¿A alguien se le ocurre que
la nieta de Hitler fuera a la televisión pública alemana y le pagaran un
dineral por echar unos bailes? ¿A alguien se le ocurrió enterrar a Mussolini en
un hermoso valle? ¿Os imagináis a la Reina de Inglaterra dándole un título
nobiliario al General Pinochet?
Pues todas esas cosas han
ocurrido aquí, en España, haciendo bueno el viejo eslogan de Spain is diferent.
Todo eso ya ocurrió.
Lo malo es que estas cosas
siguen ocurriendo.
¿Ejemplos? Pues… ahí tenéis
el caso del afamado presentador Bertín Osborne. Sin duda, la de presentador es
su mejor faceta, porque como cantante el tío es un pedazo de cantante. Pues, este señorito, con el
permiso administrativo necesario, se dedica a perpetrar entrevistas. Entre
ellos aparece, otra vez, la nieta del fascista
Franco, dictador por la Gracia de Dios durante cuarenta años.
Da la impresión de que el
Estado español paga los servicios prestados por el exagerado general en el
cuerpo presente de su nietísima Maricarmen. Esta mujer, sin oficio ni
beneficio, lleva viviendo a cuerpo de rey gracias a las exclusivas del Hola, al
patrocinio de la televisión pública y a la herencia del abuelo, toda la vida. Y
la tontería sigue, y sigue, y sigue… es la Historia Interminable.
Después tenemos el caso
Esperanza Aguirre. Otra cachonda. Doña Espe es una anglófila reconocida que
adapta libremente las maneras y procederes ingleses., Mientras que allí dimiten
por cosas tan banales como darse a la fuga con un coche, aquí, doña Espe, monta
un pollo y pone de moda el sistema British
Cañí. Todo el mundo tiene la culpa menos ella. Y la cosa le sale bien a la
muy lideresa.
Y para no aburrir, y por
aquello de repartir, tengo que comentar lo último en tonterías.
Ha sido fichado para cubrir
el puesto de bobo acreditado, el
compañero Juan Carlos Monedero.
O sea, va el tío he insinúa
que al Ciudadano Rivera le va el esnife, y después, cuando le echan en cara su
falta de seriedad replica armándose de morro que los medios distorsionan sus
palabras. Vamos a ver: yo lo vi. Efectivamente, estaba con los de Mongolia. O
sea, haciéndose unas gracias. Y si, Monedero, lo dijiste, lo insinuaste, y te
pusiste a la altura de Zapata, otro gracioso por la gracia de un tuitt. Así
que, asúmelo, macho: eres tan tonto como
Zapata. En todo caso no te preocupes Monedero, habla con Felipe González o
con Josemari Felón Aznar, los tres padecéis de lo mismo: el mal del gurú.
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