UN VECINO DE SESTAO.

Se lo había prometido Ángela Mérkel a Mariano Rajoy: Al desempleado número seis millones y medio le vamos a ofrecer como premio de consolación un mini job en Alemania.
El agraciado resultó ser José López Rodríguez, vecino de Becerreá y con domicilio en Sestao.
Interrogado don José por una afamada periodista contestó: estoy muy contento. Voy a ganar cuatrocientos pavos. Lo que no sé ahora es como voy a pagar la pensión de Franckfurt porque allí las salchichas dicen que están muy caras.
Cuando tal información llegó a oídos de nuestro querido Presidente éste le preguntó a un floriano del estado que pasaba por allí: ¿Oye, y yo, en el caso de José López Rodríguez, vecino de Becerreá, y avecindado en Sestao, no tengo opción de tanteo y retracto? El leguleyo contestó que si, que efectivamente así era. Y así fue como José López Rodríguez, vecino de Becerreá y vecino de Sestao, visitó la Moncloa para lo del tracto.
Al salir le preguntaron: ¿qué tal? Y él contestó: bien, gracias. Después fue a la estación del norte agarrándose el culo porque aseguraba que le dolía el  rectal.
Cuando llego a Alemania, nada más bajar del tren, fue recibido a pie de escalerilla por la mismísima Ángela Mérkel, presidenta de allí mismo. Se llevó al bueno de José López Rodríguez, nacido en Becerreá, y hasta hacía  un rato vecino de Sestao, al despacho y allí después de enseñarle un par cabezas de ciervos  que adornaban (un Valenciano, y el famoso tigre marsupial Cañete), se bajó las bragas y después de dejar que se impregnara el ambiente de aroma a cocido procedió a sodomizar, otra vez, a José López, que a esas alturas ya ni se acordaba del Rodríguez y menos de que había nacido en Becerreá y que un día se había avecindado en Sestao.
Firmó un contrato temporal por dos horas, el famoso mein chocho, y cuando finalizó se lo renovaron otro cuarto de hora más. José para celebrarlo se hizo el harakiri con la punta del bolígrafo después de escribir una breve misiva de agradecimiento.
La carta fue recibida por Mariano y por Ángela y decía lo siguiente: “…”.  Lo investiga el juez Ruz.



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