https://www.youtube.com/watch?v=iFvfUWMwmd4
No han sido pocas las
personas que en estos últimos días han calificado al joven diputado Rufián de
hombre de Estado. Incluyo a humoristas y a los conversos convencidos de que a
Rufián, igual que antes a Fraga, le entra el Estado en la boina. Corriente
transversal.
Tal revelación ha
dejado perpleja a buena parte de la sociedad. Sobre todo a la española. Porque
la catalana parece más acostumbrada a tales prodigios. Conocen las habilidades
de Rufián y compañía en cuanto a la transmutación del nacionalista catalán en
españolista hombre de Estado. Ya lo habían visto antes con un tal Pujol. Y esta
cualidad que tienen los nigromantes nacionalistas es muy apreciada entre la
alta burguesía catalana que, también nacionalista, vía andorrana y
comisionista, convive encantada con hombres de Estado tan sentidos.
Y así, todos juntos en
desamor y compañía y después de montar un sarao de cien mil pares de esteladas,
envían ahora al señor Rufián al Congreso de los Diputados a hacer lo mejor que
sabe hacer. Dar el cante. Versión hombre de Estado. Versión canción del verano. Lo ilustres plumillas no se ponen de acuerdo.
Pitos y palmas. Rufián es un hombre de Estado, Rufián es un gañán o Rufián es
un cara-pan. Todo les sirve, hasta el rabo todo es Rufián.
Como no podía ser de
otra manera, yo también he visto el vídeo. Ese en el que sale en la palestra
del Congreso practicando el refrán que mejor les sale a los políticos. Sale haciéndose un “consejos vendo que para mí no tengo”. Incluso cuando da en la
tecla, y cuando verbaliza algo que no por obvio ven millones de personas: “Si fueran los de la derecha los que
tuvieran que llegar a un acuerdo ya habrían pactado hasta los sobresueldos”.
Pardiez que sí.
Queda claro, al menos
para mí, que a Rufián le suena esa música y se adivina que la tararea bastante
bien, aunque después desafine como en él, y en sus correligionarios, viene siendo
habitual. Al parecer, y según la versión de Rufián, ninguno hizo nada durante
todo el procés de lo que tuvieran que arrepentirse. No se saltaron la ley…
Nada. En Catalonia no sucedió… nothing!
Tan exagerada es esa
conciencia incívica que algunos tienen incardinada de primero yo y después también yo, que ni siquiera sacando el
Estado a esa banda de mariachis que vive acampada en el Supremo oiremos una
disculpa de esta gente. Pese al desafine.
Es lo que tienen los
iluminados, los que practican la iluminación y el tres per cent global. En
suma, los de la parroquia de San Pujol y
la banda autodenominada Constitucionalista. Siempre tienen intereses comunes y
algo por mangar.