LA SECTA DE LOS CAROTAS.

Antes a los tipos como Montoro se les llamaba sietemesinos, a los Marianos mariposones, a las Cospedales ratas de alcantarilla, a los Florianos floreros, a los Pons caricatos y a las Aguirre chulapas de mierda.
Un breve resumen para una lista interminable.
Después los hábitos cambiaron.
 A los negros se les empezó a denominar personas de color, a los criados asistentes del hogar, a los ciegos invidentes, e incluso tuvimos a una “miembra” como ministra, y la cosa estuvo a punto de acabar llamándole a los sordos “insordentes”.
Ya puestos, que más da, miembros y “miembras” todos.
Cuando la cosa del eufemismo parecía agotada, que ya no daba más de si, acudió al rescate el Gobierno de España, la Oposición y los hooligans oficiales que hacemos el papelón de figurantes en esta tragicómica piel de toro que es España desarrollamos el don de aplaudir con las orejas.
De nuevo saltó al ruedo el famoso astado, antes novillo sietemesino, que es Montoro de la Vega, y nos alanceó a todos.
Nos reveló que los partidos políticos, todos ellos, son lo mismo que una ONG a efectos fiscales, y que aunque no se dedican a lo mismo, el consuelo es igual. Las ONG`s atienden a los pobres de baba, a los desheredados de la tierra, mientras que el Gobierno se ocupa de los riquísimos de mierda.
Alguien lo tiene que hacer. Al fin y al cabo, los riquísimos no son una especie en extinción, pero como son pocos hay que protegerlos.
Y para eso están los políticos. Los elegidos por el pueblo además tienen que buscarse la vida una vez que el pueblo que los eligió los eche a patadas. Lo saben. Y, como lo saben, se buscan y hacen méritos. Son como los pobres cubanos de los que tanto hablan o como los bolivarianos de Vallecas.
 ¡Qué gentuza, Dios tuyo!
Salen a “procurar”. Se procuran chollos diversos: asesorías muy bien remuneradas en las que sólo se pide el requisito de tener huevos que puedan ser rascados, también sirven entrepiernas varias (léase el caso de Gallardón y Presidentes del Gobierno pretéritos), embajadas de fuste (Londres, ¡manda huevos), consejos de administración surtidos, compadreo con oligarcas, viajes en yates de narcotraficantes, y bufetes, muchos bufetes desde los que practicar el deporte olímpico del nepotismo.
Es duro ser ex alto cargo, asumámoslo. Es duro ser un incomprendido, y aún más duro es lo que tienen que oír de personas necias.
Pero, como a palabras necias oídos sordos, ellos (los políticos) siguen a lo suyo. Y cuando no están haciéndose un fondo de pensiones o están inaugurando algo o posando para la foto o leyendo un discurso pre escrito, están pensando la manera de ganarse la vida después del cargo, y que la cosa no decaiga.
 Claro, con tanto trabajo y tantísima preocupación, no tienen tiempo para legislar lo que les compete, y los partidos políticos son como las ONG`s, por la gracia de Montoro, con la connivencia necesaria de todo el Congreso de los Diputados.
No le deis más vueltas, que un partido político tenga la misma consideración jurídica que una ONG es lo normal. Hacen lo mismo, la única diferencia es que mientras los segundos dan trigo los otros sólo predican y salvan a Rodrigo.

Predican el nuevo evangelio según san Mariano, versículo Montoro, y encima presumen de transparencias, con lo mal que le quedan las transparencias a los sietemesinos, y es que…Montoro sí que sabe, coño. Y el que sabe, sabe. . 

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