ABIERTO EL PLAZO DEL CONCURSO-OPOSICIÓN DE PEDIGÜEÑO.

A veces ocurre que una buena idea se transforma en una pesadilla. Uno de los casos más palpables ocurrió en la España del nunca jamás, allá por los tiempos en que todo el campo antes orégano se convirtió en crisis.
Las autoridades trataron de enmendar el desaguisado. De tal suerte que lo que hasta ese momento se dejaba al albur del más listo paso a ser organizado por los ayuntamientos, con el consentimiento de las comunidades autónomas, y éstas a su vez observadas por el gobierno central.
Estaba en cuestión la creación de multitud de puestos de trabajo. Se trataba de regularizar, organizar y distribuir entre la población los múltiples puestos de pedigüeño postulante de nueva creación.
En principio el espacio de reordenamiento elegido para ser puesto en valor (según propias palabras de los políticos del ramo) fueron los de las iglesias. Se hizo un sesudo estudio de mercado encargado a tal fin a una empresa de mercadotecnia. La cúpula dirigente de dicha empresa privada subcontrató una brigada de zapadores-entrevistadores, y comenzaron la prospección del mercado en busca de un nicho solvente en el que pudiera desarrollarse de forma adecuada la nueva actividad económica.
 El veredicto de la contrata que contrató a la subcontrata fue tajante: es obvio que es posible. Incluso deseable. ¡Coño, cómo no se le había ocurrido a nadie antes!
Esa fue la conclusión más importante a la que llegaron. El informe de tres mil páginas, que incluía gráficos y citas de personajes célebres que habían acabado sus vidas como ilustres pedigüeños obró el milagro de los panes y de los peces, pero en versión “dame algo, por favor”, y la idea echó a andar.
Se abrió un concurso de méritos, se elaboró un grueso temario para el concurso-oposición, y se convocaron las plazas de pedigüeño titular, pedigüeño ocasional, y pedigüeño de fin de semana. Para hacer la oferta más atractiva e irresistible incluyeron vacaciones, cotizaciones a la seguridad social, bajas maternales e incluso se contempló la posibilidad de entrar en la dirección colegiada de templos, iglesias y catedrales que previamente hubieran suscrito el acuerdo de colaboración con su ayuntamiento, con su diputación, con la comunidad autónoma de su demarcación regional o con Paquito, su vuecencia, obispo delegado por el Estado vaticano, y encargado de velar por el cumplimiento de la moral escrupulosamente.
Los opositores además de superar la prueba teórica tenían que demostrar alegría, buenas maneras, y don de gentes en el trato con el público en general y con el feligrés en particular. Vestir de forma adecuada al cargo, y observar vigilia de higiene. También se valorará el uso de corbata en los hombres y de traje chaqueta en las señoras. Y el uso de frases como “Buenos días, señora, sería usted tan amable de darme un óbolo para hacer de mi una persona decente y honrada a carta cabal” puntuarían con dos puntos. Las frases podían ser acumulativas, y podían ser incluidas en el currículo de todos los demandantes. Si se alcanzaba la máxima puntuación de diez puntos el ganador tenía derecho a una bacinilla de color.
Las iglesias más solicitadas fueron la parroquia de los Jesuitas y la de los Franciscanos. Por contra casi nadie se presentó al concurso-oposición de la Catedral de Santiago de Compostela. Los requisitos eran altísimos, y eran muy pocos los que estaban en disposición de reunir todos los méritos solicitados. Español, gallego, inglés, francés, bávaro, máster en relaciones vaticanas, título superior y además se valoraría experiencia previa en genuflexiones, novenas y vidas de santos.
Sólo un aspirante de Porriño, provincia de Pontevedra, se presentó. Era ingeniero industrial, número uno de su promoción, doctor cum laude, y había trabajado con anterioridad en Berlín, Londres, Paris y Madrid, poniendo copas en diversos pubs donde también había sido instruido en el uso de escoba, mocho y bayeta. En Londres había adquirido espontáneamente la destreza en el llenado de pintas. Era educado, frugal y gay por lo que encajaba a la perfección en el perfil que buscaba el deán, subdelegado del nuncio delegado al efecto.
Se crearon miles y millares de puestos de trabajo sólo con la imaginación, y tanto los pedigüeños titulares, como los ocasionales o los que tenían turno de fin de semana, se mostraron encantados de tener al fin un puesto de trabajo con el que poder sostener a sus familias.

Y como todo el país estaba en campaña electoral se dio por inaugurada la idea, y se apuntó el éxito en el haber de la marca tour España: haciendo el gilipollas desde 1936.  

DE LA BARAKA DEL CAUDILLO A LA DE PODEMOS.

Del Caudillo decían que tenía baraka (en árabe suerte providencial), y los herederos naturales del Caudillo, los peperos del PP, ahora atribuyen su baraka a las reformas estructurales que realizaron durante la primera legislatura del gobierno de don Marrano. Nos salvaron del rescate, del desastre y de la derrota.
 Abandonaron a su mala baraka al pueblo español, y se concentraron en auxiliar a la banca. Y después de miles de millones dilapidados en el sector financiero que jamás volverán a las arcas de todos los españoles, y de abandonar a su suerte a la población, vemos como los votantes siguen eligiendo (al menos eso dicen las encuestas), al PP como partido hegemónico, e incluso lo sitúan al borde de la mayoría absoluta.
Cousas veredes, Sancho.
Al votante, parece ser, que le es indiferente que bajo el gobierno del PP España haya pasado del intento fallido de marca España, al Sálvame político. Todos los días casos de corrupción, y todos ellos protagonizados siempre por los mismos actores. Por ellos, por los políticos.
Enfrente, en la oposición, no hay nadie. “La Casta” gobierna a sus anchas, y entre todos se reparten el dinero sobrante del austericidio merkeliano, mientras que para nosotros dejan el pago de los intereses del principal. Y es que en España jamás se pone el sol para estos mangantes. Tenemos un Presidente de Gobierno que cobraba sobresueldos, y bien se podría decir sin caer en la exageración que del Rey para abajo todos son corruptos. Santiago y cierra España.
Todo acaba en los juzgados, y como sigamos así allí también acabaremos depositando la papela del voto.
El fraude de las promesas electorales se ha extendido a todos los partidos políticos que viven de las subvenciones, del dinero de los ciudadanos, y del BOE.
La Iglesia, todas las iglesias, subvencionadas con dinero público en un estado laico. Las quiebras de los ladrones de las finanzas socializadas en un Estado gobernado por unos señoritos que caminan hacia el nacional-socialismo con paso marcial.
Y para luchar contra todo esto salta al albero el espontáneo súper héroe de la coleta quién acompañado de su cuadrilla, el monosabio Errejón, y el banderillero bolivariano Monedero, son tres de las figuras principales en las que Podemos confiar. Empezamos a ver los quites: más de lo mismo. Pero en versión reseteada de lo anterior. Nosotros somos cátaros, ellos infieles. Cuestión ésta que una vez traducida quiere decir:
 Ellos son “Casta” y nosotros “Caspa”. O sea, no es lo mismo que es igual.
Declaran que no son de derechas ni de izquierdas. Ni azules, ni rojos. Contra el mal la hormiga atómica, pero ahora con coleta. Y para ir abriendo boca más encuestas. Podemos aupado a competir contra el binomio de Newton. Podemos con el eslogan electoral que cantaba María Jesús, la del acordeón: “pajaritos por aquí, pajaritos por allí…”.  Podemos puede prometer y promete, que si gobierna, España va a volver a ser lo que fue antes: Benidorm.
Eso sí, sin perder de vista al tarro de las esencias, porque como no son de derechas, ni de izquierdas, ni rojos, ni azules, ni chicha, ni limoná, los de Podemos están a un tris de desvelar cuál es el sexo de los ángeles.
No es de extrañar. Tener en cuenta que Madrid, capital del reino, es la única ciudad del mundo que tiene una estatua dedicada al ángel caído.
Está en el parque de El Retiro donde también hay un Palacio de Cristal.


CINCUENTA SOMBRAS DE BREY.

Película no, peliculón. Estos días en el Congreso de los Diputados proyectaron “Cincuenta sombras de Brey”. En el papel principal el todavía Presidente del Gobierno, don Marrano Rajoy y como víctima propiciatoria del aquelarre el Pueblo Español. Azotes, látigos y esposas. Don Brey en su salsa. Argumento: dar por culo. En papeles secundarios pudimos ver a: Perico de los Palotes Sánchez, Rosa Díez y Alberto Garzón. Grandes secundarios de la vida pública española. Con pase de clac asistieron todos los mamporreros de los partidos, incluyendo a Soraya, Floriano y un tal Hernando, y como público la señora del señor Brey acompañada de Loly de Cospedal, madame de Hierro y el Presidente del Senado que continua de vacaciones.
El argumento, mal. Como siempre. El actor principal, galán de la estadística, no convenció a nadie que no fuera de casa convencido. La oposición diciendo lo mismo que dicen las redes sociales, Toni Cantó haciendo muecas, y doña Celia Villalobos pasando de nivel en el juego del Candy Crush.
Los demás comparsas leyendo el periódico que es otro juego pero mejor visto, y que escandaliza menos; y todos ellos atentos, por el rabillo de los ojos, al enfoque de las cámaras.
A la hora de almorzar alcanzaron la unanimidad. Primero, segundo y postre. Enmienda aprobada. Más tarde, ya en el sillón cama, siesta y un gin tonic en el ambigú subvencionado con precios low cost que ayude a los alimentos a hacer la digestión.
Al terminar la trilogía de jornadas los sagaces periodistas hacen balance. Para El País y El Mundo el ganador, claro e indiscutible, fue el señor Perico de los Palotes Sánchez, rebautizado con el alias de El Patético. Para todos los demás, ABC, La Rázon, La Voz de Galicia y demás Hojas Parroquiales que en España se editan con el dinero de todos, el oscar goes to fue  para al señorito Brey, don Marrano por su casa y Señor del Registro de Santa Pola.
A don Brey lo tuvieron que doblar en las escenas de tálamo y en las de ósculos porque salpicaba hasta las cámaras. El realizador se regodeó y dio lo mejor de si durante las secuencias de látigo. Primeros planos, lengua húmeda y bragueta a puerta gayola. Don Brey en salsa de holograma aderezado con perejil de folio escrito. Figuración pagada, derecho a coche con mecánico, dietas y kilometraje a cuanta de la Compañía, Una, Grande y Libre. Marca España.
Y para finalizar, don Brey, cogió a doña Viruka y juntos se alejaron camino del helicóptero privado.
Fueron felices y si no comieron perdices fue porque las tienen aburridas, pero dormir no durmieron un Rato, lo hicieron toda la noche del tirón, y al día siguiente otra vez la misma banda sonora poco original: no me des trigo, llámame Rodrigo, silbaba don Brey. Y más de cincuenta sombras aplaudían la ocurrencia.



LAS AVENTURAS DE MARRANO EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS.

Si sois de los viciosos y ayer visteis el ¿debate? del Estado de la Nación, una tragicomedia en varios actos, tuvisteis la ocasión de comprobar, una vez más, que nuestro querido y amado presidente, es como Alicia, y se comporta como si España fuera el país de las maravillas, pero en versión Marrano, una sombra de Brey.
Lo que no tengo tan claro es que personaje de Lewis Carrol representó exactamente. No sé si se travistió de Alicia, de El Sombrerero, de la Oruga azul, del Gato Chesiere o del más socorrido para él de Reina de Corazones. Aunque lo que es seguro es que, como siempre, sacó a Conejo Blanco de su chistera, y con el se adornó.
Porque nada hay más alejado de la realidad que un discurso de don Marrano Rajoy presidente de la ínsula Barataria que es Spain. Este presidente, al igual que todos los presidentes, siempre utiliza el Conejo Blanco de las estadísticas en beneficio propio. Otro clásico.
Después viene lo de las promesas, y después del después llegará el digo Diego, donde dije toma trigo.
En los peores momentos de la crisis escuché a todos los líderes políticos asegurar que ellos no podían generar empleo porque tal negociado era exclusivo de la patronal o de los emprendedores. Sin embargo cuando llegan las grandes ocasiones, y las papeletas electorales están impacientes de urnas, cambian de opinión y dicen todo lo contrario. Pasan de reconocer, a modo de disculpa, que ellos poco o nada pueden hacer por la creación del empleo al puedo prometer y prometo como parada y fonda.
 Ahora prometen, nada más y nada menos, que la creación de TRES MILLONES de puestos de trabajo. Eso sí ponen, como condición de obligado cumplimiento, que la gente los siga votando. E incluso llevados de su desfachatez dicen que si los votados no son ellos, el país será un caos bolivariano.
O sea, lo de siempre, o nosotros o el caos.
Marrano Rajoy ayer se convirtió en Alicia en el país de las maravillas. España camisa blanca de su esperanza. Y con la ayuda de una legión de mamarrachos del Estado, oposición de mucho mérito y de gran dificultad, aseguró que él nos había salvado del desastre, que España iba bien, y que aún va a ir muchísimo mejor. Lo dice Marrano, te alabamos señor.
Para pasar del no “poder hacer nada” al “poder hacerlo todo” sólo se requiere una circunstancia: que haya elecciones. De no tener dinero a gastarlo a manos llenas en autobombo y publicidad engañosa sólo es necesario que las urnas vuelvan a los colegios electorales. Del bache al parche por el milagro del alquitrán de la campaña. Y así en todo.  Del asesinato consciente pasamos al homicidio con atenuantes de la hepatitis C, vía BOE. Antes no se podía, ahora sí. Por la gracia del Gran Marrano, con los parabienes de la cúpula de trincones que hay en todos los partidos políticos que en este mundo son.
Claro que después, cuando hayan vuelto a ganar, se volverán a olvidar de todo lo prometido, harán lo que tienen que hacer, y mangonearan todo lo que tengan que mangonear, para mayor gloria de Ángela Mérkel, de la Troika y en honor de San Sobresueldo, patrón de la mamandurria.



EL TATUAJE.

No son pocas las personas que en su fuero interno esconden un deseo  e Hipólito García no era una excepción. Porque Hipólito, a quién todo el mundo, y durante toda su vida, había llamado Hipo, tenía un capricho que había permanecido largo tiempo aparcado en el fondo de su memoria.
Po esa razón un buen día se dirigió a un establecimiento muy alabado por su higiene, y renombrado por la calidad artística de sus trabajos, y se puso en manos del afamado grabador chino Cho Cho Lin.
Toda la vida había querido lucir un hermoso tatuaje. Lo había pensado bien, y al fin se había decidido. Le pidió al maestro tatuador que le hiciera uno bien hermoso, pequeño pero visible, para lucir en la parte izquierda de su cuello. Apenas una frase de tres palabras en alfabeto mandarín. Algo que, por increíble que parezca, estaba muy de moda entre la gente de su edad.
La frase elegida por Hipo, después de múltiples reflexiones consigo mismo, fue la siguiente: “te quiero mamá”.
Cho Cho Lin hizo un trabajo magnífico tal y como tenía por costumbre. Una hora después Hipo ya estaba en la calle luciendo la hermosa frase que había elegido como compañera de su vida. Un homenaje a su madre recientemente fallecida, y con la que siempre había estado extraordinariamente unido.
Se sentía bien. Se miraba al espejo continuamente. Se deleitaba viendo la frase y gozaba con ella. Era muy feliz.
 Desde que Cho Cho Lin había escrito 我的屁股 la vida le sonreía. Todo le salía a pedir de boca.
Por eso no le extrañó que los capitostes de su empresa un día le convocaran a consultas, y que le ofrecieran un destino dorado.
China era el sueño de todos los ejecutivos de la empresa para la que trabajaba. Sueldo duplicado, alta calidad de vida, gastos pagos, golf y todo tipo de prebendas.
Hipo que era un hombre decidido y soltero no se lo pensó dos veces. Estaba ante la oportunidad de su vida.
Aun no habían pasado ni quince días cuando ya estaba instalado en la capital china en un hermoso apartamento con vistas al rascacielo de enfrente. Cortesía de la Compañía.
Sólo había una cosa que no entendía. Desde el mismo instante en que había descendido por la escalerilla del avión empezó a notar las miradas de la gente. Miraban para su cuello y sonreían sin disimulo. Las chinitas lo hacían tapándose la boca con la mano y echando gorgojos de risa, y algunos hombres le mostraban la lengua y la deslizaban por los labios.
Un buen día, harto ya de la cuestión, se dirigió resuelto a su jefe, otro español de Mondoñedo, patria de Cunqueiro, quién al igual que él tampoco tenía ni repajolera idea de chino, pero que dominaba a la perfección el dialecto de la “retranca”.
 Se lo preguntó abiertamente: ¿oye, qué pasa con los chinos que me sacan la lengua a todas horas?
 El de Monforte lo miró de arriba abajo, y le contestó: ¿es que no ves la tele? Están echando a todas horas el anuncio del chico Martini, y los chinos son como los monitos de repetición. Ahora copian, ahora imitan. No le des más vueltas, cosas de los chinos o efectos secundarios del chop suey, vete tú a saber.
Por unos días Hipo aparcó el malestar y creyó a pies juntillas la explicación que le había dado su señorito, pero como el fenómeno continuaba, incluso después de terminada la dichosa campaña publicitaria, Hipo dedujo que algo raro ocurría que a él se le escapaba.
Se plantó ante su secretaria, una hermosa políglota taiwanesa, y le preguntó: por favor, Glo Tsu, dime ¿por qué los chinos me sacan la lengua?
Glo Tsu sonrió y le contestó: es por su tatuaje en el cuello.
 Bien bonito que es, contestó Hipo, dice “mamá te quiero”
Glo se echó a reír y le dijo: “disculpe, don Hipo, pero el tattoo no dice eso” ¿Cómo, y qué dice entonces?
El tattoo dice: “dame por culo”.





UN VECINO DE SESTAO.

Se lo había prometido Ángela Mérkel a Mariano Rajoy: Al desempleado número seis millones y medio le vamos a ofrecer como premio de consolación un mini job en Alemania.
El agraciado resultó ser José López Rodríguez, vecino de Becerreá y con domicilio en Sestao.
Interrogado don José por una afamada periodista contestó: estoy muy contento. Voy a ganar cuatrocientos pavos. Lo que no sé ahora es como voy a pagar la pensión de Franckfurt porque allí las salchichas dicen que están muy caras.
Cuando tal información llegó a oídos de nuestro querido Presidente éste le preguntó a un floriano del estado que pasaba por allí: ¿Oye, y yo, en el caso de José López Rodríguez, vecino de Becerreá, y avecindado en Sestao, no tengo opción de tanteo y retracto? El leguleyo contestó que si, que efectivamente así era. Y así fue como José López Rodríguez, vecino de Becerreá y vecino de Sestao, visitó la Moncloa para lo del tracto.
Al salir le preguntaron: ¿qué tal? Y él contestó: bien, gracias. Después fue a la estación del norte agarrándose el culo porque aseguraba que le dolía el  rectal.
Cuando llego a Alemania, nada más bajar del tren, fue recibido a pie de escalerilla por la mismísima Ángela Mérkel, presidenta de allí mismo. Se llevó al bueno de José López Rodríguez, nacido en Becerreá, y hasta hacía  un rato vecino de Sestao, al despacho y allí después de enseñarle un par cabezas de ciervos  que adornaban (un Valenciano, y el famoso tigre marsupial Cañete), se bajó las bragas y después de dejar que se impregnara el ambiente de aroma a cocido procedió a sodomizar, otra vez, a José López, que a esas alturas ya ni se acordaba del Rodríguez y menos de que había nacido en Becerreá y que un día se había avecindado en Sestao.
Firmó un contrato temporal por dos horas, el famoso mein chocho, y cuando finalizó se lo renovaron otro cuarto de hora más. José para celebrarlo se hizo el harakiri con la punta del bolígrafo después de escribir una breve misiva de agradecimiento.
La carta fue recibida por Mariano y por Ángela y decía lo siguiente: “…”.  Lo investiga el juez Ruz.



EL OTRO DÍA FUI A LA ALDEA.

El otro día fui a la aldea. Allí me encontré al Punkarra, mi viejo amigo de derrotas. Me dijo: “voy a pescar, ¿vienes? Desgraciadamente no pude ir. Estoy de luto. No pesco, no cazo ni voy de puticlubs. Cosas de la ética.
Al día siguiente lo volví a ver y le dije, ¿Qué, qué tal de pesca? ¿Entraron los calamares? Contestó raudo: No pesqué ni uno, mecagontodo. Pesqué una sirena. ¿Y eso, las sirenas no están en veda? No sé si están o no están, pero una picó la pota y me costó un huevo y la yema del otro sacarla. No me digas más, Pukarra. Ayer después de ir de pesca y viendo que no pescaste nada fuiste al puticlub Manoli y pescaste una merluza. Te la querías llevar a casa y nanay de la China. Que no, que no. Que fui al sitio de siempre, tú ya sabes, donde entran los calamares como los políticos a una mordida, pero esta vez en vez de calamar salió sirena. Qué dices. ¿Y cómo son las sirenas, Punka? Joder, ¿cómo van a ser? Como en las pelis. Está buenísima y en vez de piernas tiene una tremenda cola. ¿Te la comiste? Pero a ti qué carallo te pasa, ¿te crees que yo como seres antropomorfos o qué? No te ofendas sólo era un preguntar, Punk. Pues pregunta otra cosa o habla del tiempo o es escribe uno de esos coloutros de mierda que tú escribes. El caso es que no sé hacer con ella. Incluso llegué a echarle unos polvitos para aliñarla antes de hacerla a la grella y ella me dijo que quería más. ¡Ahh!, ¿pero habla? Joder si habla, qué vicio tiene. Habla inglés, la muy odalisca. No me entero de nada. Y entre eso, y en que además echa mucho de menos a un tal Thames, no sé que hacer con ella. Evidentemente, Punkarra, tienes un problema. Joder, ¿otro? Al parecer y depende como se mire, sí. Y de los que traen cola, además. Yo lo que estoy es en una disyuntiva, y disculpa que te lo diga así de claro. Ahora voy para casa y no tengo que comer. ¿Qué hago? ¿Me como a la sirena, la meto a puta en lo de Manoli o la pongo de mascarón de proa a la gamela? Piénsalo bien, hombre. Siempre puedes poner una escuela de sirenas y hacerle la competencia a la Manoli. Sí, o postularla a secretaria general de algo, al fin y al cabo, como entre meretrices anda el juego…



LA ESPAÑA DE LOS SINVERGUENZAS.

Francisco Verdú, Iñigo Mª Aldaz y Esteban Tejera. Sólo estos tres hombres no usaron las tarjetas blck de Caja Madrid. Todos los demás la usaron, algunos de forma ilimitada para satisfacer sus caprichos.
Pero, primero voy a deciros algo:
La remuneración de la alta cúpula de Bankia (Caja Madrid) equivalía al sueldo de los 4.500 empleados despedidos de sus puestos.
¿Y a cambio qué ofrecieron todos estos personajes a la entidad para la que trabajaban?
 Ah, si: LA QUIEBRA.
El señorito Blesa abrió la barra libre, y Rodrigo Rato, el ex Vicepresidente en el gobierno de Aznar, continuó con el caño libre.
A la hora de trincar todos iguales. Del PP a IU, del PSOE a UGT, de CCOO a la CEOE. Todos unidos por la tarjeta. O sea, todos implicados. El gobierno, la oposición, los sindicatos y la patronal. Todo el quién es quién de la política hasta la ceja de mamandurria.
He podido ver, y escuchar como los jefes de todos estos implicados trataban de echar balones fuera cuando no de proteger descaradamente a toda esta caterva de sinvergüenzas. Todos argumentando excusas falsas. Que si yo no sabía, que si el Pisuerga pasa por Valladolid, y que si patatín y que si patatán.
Todos metidos en la misma mierda. Todos sin ser denunciados por los partidos, por los sindicatos, por la patronal o por el mismo gobierno. Al contrario. A todos ellos trataron de protegerlos en la medida que fue posible, y hasta el límite de lo imposible.
Hasta que llegó un juez, otra vez un juez, y los chinchó a todos. A todos dejó el magistrado con el curo al aire, y con las desvergüenzas expuestas al público. Y aún así hubo quién siguió en la defensa numantina del imputado, y sólo se echó a faltar en este sainete a un fiscal que les echara una mano al igual que tienen por costumbre hacer cuando de la Casa Real se trata.
Es sabido que al PP si le va mal en un  juicio no cambia de abogado, cambia de juez. Es sabido, corroborado y publicado que la política está corrompida por el dinero, que los sindicatos son unos paniaguados y que a los de la CEOE lo único que les interesa es el dinero. El de ellos, claro. El que después esconden en Suiza, patria querida.
Las tarjetas servían para todo. Viajes, grúas, puticlubs, lencería, bebidas, puros… de todo. Incluso en farmacia. Porque a Arturo Fernández, chatines el actor no el, otro (uno que es más requete feo) pasaba a menudo por la botica a comprar lo suyo. 108 euros de aspirinas (le dolía mucho la cabeza). Justo lo que cuesta, por si no lo sabéis, el Cialis, y que sirve para eso, para que no te duela la cabeza. La cabeza del nabo, claro.
Y, hala, dale a la aspirina. O el Díaz Ferrán que se gastó de una sola tacada 2.000 pavos en lencería. Joder, el monas éste debe estar solicitadísimo allá por Soto del Real. Desfila todos los días en Pasarela Pinreles.