¿Federico Jiménez Losantos está loco o...

es otro tarado más trabajando para el mejor postor?


A veces me lo pregunto. Cierto es. Aunque, sin embargo, he de decir que nada de lo que diga o escriba el señorito Losantos para mí tiene el más mínimo valor. ¿Sabéis por qué? Porque lo tengo encuadrado en ese epígrafe que empieza por PE. O sea, Periodistas Eunucos.
Esta suerte de tarados se pasan el día montando jaleos. Y aunque es verdad que hay muchos, pocos son los que llegan a la categoría de Losantos. Hay que ser un tarado de nota, un sobresaliente imbécil, y aún así posiblemente no llegues al grado de esquizofrenia periodística de la que goza el muy querubín.
El tipiño, aún encima, es bajito, más bien feoco y tiene toda aspecto de haberse matado a pajas. A éste le debió pasar lo que decía el padre Ignacio a sus pupilos: no os la casquéis que se reblandece el cerebro. A lo que, seguramente, el rojo y disidente Losantos no hizo caso y después pasó lo que pasó.
En todo caso, a quién le importa. Porque a mí si he de ser sincero, aunque tampoco veo la necesidad de tanta camaradería, el tipiño Losantos me importa un huevo y la yema del otro.
Ni siquiera me parece divertido escucharlo y quizá por eso no lo haga, ni siquiera cuando insinúa, sin referirse a ella, no vaya a ser que lo crujan a demandas, que Carolina Bescansa, una de Santiago, creo que hija de Ricardo, llevaba a su hijo dopado al Congreso, igual que hacen los gitanos rumanos con sus niños para pedir limosna. Y llega al colmo y desfachatez de insinuar que los servicios sociales deberían de hacerse cargo del niño. Todo ello lo dice sin citarla, el muy gañán.
Y… a ver sí… tiene razón. Es verdad. Los servicios sociales deberían actuar ya. De urgencia, sin diligencias previas y con todas las garantías.
Federico Jiménez Losantos debería ser ingresado, con carácter de urgencia, en una institución que velara por su salud mental.

Lo de este tarado empieza a ser urgente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario