¿Quién controla los medios?


"El único punto en el no hubo consenso para firmar el código ético de las empresas de Ibex-35 fue el de hacer pública su inversión en los medios de comunicación", ha revelado Mar Díaz Varela, de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)”.
Fuente: Público. Título del artículo: ¿Quién controla los medios? No quieren que lo sepas, pero hay modo de rastrearlo. Autor: Carlos del Castillo.
Cuando hablo de estas cosas los más ingenuos suelen tomarme por un conspiranoico y ojalá, pero está tan a la vista que el papelón que tiene encomendado la prensa en este vodevil llamado realidad, que aquél que no se dé cuenta es porque mira para otro lado y porque consiente.
La prensa, por lo general, está al servicio del poder. Son los encargados de hacer digerible el caldo gordo que a menudo nos ofrecen los gerifaltes. Porque la prensa es oscurantista, de parte y encima está en manos de oligarcas, multimillonarios y banqueros en general. Y, como es natural, con semejantes mimbres es imposible hacer un cesto informativo veraz y creíble.
Siempre hay intereses que atender.
Pero como a menudo una cosa se entiende mejor con una ilustración, os voy a poner un ejemplo palmario de que tal cosa es así:
Veréis, la cosa empieza tal que así:
El actual Gobierno en funciones lleva varios meses sumido en una campaña que llamaremos Maniobras de distracción. Unas veces utilizan el tema de la exhumación de los huesos del Generalísimo con gran éxito, otras abusan del off the record con los periodistas amigos de cara a esa campaña de soterramiento que mantienen con Podemos y otras utilizan la vía de tocar los cataplines a los ciudadanos. Todos los que hasta ahora han alcanzado el poder se han comportado de la misma manera. Por la última vía mencionada, la de tocar los perendengues al personal, ayer se nos hacía saber por boca de Ábalos, Ministro de Fomento y hombre fuerte en Psoe y Gobierno, que su ministerio está estudiando implementar un pago simbólico para las autovías ahora gratuitas.
La propuesta, en realidad otra ocurrencia, cosechó pitos y palmas. Pitos entre los ciudadanos y palmas entre los palmeros que vienen siendo habituales.
¿Y quiénes son los palmeros habituales de los que hablo?
La prensa.
Veréis, hoy El País, brazo armado del Banco de Santander, nos hace saber que la medida que propone Ábalos es algo acertado. Es más, dicen que dicha medida ayudaría al mantenimiento de las autovías y no sé cuántas cosas más.
Tengo la impresión de que para El País, ¿o es para el Banco de Santander?, que los ciudadanos apoquinemos cada vez que utilicemos una de estas autovías es una buena idea. Y la verdad, no me extraña que digan tales cosas, y que para defenderlas utilicen la artillería pesada del periodismo. Al fin y al cabo, tanto el Banco de Santander, como los demás oligarcas de todo a cien que hay en este país, sienten el inexcusable deber de echarle un capote al gobierno en cuestiones en que, como esta, son los primeros beneficiados.
Favor con favor se paga, y si además desde el Gobierno se firman contratos que dicen que el Estado se hará cargo de las autovías que no den beneficios y que los dueños serán indemnizados convenientemente y a satisfacción, cosa que, ¡en qué cabeza cabe!, también parece necesario ayudarles escribiéndoles una editorial favorable a la ocurrencia de Ábalos.
Al fin y al cabo… El caso es quedar bien, y demostrar que El País tiene en plantilla a los mejores periodistas pamplinas de este país.
Consideración final:
La falta de transparencia que sufrimos en Europa sobre algo tan importante como saber quién está detrás de los medios de comunicación es tan brutal que, a veces, tengo la impresión de que los políticos de la UE viven encastillados con nuestro consentimiento en la Edad Media y de que nosotros no somos ciudadanos, somos súbditos.




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