó —. Todo el
mundo cree tener razón, y todos al igual que el cenutrio común (del que se
nutre) aluden a “su verdad” cuando
mienten. Hablo de los políticos. Si os fijáis os daréis cuenta de que todos
dicen lo mismo, pero al revés. ¿Qué dicen los del Psoe cuando el PP pacta con
Ciudadanos y con Vox y le arrebatan la caja fuerte de alguna Comunidad? Esto es vergonzoso. Alianza de perdedores.
Trifachito. ¿Qué dicen los del Pp cuando el Psoe pacta con Podemos y con Bildu?
Vergonzoso. Esto es intolerable. Sánchez rompe España. Y tararí que te vi. Ante
lo cual me pregunto: ¿no son legales esos partidos políticos? Viendo la
reacción que tienen se diría que no porque, en ambos casos, los unos y los
otros hacen lo mismo. y se arrojan los mismos argumentos a la cabeza. Está
claro que nosotros no tenemos más opción que aceptarlo de igual manera que
aceptamos el cinismo de Maroto, y la caradura de todos los que le criticaron
por empadronarse en no sé dónde, cuando todos hacen exactamente lo mismo cuando
les da la gana y cuando les conviene. ¿Necesitáis que ponga ejemplos? Vale,
mirar para Marlaska. Pero lo peor de este vodevil no es eso. Lo peor viene
cuando los que ejercen la crítica dan un paso adelante y se convierten en comisarios
políticos. El drama empieza cuando, en nombre de no se sabe qué, se cancelan actuaciones de artistas por el mero hecho de no ser del agrado de
alguien. En ese momento es cuando se
visualiza mejor que nunca que los políticos, sean del signo que sean, se
han convertido en comisarios políticos, que gustan de ejercer la censura y que
guardan un castigo para todos los que no sean de su cuerda. Lo hizo el Pp en
Aravaca cuando prohibió un concierto de
Luis Pastor, y lo ha hecho Podemos y Bildu en Bilbao con la colaboración
necesaria del Pnv. Y que conste que
tampoco me estoy rasgando las vestiduras. No hablo de nada nuevo. Sé que antes
lo hacían incluso de forma más zafia si queréis, pues todos sabíamos que cuando
gobernaba Aznar, Noma Duval se convertía en diosa y que cuando lo hacía el Psoe, a Ramoncín lo hacían presentador de algo. Pero,
lo de ahora, lo de pasar de crítico a Comisario Político. No sé. Creo que la
cosa se está saliendo de madre entre los aprendices de Goebbels. Aunque, no sé
de qué me extraño, cuando desde la
glotona UE se dedican a practicar el nazismo y a nadie parece importarle nada.
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