AZNAR, RAJOY, RIVERA.

Lo puse en el Facebook y lo vuelvo a escribir aquí, el ciudadano Rivera no se parece a Rajoy, es igualito a Aznar. Liberalismo puro y duro. Pero mientras que Aznar practicó un liberalismo de abdominales, Rivera se inclina más por el liberalismo estilo La Caixa. O sea, el ciudadano no es lo importante, lo vital es la economía. Y así del mire usted pasamos al más moderno oiga. En el latiguillo está la diferencia. Mire usted versus oiga.
La propaganda oficial dice que Aznar fue el mejor presidente que hubo en España. Liberalizó el suelo, nos metió en una guerra, y a los economistas les ocurrió lo que a los videntes. Se enteraron de quien llamaba a la puerta cuando la abrieron. Ellos, los economistas, empezaron a hablar de crisis cuando estábamos en plena crisis. Y pese a semejante desbarre, y a las consecuencias obtenidas con la liberalización del suelo, y con la guerra de Irak, aún es hoy el día que el felón Aznar (felón porque de otra cosa no se le puede tildar), sale en los medios de comunicación a decir sus homilías.
El ciudadano Rivera viene de la misma escuela. Eso sí, con un máster en La Caixa. Esa honorable institución que se comporta como una ONG y que igual le da empleo a el que la infanta Cristina, y que se dedica (La Caixa igual que todo el sistema bancario) a apretarle los machos a sus clientes, a desahuciarlos, y a conceder créditos (igual que todos los demás) a los partidos políticos, para después condonárselos.
Rivera practica el liberalismo de salón. Pacto aquí, pacto allá. Proactivo de la guerra. Igual que Aznar.
Ciudadanos es un partido apoyado por las compañías del Ibex 35, y por la banca, siguiendo la línea de la diversificación. Apoyan al Pp y a su marca blanca. Ciudadanos es un partido joven que dice querer cambiar España haciendo lo de siempre, pero, eso sí, mejor. Vuelve el más por menos de la línea dura de Aznar, y retornan los emprendedores a anidar como oscuras golondrinas.
Rajoy es un pusilánime. Lo sabe todo el mundo excepto la gente que sólo lee La Razón. El todavía Presidente del Gobierno es un gestor de deseos ajenos. La política del Gobierno de España la dicta Alemania. Rajoy es disciplinado y no se pierde ni una sola reunión. Toma apuntes, obedece órdenes y después gestiona a la vez que lee el Marca y encuestas demoscópicas. Rajoy no tiene lo que hay que tener para debatir. Rajoy se esconde detrás de las faldas de Merkelita en el extranjero y de las de Soraya en España. Y este fenómeno de la naturaleza dicen que va a ganar las elecciones. Será gracias a millones de parados y de jubilados puteados que ansían seguir igual (no vaya a ser que pierdan lo conseguido).
Propongo que se haga un estudio clínico de este par de dos. A doble cero.
Principio Activo Rivera versus Placebo Rajoy. El uno (Rivera) cursa con ardores guerreros; el otro (Rajoy) simplemente no vale para nada. .


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