Ayer finalizó la cuenta
atrás. Llegó el día de la hecatombe. Trump tomó posesión. Y mientras millones
de, ¿personas?, veían el dramón por la tele, en España miles de hombres ponían
en la barra del buscador de google las palabras mágicas: Melania Trun en pelotas.
Cuestión de
prioridades.
Y es que aquí el
españolito medio sabe que no importa lo imbécil que sea el Presidente. Lo que
importa de verdad es que su esposa, su Melania, aparezca en porretas en internet.
Porque, si así sucede, estamos a tiempo de comprobar cómo avanzan los tiempos y
hasta donde han llegado las modernidades. Además, ¿alguien se imagina a la
esposa de Mariano Rajoy en pelotas? ¿Y a Ana Botella qué? ¿No estarías dispuesto
a poner como Presidente a Mariano, a Josemari, al Zapatero o al coloso Felipe
con tal de ver el mondongo a sus señoras? No. ¿Seguro? Porque tengo que deciros
una cosa en la que a lo mejor no caísteis. Puede ser verdad que seáis proclives
a la castidad y a la santidad, pero es mi deber y mi obligación recordaros que
Mariano, Josemari, Zapatero y Felipe ya han sido presidentes. Gracias a vosotros,
a vuestros votos. Y que sin embargo sus esposas, sus respectivas o sus coadyuvantes
jamás enseñaron ni un pelo de la dehesa. Así que, ¿qué me decís, majetes? Los
hacéis presidentes a cambio de nada. Y ahora permitirme que os haga otra
pregunta, ¿qué opináis de la urna electoral de Melania? ¿Os parece florida,
deforestada? ¿Caerías en la perífrasis más profunda con ella? ¿Te dejarías
seducir por el hombre con nombre de pato después de haberle visto el
floripondio a su propia? No sé. El caso es que, todos los perifollos del
periodismo y todos los asusta niños del mundo mundial, dicen lo mismo: Trump es
muy malo. Es populista, ultranacionalista, proteccionista, infantil, simple y
en general es lo peor de lo peor. Es un niño rico que ha comprado el juguete de
la presidencia. Es un hombre que amenaza con los Juegos Reunidos Trump y con
hacer muros alrededor del perímetro mexicano. Es un xenófobo y un auténtico
cabrón que tiene a su disposición el botón nuclear. Pues bien, este botarate es
el nuevo presidente de los Estados Unidos de América. Alguien que viene a
demostrar lo que todos los españoles ya sabíamos: que se puede salir de
Guatemala para ir a Guatepeor. Porque si allí vienen de ser gobernados por
ilustres presidentes de la talla de George Bush, un intelectual de categoría
donde los haya, y aquí en España venimos del Josemari Aznar, del ínclito
Zapatero y gozamos con el visionario Rajoy, al menos Trump puede enseñar la
pelambrera del parrús de la Melania.
¡Menuda diferencia!
Por tanto, habrá que
presuponer, una vez examinada con detenimiento la circunstancia, que el
escarabajo pelotero Trump puesto en la duda de apretar el botón nuclear optará
por pulsar el guisantito del amor de la Melania. La cosa parece entretenida y
digna de mejor fundamento.
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