ELECCIONES EN YANQUILANDIA.

Estaba yo cantando Mao Tse Tung tenía una pipa de oro y plata oooooó con cien mil incrustaciones de hojalata oooooá debajo de la ducha, cuando de repente oigo la noticia: Trump presidente. Como es natural di un respingo y quedé aún más bígaro de mí mismo.
O sea, Hillary perdió.
Tuve un pálpito hace unos días. Un mal fario. Escuché: Pedro Sánchez viaja a EEUU para apoyar a Clinton. Exclamé muy exclamativo: ¡Cáspita! ¿Quién invitó al muy cenizo? ¿Es que los yanquis no leen las noticias de provincias y es que no saben que Pedro Sánchez ya no es el Secretario General del Psoe?
No sé, estos americanos parecen muy desinformados.
Se hace evidente que allí no gozan de la libertad de prensa de aquí. Obvio es que no tienen un Ferreras, ni a Pastor y que por no tener tampoco deben de gozar de ningún Évole.
Estos romanos tampoco deben de tener a nadie que les haga especiales de las elecciones del rincón mundo que es España. Ni aun siendo como somos agradecidos y bien nacidos nos dan cobertura. Ni siquiera celebrando el jalogüin, ni el día de acción cenquius, ni el cuatro de julio como víspera de San Fermín conseguimos atención.
Pues nada. Luz de gas, que se hagan las tinieblas. Ellos no lo hacen porque están ocupados con sus cosas, sin embargo nosotros como estamos ocupados con las suyas tenemos tiempo para todo. El caso es no defraudar al personal y hacer alguna tontería.
Pero… ganó Trump.
Un millonetis. Un racista, de la quinta del chupete y Anasagasti frondoso y lenguaraz. Play boy de silicona, macarra de sus condominios y señor del ladrillo. Ganó el Febei por denegación de auxilio y por la regla treintaitrés, y perdieron, además de doña Hillary, las encuestas, los encuestadores y el pueblo americano.
Lo de siempre, lo habitual.
Mientras tanto, aquí en España, las clases medias y los pobres de baba votan a Rajoy. ¿O es que en España hay ocho millones y pico de millonarios? Y se ve como normal, porque aquí hay mucho masoca patriota de ver la paja en ojo ajeno y no atender la viga del propio. Mucho fan de los que condecoran vírgenes y mucho envidioso de los que tienen un ángel custodio como chófer. Mucho fulanito y fulanita, mire usted, que se ocupan y preocupan de lo que sucede en EEUU y que lo de aquí les importa un higo.
A lo mejor tienen razón. Total, qué más da.
Aquí ya tenemos a Merkel que administra lo nuestro como si fuera suyo. Aquí lo que hay que hacer es aprender inglés y hacer una carrera superior. Malo será que si no encuentras trabajo en un bareto donde tirar cañas no encuentres empleo en el extranjero pasando el mocho.
Sinceramente, a mí Trump me importa un huevo, y Hillary la yema del otro. Acordaros de una cosa: en caso de catástrofe nuclear las cucarachas siempre sobreviven. La teoría quedó demostrada después del paso de personas tan relevantes, por puestos tan importantes, como Bush y Aznar. Casi un millón de muertos después las cucarachas pudieron seguir votándoles.
¿Por qué ahora una excepción cuando el mundo se empeña en confirmar la regla?
Por cierto, Pedro Sánchez empezó su tour por España yendo a la capital. Esperemos que nos traiga mantecadas y melindres del viaje.

En fin. ¡Tengo un disgusto!

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