¡Ya está bien, eh, ya está
bien! Os estáis pasando veinte pueblos.
Está bien, es correcto,
admisible e incluso lógico que defendáis la idea de la unidad territorial de
España, pero que para hacerlo tengáis que recurrir siempre a la Constitución os
deja sin argumentos, os desarma e incluso os desacredita, si tal cosa fuera
posible.
Siempre estáis con la misma
matraca, de Marhuenda a Inda y de Inda a Marhuenda, siempre atacáis con lo
mismo, con la dichosa Constitución.
Decís cosas como: “hay que cumplir las leyes, sobre todo la
Constitución”. Y yo os digo vale, hay que cumplir la ley, todos de acuerdo,
¿y por qué vosotros no cumplís la
Constitución que invocáis?
¡Cumplámosla todos! O sea, a
ver si no me acuerdo mal. La Constitución dice que todos los españoles tenemos
derecho a un trabajo y a una casa digna. ¿Se cumple? La Constitución dice que
todos somos iguales ante la Ley. ¿Se cumple? La Constitución dice que no puede
haber discriminación por causa de nacimiento, religión, etc. ¿Se cumple?
¿Queréis que siga?
A ver si os enteráis. Si ensalzáis la
Constitución, al menos tener la decencia de cumplirla. Y si no lo hacéis, que
no lo hacéis, estaros calladitos y buscaros otra argumentación para luchar
contra el independentismo.
Porque os ponéis de tal
modo, y utilizáis tales argumentos, que hasta a mí, que no soy independentista
ni nacionalista, me entran ganas de separarme de España, de vosotros, y de
tanto y tanto mangante como en política hay. Y para colmo estáis vosotros, los
mamporreros, los que aplaudís todo aquello que provenga siempre del mismo
sitio: del Gobierno. A los otros ni agua. Son el enemigo. Hay que combatirlos,
amedrentarlos y batirlos. Para ello os valéis de cualquier argumento, utilizáis
vuestros púlpitos (periódicos, radios y televisiones) para haceros oír. Vuestra
defensa es a ultranza. Y para colmo, y como desfachatez, llegáis a invocar
constantemente la palabra democracia como si vosotros mismos la hubierais
inventado.
El espectáculo es penoso.
Estáis todos paniaguados. Vendidos al Gobierno. Vivís del BOE y de las
subvenciones a vuestros medios. Sin ayuda del Gobierno vuestras empresas
quebrarían, y lo pagáis haciendo lo que mejor sabéis hacer como buenos perritos
que sois. Hacéis de la voz de su amo.
Y todo en nombre de la
Constitución. Una Ley que parece, según vuestro entender, que parece estar por
encima de las personas y que, quien os oiga, podría deducir que emana
directamente de Dios.
No hay solución. De esa
guisa no la hay. Al final habrá un conflicto, y de los gordos, vais a tener que
suspender la Autonomía catalana. Después de haberles dado todo lo que han
pedido y casi todo lo que se les ha ocurrido, después de haber tapado y
encubierto a Pujol gentes como Felipe González y Josemari Aznar, después de
hablar catalán en la intimidad, resulta que todo ello no ha servido de nada.
¿A quién le extraña? Vais a
hacer bueno el chiste. Como sigáis así hasta Murcia se va a querer
independizar.
Ya lo dijo Josemari, el más
felón de entre todos los felones, con acento cuate texano: “estamos trabajando en ello”.
Pues, hala, que os cunda.
Hasta que entre todos la lieis parda no habéis de parar.
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