Por
lo que cuentan hoy los periódicos, Queipo de Llano ganó ayer las elecciones en
Andalucía.
Para celebrar tan grata noticia, los seguidores
del carnicero llegado a general peregrinaron
a la Basílica de la Macarena y puestos de rodillas ante tumba tan sagrada
juraron que jamás nadie osaría a remover al asesino de puesto tan meritorio.
Se
sabe que el castellano Casado, que el catalán Rivera y los machotes de Vox,
acompañados por un grupito de asesinos de animales, a los que eufemísticamente
en España llaman toreros, firmaron el acuerdo inspirados bajo los efluvios que
dicho morlaco desprende.
Liberados,
pues, de sus malas conciencias y después de casi 40 años de ausencias tan
sentidas, el cortijo regresa otra vez a las manos de los señoritos. El ricito
jerezano, mohoso y aceitado, vuelve a asomar por el cogote de esos gabanes.
Los
que van a ser expropiados lloran la pérdida del momio por las esquinas, y sin
siquiera admitir ninguna de las tropelías cometidas en los últimos tiempos, aúllan
cual si ratas fueran viendo la hora de saltar del barco.
Pero
antes que todo eso sucediera, Susana Díez, conocida popularmente por Gusanita o
por Mula Francis (dependiendo de los territorios de esta basta España), declaró
por escrito que sólo tenía una cuenta muy vulgar y muy corriente con un saldo
de 80,69 €.
Y
aunque después, en la letra pequeña, también aparecía una vivienda de 14.212 €
de valor catastral y 30.000 € más en un depósito bancario la cosa seguía antojándose
fruslería o en lenguaje empleado por ellos “mamandurria”; y si no llega a haber sido porque remató la osadía
declarando otro inmueble de 5.274€ y un crédito hipotecario al 50% por valor de
89.014€ ni habríamos reparado en tanta mentira.
Escasos
y mezquinos parecen los haberes de Gusanita si tuviéramos que creerla, pero
como tampoco hay motivo para acometer
semejante auto de fe, lo mejor será pasar página a estas historias para
no dormir con las que políticos tienen a bien deleitarnos cuando hablan de sus
patrimonios y de sus líquidos imponibles.
Además,
después nos enteramos de que éste, aquél o el de más allá descubrieron las bondades de la
ingeniería fiscal, la de los testaferros y la existencia de las compañías
opacas radicadas en paraísos fiscales o que, simplemente, siguen tirando de la
nómina de parientes, primos y cuñados como han hecho los mangantes toda la vida
para despistar a los incautos y encubrir sus desfalcos.
Sea
como fuere, el caso es que después de 40 años el PSOE ha sido expulsado a
patadas en el culo del paraíso que creía en usufructo. La teta tantas veces
exprimida ha cambiado oficialmente de succionadores.
Nuevos
proxenetas se apoyan en el quicio de la mancebía.
Y
aunque, los recién llegados gasten más belfo que el que se gastaba Gusanita, y
aunque previsible sea que estos nuevos Queipos de Llanos cabalguen propalando
tonterías, usando siempre como excusa, arma y bandera, la falacia y la mentira,
los demócrata-franquistas que los votaron encima darán las gracias por ser robados por gentes que de tan honradas firman pactos para realce y gloria de esos cárteles de la
política.
Sus
paladines, los 400.000 votantes que
hicieron posible tan tremenda hazaña, están aquí, viven entre nosotros como los
ácaros, y como viene siendo habitual en estas ladillas domésticas, en breve los
veremos disfrutar contemplando como las hienas toman posesión.
También
es sabido que, si algo tienen en común las ratas y las gaviotas con las hienas
es el gusto que estas tres especies tienen por la mierda.
Así
que, cuidado con tanto empacho que después vomitáis y lo dejáis todo echo un
asco.
Bueno,
como siempre.
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