La memoria de los
desmemoriados nos dice que Aznar fue el mejor presidente y que Zapatero el
peor. Incierto como la vida misma. Porque ni Aznar fue el mejor ni Zapatero el
peor por mucho que se empeñen. En el haber de Aznar habría que sumar… bueno, algo
habrá que sumar. En el de Zapatero hay que apuntarle la ley sobre el matrimonio
gay, peras y manzanas, y el final de la banda terrorista Eta. Después de estos
dos el mundo cambió a peor. Como siempre. Llegó al poder Mariano Rajoy, y el
Psoe después de muchos traspiés encontró a Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez llegó al
Psoe en el peor momento de su historia. Lo que parecía fácil se convirtió en
difícil, y para aumentar el grado de dificultad emergió, casi de la nada, el
fenómeno mediático que es Podemos. Y como el mercado es el que es, el que llega
nuevo crece a base de canibalizar a los demás. Podemos canibaliza el electorado
del Psoe porque, en cierta manera, Podemos es el Psoe de 1982. Además de la
coyuntura de Podemos, esa que vino para quedarse, Pedro Sánchez tuvo que lidiar
durante los dos últimos años con otras dos cosas: Susana Díaz, y su propia
incompetencia. Sánchez se reúne de fieles, como es normal, pero no de los
mejores. De la excelencia se pasa a la excrecencia, y los portavoces, congreso y
senado, además del Secretario de Organización, dejan mucho que desear. Hace lo
que puede. Las circunstancias históricas están contra él. Medio partido, el
sector rancio y más casposo, no lo traga. Tienen a otra persona en la recámara.
Esperando. Es Susana Díaz, la presidenta
de los andaluces, el granero electoral histórico del Psoe, la que está al
acecho como las hienas. Ella, que fue enchufada en su puesto de presidenta por
Griñán, un señor al que ahora un juez le pide seis años de cárcel, gana unas
elecciones por la mínima y le cuesta un triunfo formar gobierno. Y como queda
mal dejar el puesto a los dos meses, ni ella, ni ninguno de los que la avalan y
que están detrás de ella, da el paso al frente que es coger la maleta e irse a
Madrid. No es el momento. El Psoe tiene nuevo secretario general, el primero
elegido democráticamente por las bases del partido, y la cabeza visible del
pelotón de las hienas tiene que esperar. Eso sí, para que la cosa vaya quedando
clara desde el principio le ponen la proa a Sánchez y le hacen saber que es
ella, Susana, la que cuenta con los favores de los dioses. El Psoe es un
partido de dioses en la que los militantes no son muy bien vistos. Pero, como
la terminología avanza que es una barbaridad, a los dioses en el Psoe les
llaman barones. El barón de no sé dónde dice no sé qué, el gran gurú manifiesta
su opinión e incluso Guerra, el hermano de Juan, tercia en la cuestión haciendo
sus habituales chascarrillos. Operación: derribar a Sánchez. Sánchez no gana
elecciones, Susana sí. Sánchez es torpe, Susana hereda muy bien y protege
mejor. No hay color. Lo críticos de la nada y cítricos del todo no soportan que
Pedro Sánchez sea guapo y tonto, que esté rodeado de imbéciles y que haga o
cumpla lo que se acuerda en el comité federal. Empiezan con el digo, digo o el
diego, diego. Hoy dicen una cosa y mañana la contraria. Cambian de opinión a la
misma velocidad que lo hace Albert Rivera, y encima acusan a Sánchez de ser
guapo, tonto y de hacerles caso. Del no es no quieren pasar a la abstención. La
tesis pepera triunfa por goleada en los medios de comunicación. España necesita
gobierno y presidente, aunque sea felón y aunque lo único que haga es dedicar
los recursos que administra a pagar las deudas que nos han dejado los saqueadores
de España que son los banqueros, los grandes empresarios y ellos mismos, los
políticos. Que nos ayude el Psoe y si no hacemos un “se sienten, coño”
mediático. Gobernar es gestionar. Gobernar se convierte en pagar deudas ajenas
y propias y presumir de ello. Gobernar es imponerle al ciudadano el pago de las
deudas que otros contraen. Gobernar es pedirle a la oposición que facilite la
gobernabilidad que nosotros no podemos aportar. Eso es lo que hace el Pp,
descargar en los demás su propio aislamiento. Pero, ¿lo que hace Mariano Rajoy
es gobernar o es gestionar la cartera de impagados?
Mal lo tiene Pedro
Sánchez cuando hasta El País, un diario de referencia para los de su especie,
le ha dado la espalda. Incluso desde ese periódico le dedicaron (ayer) la
editorial más dura de la que se guarda memoria. Ni con la corrupción, ni con
Mariano, fueron jamás tan duros. Está sentenciado. Volverán las oscuras
golondrinas… Pero mientras esperamos el final de este culebrón que se emite por
capítulos televisados, nos entretenemos con altas dosis de cinismo. En el Pp
están preocupados por el futuro del Psoe. Los de Podemos dicen que ya
advirtieron de lo que iba a pasar. Los de la Conferencia Episcopal ora pro
nobis Y todos así, practicando el cinismo desaforado. Y es que el cinismo y la
mentira en la política española es deporte nacional, y Felipe González, recordman
absoluto en cinismo, mentiras y egolatría, pide a voz en grito una ración de
cal viva para Pedro Sánchez al tiempo que dice: váyase, señor Sánchez. Sólo
fala el mire usted.