¿Quién está detrás de la puñetera pandemia?


El que lo entienda que me lo explique, por favor. Porque, sinceramente, yo no lo entiendo. No entiendo ni lo que pasa ni por qué pasa. ¿Alguien lo sabe?  ¿Cómo es posible que un virus, que parece menos letal que el virus de la gripe común, se haya convertido en una pesadilla que atemorice al mundo mundial? ¿A qué se debe la reacción desmesurada, a mí modestísimo entender, de la gente? ¿A desconfianza, a  qué nos estén mintiendo, al miedo a qué haya algo detrás que no nos dicen, a qué, a qué se debe toda esta paranoia? ¿O acaso estoy exagerando al usar la palabra paranoia? ¿Qué está pasando? Agotadas las mascarillas, que no valen para nada, agotados los líquidos con los que lavarse las manos, y digo yo: ¿por  qué no os laváis con aguarrás?, y agotados todos los suministros médicos o paramédicos que necesitan los profesionales. Eso sí, el miedo no se agota ni de coña. Parece que va a más. Se propaga más rápido que el virus. Lo alcanza todo. ¡Nos vamos a morir todos!, oigo decir por ahí. Y sí, estáis en lo cierto. De morir no se libra nadie. Al menos, de momento. Que los yanquis están trabajando en ello. Ándele. Después están los teóricos, los conspiranoicos, los propaladores, algunos sin siquiera enterarse, de noticias falsas y de bulos diversos. ¿Quién gana con tanto auto de fe exagerado, a quién beneficia la cuestión?, se preguntan los urdidores de teorías. En definitiva, ¿quién está detrás? ¿Los americanos, el imbécil de Trump, el hijo de la gran puta de Putin, la dictadura china? ¿Quién? ¿Los israelís, la Cia el Mosad, su puta madre? ¿Quién más? Si yo lo supiera... El caso es que no hay mascarillas, el caso es que no tengo líquidos con los que lavarme las manos y el caso es que lavarme con lejía no me va muy bien para  el cutis. Y claro, me pongo de mala leche. Me descamo y se me sube la bilirrubina. ¡Ya podía subirse otra cosa, mecagonsoria! Vale, lo voy a decir, para que lo sepáis. ¿Sabéis quién está  detrás de toda esta mierda? Pues, los chistosos habituales. Qué, ¿no? Ellos son los grandes beneficiados. Los que envían memes, gifts, stickers, fotitos graciosas y textos apocalípticos. Vosotros sois los culpables, graciosos, de la propalación del virus del miedo. Así que, ¡que os cunda! Espero que hayáis conseguido muchos likes, pero si os digo la verdad, si os comprarais un barranco y os tirarais por él no os iba a echar de menos. ¡Qué plaga! Hala, besitos  y no os olvidéis: el caso es tener salud y no llevar un golpe. Vamos,  de toda la vida.

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