Mariano Rajoy y Artur Mas
tienen un rasgo común, y una diferencia sustancial. Lo común es el
empecinamiento, la diferencia es que mientras que el primero es un hombre que
siempre aplaza sus decisiones, el segundo es un hombre decidido y actúa como un
kamikaze para conseguir el objetivo de la independencia.
Y mientras tanto los
ciudadanos asistimos con incredulidad, asombro y pasmo a esta mascarada.
La historia acabará mal. Y
la paradoja será que el ganador se puede convertir en perdedor y el perdedor en
ganador.
Ganará Mariano Rajoy, no hay
duda. Perderá Artur Mas y el nacionalismo catalán tendrá su mártir. La historia
continuará, y mientras España acumulará razón jurídica, el nacionalismo catalán
encontrará la escusa perfecta y un nuevo argumento.
Mariano Rajoy es el
Presidente del Gobierno de España. Él es el Jefe. Nos guste o no. Él es quien
debe tomar la iniciativa.
¿Y qué hace un Jefe cuándo un subordinado se
rebela?
En ocasiones, la mayoría, el Jefe corta por lo
sano y lo echa. Fin del problema. En otras no es posible porque el empleado,
aún siendo él el Jefe no depende de él, es demasiado importante, tiene mucha
información o porque por alguna otra razón, no es conveniente ni deseable.
Entonces, ¿qué hace un Jefe? Pues, habla con el rebelde, con el díscolo y busca
un acuerdo.
El Jefe siempre tiene la
iniciativa, aunque parece que en este caso concreto el Empleado sea quien la
está llevando.
El Jefe debe llamar al Empleado, convocarlo y
hablar con él. En privado, con luz y taquígrafos, como acuerden.
¿todavía
estáis a tiempo de hablar o has dejado pasar tanto tiempo que el empecinamiento
ya es irreversible? Vosotros sabréis.
Los ciudadanos no tenemos ni
idea de en que estado están las cosas. Lo único que sabemos es que los dos sois
altos funcionarios (interinos) y que resolver cuestiones políticas es para lo
que os elegimos y por lo que os pagamos.
Los dos debéis sentaros,
poneros cómodos y no levantaros hasta haber alcanzado un acuerdo. En eso es en
lo que debéis empecinaros. Por el bien de todos, por la convivencia en paz, y
porque para eso es para lo que nos pedís que os votemos. Para solucionar
problemas no para crearlos.
Pero, si el hombre que todo
lo aplaza no usa el poder que le da ser el legítimo Presidente del Gobierno de
España, y ni siquiera hace esa llamada y convoca una reunión urgentísima para hablar, para negociar, el
President rebelde sigue creyéndose estar legitimado para hacer lo que hace,
porque cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento de la Autonomía que
administra de forma prácticamente independiente, y cuestiona la legitimidad del
Jefe, y las leyes que éste representa.
Joder, Mariano, en román
paladino, LLÁMALO, COÑO. Convócalo,
sentaros y hablar. Hazle una oferta que no pueda rechazar: REFERENDÚM.
Y ahora, si me permites, te
voy a decir una cosa: este pulso lo has
perdido tú. Eres un incompetente, macho. Lo malo de esta historia es que a
ti, y a toda la puñetera pandilla de patriotas que representas, parece que
estáis encantados con la solución caña
al mono. Y siempre vais armados con el mismo fusil: La Ley.
Y esta; Presidente, no es una cuestión legal. Es un asunto POLÍTICO.
Claro que el 20D hay
elecciones, y como eres un hombre fiel a tus principios y que siempre aplaza lo
inaplazable, el marrón se lo comerá otro.
Y si necesitas la opinión de
una persona relevante, y además de los tuyos, llama a Cameron, y que te cuente un par de cosas.
Pídele que te hable de
Escocia.
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