Si los rusos y los
americanos en vez de gastar la pasta gansa que gastan en carreras espaciales,
en invasiones imperialistas y en bombardeos masivos de la población, la
gastaran en cosas útiles a estas horas ya dispondríamos de la casa autolimpiable. Pero como no es así,
y como los nichos en los que vivimos siguen siendo lo que son, no nos queda más
remedio que hacer limpieza. Diariamente, y de vez en cuando toca zafarrancho: limpieza general.
Pues en política, queridos
amigüitos, pasa lo mismo. Hay que hacer limpieza todos los días, porque ellos
son incapaces de hacerla por si mismos y tienen la casa manga por hombro, menos
mal que nosotros tenemos la aplicación voto.
Esa aplicación, que sólo funciona cada cuatro años, puede ser muy útil. Si la
utilizas adecuadamente puedes enviar a
la basura a los políticos guarrillos.
¿Y quiénes son los políticos
guarrillos? ¿Te lo tengo que decir?
Vale, pues te lo digo. Un político guarrillo
es aquel que dice una cosa y hace la contraria, es el que presume de
transparencia cuando todo es opacidad, el ladrón, el que cobra sobresueldos
indebidamente, el que propone que tú
pagues todo, el que sólo mira su bolsillo y el de los suyos, el que milita
en un partido político que funciona más como empresa que como partido, el que
habiendo tenido ideales los ha vendido al mejor postor, el que… ¿lo vas
cogiendo?
En España somos muchos los
que lo decimos que está plagada de políticos
guarrillos, y el 20D toca zafarrancho. ¿Te apuntas a la limpieza general?
Yo, si. A mí no me gusta que me dirijan guarrillos.
Yo lo que quiero es que se levanten las alfombras y que se oreen los despachos.
Yo lo que quiero es que me dejen de robar. Yo lo que quiero es vivir en paz, y
que me dejen en paz. Yo lo que quiero es escribir lo que me da la gana (lo
intento), y que al que no le guste lo que lee que no lo haga, no es obligatorio, y tampoco hace falta que
nadie me de la tabarra con malas interpretaciones, y si lo hacen, y si son de
la familia, digo más: recuerda, amigo familiar: te tengo aprecio, a todos, pero la familia no se escoge, se escoge a
los amigos.
Y, por cierto, prometo
solemnemente que este republicano, ateo y del Barça, no está aquí para hacer
propuestas, para eso están los políticos. Estoy aquí, y escribo, para decir lo
que veo y lo que siento. Ni más ni menos. Y claro que se me puedo criticar,
¡faltaría más!, pero ¿así? ¿En el muro de mi facebook? ¿Borrándome de amigo?
¡Cáspita, cuánta amabilidad!
Ya sabéis: es lo que hay, el
20D tenemos una oportunidad.
¡Aprovéchala! Y al que le gusten los guarrillos
ya sabe lo que tiene que hacer, esperemos que los demás también, no sólo
sepamos lo que tenemos que hacer sino que también hagamos lo que hay que hacer.
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