Oferta: el PP busca Presidente.


La  “balasera” en el PP no ha hecho más que empezar. Se presentan seis, creo. Nadie los llamó. Pero como son emprendedores, se presentan. Pudieron ser siete, y aspirar a magníficos. Pero como a uno de ellos no lo avalaron ni cien, pues en seis quedó la cosa. De ellos, sólo puede quedar uno. Pese al mal augurio, pronto llegarán las componendas. Y pasará lo de siempre: ellos se lo guisarán, y ellos se lo comerán. Todo. Se trata de salvar la nómina, el momio. La prebenda viene sola. A mí el que más me gusta es ninguno. Pero como ninguno se llama ninguno, y como yo no soy afiliado del PP no tengo que votar por alguno. El mayor se apellida Margallo. Fue ministro de exteriores y en alguno de esos viajes que hacen los que tienen tal empleo, alguien le debió de regalar un libro de citas. Tan es así, que si lo oyes pudiera parecer eminencia. Sin embargo, y si el currículo no miente, sólo fue ministro. Que tampoco es poco. Que le pregunten, si no, a Màxim el Breve por la jeringonza. Otra, Dolores de Cospedal (el de es un ringorrango muy aplaudido por aquellos pagos), es conocida por sus trabucaciones diferidas. Se equivoca, entonces es ella. La pluriempleada. Supuesta esposa de corrupto. Dueña de cigarral toledano. No usa champú anticaspa. La caspa es ella. Después, y aunque el orden de factores no acepte a este producto interior bruto, viene Soraya. Abogada del Estado, duquesa de CNI e hija de uno de los supuestos padres fundadores del GAL. O  sea, hija de Sáenz de Santamaría. Un oso guapo o un hombre feo. Según se mire. DEP. En todo caso, ex Vicepresidenta. “Ahí es na”. Después está el Joserrá. No sé quién es. Queda todo dicho, pues. Y al final, el más joven. El Harward de Aravaca, que de Ávila viene siendo. El más preocupante. Capaz de decir una cosa, la contraria y la viceversa de la versa. Un estudiante fenómeno. Experto en convalidaciones y en sueños americanos a la española. El que parece que tiene la papela ganadora. Lo de siempre, pero elevado al cubo. El que insiste en recuperar al votante de Vox (los ultras de la derechona), y el que quiere arrebatar a Rivera el pódium de las aberraciones. Todos dicen ser de derechas. Eso sí, a la española. Versión catecúmeno. Ni liberales, ni conservadores. Dueños, propietarios, con cigarral en indiviso. Los que siempre prometen lo mismo: hacer más con menos. Los que se lo llevan. Los que consideran que España es su cortijo. Y los que se ven señoritos. Los cañí de toda la vida. Los que se apropian de la bandera  y alardean de España en la muñeca. Los que, si por ellos fuera, España andaría todavía en la caverna. Aunque, lo reconozco, si a Loquillo, un idiota troglodita, quería tener un camión, a mí lo que realmente me apetecía sería tener el libro de citas de Margallo. ¡Qué nivelón! Mucho mejor que El libro gordo de Pepete. En fin,  vamos que nos vamos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario