El facherío.


   La derechita floja, la del PP y la de Ciudadanos, según definición que usan los fachas (las cosas por su nombre) que militan en Vox, están estos días ocupados en pedir la ilegalización de los partidos independentistas. ¿La razón? Porque les sale de la pandereta. O dicho de otra manera: ¡caña al nacionalista  catalán que es de goma y para que no coma!
   Sin embargo, de Vox, ese partido facha nacido de una escisión en el PP, los peperos no tienen nada que decir exceptuando que su líder Pablo Casado se propone recuperar a los supuestos votantes de esta formación de fachas para sus filas. Por supuesto, de ilegalizarlos ni hablamos.
   Según Pablo Casado confluyen los idearios de ambos partidos. Por tanto, ¿dónde van a estar mejor los fachas que en la casa que les vio nacer? Porque, sigue presuponiendo Casado, con el veleta Rivera no  se van a ir. Son demasiado modernitos. Además, el Ciudagramo Rivera cambia demasiado de opinión. Y aunque, los Ciudadanos  dicen estar por la unidad de España, y en líneas generales Alberto  parezca ser un buen chico, tampoco conviene olvidar algunas veleidades como de dónde vienen y de que hasta hace poco su líder se llamaba Albert. Así, en catalán, o sea y traducido, en dialecto, según el decir del berberecho común de Vox. Los hijos naturales del PP. A tenor de las circunstancias, parece ser que a este tipo de berberechos si los sacas del castellano se confunden  porque están convencidos que en el mundo sólo existe un idioma: el español. Todos los demás, una de dos: o son dialectos, o son extranjeros. Sus cerebros no dan más de sí. Pese a ello, a su ignorancia y a hacernos querer desfilar a todos al paso de la oca, esta pandilla de semovientes, que todavía no alcanza el 2% de la población, tienen propuestas para todo y contra todos. Por todo lo anterior, y por mucho más,  convendría actuar de forma clara y contundente con esta gente, y el día que sus delirios alcancen cotas insoportables (y parece que ese día ya ha llegado) habrá que  ilegalizar a Vox como partido y dejar que la justicia actúe de oficio contra sus militantes  si fuera pertinente. Por el bien de todos.
   Claro que, estamos en España, amigo Sancho, un país en el que la Justicia también está en entredicho y que muchas veces, por desgracia, todavía no pasa de simulacro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario