¿Sí? ¿De verdad? Ay, qué
pena. Ya estoy echando de menos todas las celebraciones. Son tan bonitas. Tan
entrañables. Me encanta la sobredosis de comida, de bebida y de bondad. Bondad
desbocada, y buenos propósitos. El propósito de enmienda en estas fechas está
muy pedido. Es más, entre buenos propósitos y mejores deseos anda el juego. Y
después de tanto aquelarre viene lo mejor. Estrenamos año. Más emociones,
viviendo al límite. ¿Este año que empieza voy a un gimnasio o qué? Algo tengo
que hacer. ¿Hago la colección de dedales? ¿Cuándo sacan la colección de
bacinillas históricas? Auténtica mierda. En cómodos fascículos, aunque la
palabrita, fascículo, se entiende mejor sin acento. Me dicen que entre los deseos más pedidos
está lo de aprender inglés y hacer deporte. Yo creía que las dos cosas eran lo
mismo. ¿Vosotros no? Porque, por si no lo sabéis, para ponerte en forma hay que
saber inglés. Es conveniente, si no es así te pierdes en combate. Ahora lo que está de moda, lo que mola y lo que es
trending topic es hacer running, jogging,
spining. Todo a la vez o por separado. Como quieras, tú eliges. Tienes que
saber que comer fabada y practicar el glaseado anal no está de moda, ahora lo
que se lleva es ir al gimnasio. Allí te duchas, te afeitas o te depilas, y de
paso que sudas y conoces gente, aprendes inglés haciendo deporte. Es fácil. El
inglés con mil pesas. Nuevo método. Eficacia total.
Pero… hagamos recuento de
los daños. ¿Os apetece? ¿Sí? ¿No? Si es No lo tenéis fácil: dejar de leer y se
acabó. Si es Si os jodéis. No se admiten reclamaciones, porque sí, porque todo
empieza el día veintidós de diciembre, víspera del Día de la Salud. Ese día el
Estado desempolva el cuerpo de funcionarios, eventuales ganadores de la
lotería, los desplaza a algún lugar de España, y zás: los nuevos millonarios,
que ni eso, descorchan botellas de cava barato. Eso es, más que nada, para que
te des cuenta de que vives en un país cutre. Después viene lo de Nochebuena.
Normalmente suele caer bien: al día siguiente es Navidad. O sea, tómate otra
copita abuelo. Y así hasta que llega el cántaro a la fuente y la ambulancia a
la puerta. A urgencias, y el cuñado preguntando, ¿si palma heredamos algo?
Yupi, yupi. Todos pa casa. Lo del abu va para largo. Anda y que se joda. ¿Quién
le manda beber? El día de los Santos Inocentes los periódicos hacen alguna
gracieta. La de este año fue original. Mariano Rajoy es el Presidente de todos
los españoles. ¿Alguien lo duda? Mariano Adalid le llama su primo el
meteorólogo. Por cierto, ¿es verdad la leyenda urbana esa que dice que esta
gente, los meteorólogos, beben? ¿Y del día de Fin de año que me decís? Mola.
Todo diez veces más caro. Tienes que comer doce uvas, pepitas, ¿o son Josefinas?,
aparte, y no morir en el intento, porque no está bien visto empezar el año
muriéndote atragantado. Pero si sobrevives al año nuevo, al cocido, y al
marasmo interior que provoca el cambio de año, o sea, resacón, tienes que saber
que todavía queda lo mejor: los Reyes. A mí este año me trajeron carbón.
Jopetas, Carmena, jamás te lo perdonaré.
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