A mí me vais a disculpar,
pero os pregunto una cosa: ¿si afirmo que las fuerzas políticas de este país
son una mierda, qué estoy siendo populista o realista? Y que conste que no me
gustaría ser ninguna de las dos cosas. Más que nada por aquello del que dirán.
Populista, ¿del Partido Popular? Ni harto de güisqui. Realista, ¿del Real Madrid,
de la Casa Real? Ni sonámbulo. Pues, lo cierto es que lo afirmo. Las fuerzas
políticas de nuestro país son una mierda. No se salva ninguna.
El PSOE es un partido
de mentirosos profesionales. Han alcanzado tal grado de profesionalidad que
mienten hasta en las siglas. Además, sufren de bipolaridad. Son republicanos
que defienden la monarquía. Por tanto, el PSOE es un partido de diván. Igual que
los del PP. También denominado el partido-empresa. Presumen de Populares. 900.000
mil afiliados falsos dan mucha popularidad. Tienen un líder listo, hace media
carrera en siete años y la otra media en cuatro meses. Raro. Y como Secretario
General, el listillo, ha situado a un campeón mundial. Sí, de lanzamiento de
hueso de aceitunas. Olímpico no es, pero todo se andará. Por si no lo sabéis,
Casado es tan moderno como Aznar. Sí, ¿no os acordáis de Aznar? Efectivamente,
el que le puso el culo de los españoles a disposición de George Bush II. Para
lo que gustara. Otro moderno. Señor de las flexiones. Claro que, después viene
Rivera. Por cierto, ¿Rivera no os parece Casado? Se parecen hasta
físicamente y proponen las mismas cosas.
Eso sí, Casado lo hace con el desparpajo del que se sabe máster por
Harward-Aravaca, sección Cifuentes varias. Casado aspira a que sólo roben los
suyos y a que los demás hagan la vista gorda o, en su defecto, que roben poco.
Lo que quiere Rivera es una entelequia. No lo sabe ni él. Girauta tiene una
idea. Un día quiere una cosa y al
siguiente la contraria. En lo que coinciden ambos, Rivera y Casado, es en el
personal que administran. Suelen ser profesionales de la política y, en el
mejor de los casos, abogados del Estado interesados en medrar a costa de lo que
sea. Y después vienen los de Podemos. Un partido, o lo que Podemos sea, cercado.
Lleno de contradicciones y corrientes internas. En el que confluye todo y nada.
Sin ningún campeón en el arte de escupir huesos de aceitunas, pero con
verdaderos maestros en el arte del escupitajo. Los reyes del lapo. La auténtica
izquierda de este país. Esquizofrénica, fuera de la realidad y dando tumbos.
Pactando con la derecha, con el PSOE, y perdiendo después el compás
justificando lo imposible. Y me pregunto yo, ¿la gente honrada, trabajadora,
atea, republicana, la que cree en el derecho a decidir de todos los pueblo, a
qué partido vota? Y que conste, la pregunto es meramente retórica.
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