La cocina de Masito.

https://www.youtube.com/watch?v=5eS3HHtR0fQ&t=31s

Lo confieso, yo en la soledad de mi alcoba veo vídeos de Masito. Y os preguntaréis, si es que os preguntáis algo, ¿y quién es el tal Masito? Pues Masito es Masito. Diminutivo de Dámaso y youtuber, (¿se dice así o le pongo mayúscula a la Y?), especializado en temas culinarios y que atiende por el buen nombre de: 
La cocina de Masito.
Tiene más de treinta y tres mil suscriptores y ciento veinte recetas colgadas, que van de la sencillez extrema a la extrema sencillez, que arreglan el día de cualquier cocinillas, y que además de fáciles son baratas.
Pero, ¿quién es realmente Masito, y a qué se dedica? Pues no lo sé, sólo sé que emplea su tiempo libre en la cocina y que su alma vive entre pucheros y que derrocha entusiasmo y más epítetos que una folclórica. No me pregunten, pues, más, porque nada sé ni de la persona ni del personaje.
Lo que sí sé es la impresión que causó en mí hija cuando vio su primer vídeo de La Cocina de Masito (hoy día es una fan más de sus recetas), me dijo la churumbela: este tío, le llamó tío a Masito (Uff, qué desorden mental tienen algunas) tiene pinta de ser guardia civil cuyo hobby es el de la cocina.
¿Acertó?
Yo diría que no. Pero como tampoco lo sé fijo, ni tampoco me apetece discutir sobre el sexo de los ángeles, mis labios se sellaron. Sin embargo, y para demostrar que soy un incoherente, le contesté: Ni de coña. Le dije que a mí me parecía que no tenía razón; y ahí se habría acabado la cuestión si mi muy propia hija no hubiera insistido con el tema. Cansina. ¿Y por qué no? A mí, que ya se me había ido la olla, me costó centrarme otra vez ocupado como estaba plagiando una receta de Masito. ¿Por qué no, qué? ¿Por qué dices que Masito no es guardia civil?, volvió a repreguntar. Mujer, mujeriña, contesté aburrido porque explicar lo obvio aburre, no sé, pero un guardia civil que se precie luce una pulserita con la bandera de España en alguna de sus velludas muñecas, ¿o no? Y que conste que lo dije sin ningún retintín y sin pensar demasiado en lo que sucede actualmente; es más, lo dije sin cachondeo porque si hubiera querido decirlo así,  lo hubiera dicho con Rintintín, que era un perro. ¿Capichi? Simplemente lo dije, pues. Pareces muy puesto en guardia civil tú, dijo mi hija mirándome aviesamente. No, no creas… apenas. Es un género que no practico y además, y sin querer molestar a nadie, ni bebo Heineken, que además de verde es un meadillo, ni me hacen la menor gracia los beneméritos. Además, tampoco me traen buenos recuerdos, precisamente. Cosas mías. Tampoco hay que hacerme caso alguno.
Y así se zanjó la cuestión.
Pero como de bien nacido es ser agradecido, y como yo le estoy muy agradecido a Masito por sus sencillas recetas, hoy el post se lo dedico a él: a Masito.
Va por Masito, y por todos ustedes: ¡que les aproveche!

Pd. Pese a lo que pueda indicar el tono, mi admiración por Masito es auténtica. Cocina fácil y bien explicada.
Por cierto, intenté subir un vídeo de una receta con calabacín y desisto porque Blogger no lo da hecho. He puesto un enlace.


"Hispanofobia".

                                                                                                 Foto sacada de Google
https://www.youtube.com/watch?v=RVDbafgNRwo


No parece demasiado inteligente aquel que incita al rencor, cuando no al odio, a las personas que le rodean. Y si, aún encima, ese rencor o ese odio, viene auspiciado por los que nos administran, la cosa todavía es peor.
¿O acaso no es eso lo que está pasando estos días?
Ayer el Pp, el partido que actualmente está en el machito, nos ilustró con un vídeo al que titularon “Hispanofobia” en el que se recoge, de forma muy sesgada, una docena de exabruptos por parte de autoridades catalanas.
Después, y en un afán mendaz de que no pare este carrusel en el que están instalados, la autoridad madrileña, por boca de Cifuentes, llama a colgar de los edificios banderas de España a tutiplén. Y de facto convierten algo que puede ser correcto en toda una incorrección y en un llamado al extremismo.
¿Y por qué digo lo anterior? Porque lo cierto es que España es una amalgama de países en el que la mayoría de los ciudadanos queremos vivir libremente y en paz. Y para ello, para conseguirlo, lo mejor es alejarse de los extremismos y trabajar unidos o desunidos, pero siempre en paz.
Así que, no creo que lo que hacen las autoridades, de uno y otro lado, sea lo más conveniente ni lo más adecuado a las actuales circunstancias.
Porque España, por boca de los peperos y de una cantidad de población sin determinar, no tolera en modo alguno la realidad. Y lo cierto es que el actual sistema parece un pez boqueando fuera del agua pidiendo árnica.
Y dado que el despropósito de los trincones que nos dirigen, simétricos en sus latrocinios, no da más de sí y son incapaces de encontrar una salida coherente al malestar creado, y que los unos actúan con desidia al no abordar el problema y los otros convirtiendo un parlamento local en esperpento, cuando no están legitimados  para ello, hoy más que nunca se hace absolutamente necesario, encontrar una salida pactada para resolver el problema que está encima de la mesa.
Lo repito y lo reitero, lo deseable sería que España, o cualquier país sujeto a estos trances, adecúe esa obsoleta Ley que es la Constitución y lo haga con determinación y arrojo. Lo suyo, en una democracia de calidad, es que las personas que viven en este país o en cualquier otro, tengan el derecho a decidir colectivamente sobre su futuro. Sobre lo que quieren, lo que desean y a lo que aspiran. Es un derecho inalienable.
Reconocer, por tanto, el derecho de Autodeterminación de los pueblos es fundamental. Lo demás son las banderas, los fuegos de artificio y las escusas de mal pagador.
Los ciudadanos lo que queremos, al menos eso es lo que quiero yo y soy ciudadano, es vivir en paz y no escuchar tambores de guerra ni soflamas, ni de los unos ni de los otros.
Al fin y al cabo, entre corruptos anda estos días el disparate.


Democracia en pelotas.

                                                                                           Foto sacada de Google

No contentos con haberlo hecho dos veces en el último siglo parece que vuelven por sus fueros.
Estoy hablando de Alemania. Ese país al que llaman locomotora de Europa y que tantas desgracias ha causado en los últimos 100 años. Eso por no hablar de las democracias obsoletas, cuando no corruptas que gobiernan en Europa, y que dependen de la voluntad que exprese Alemania en ese invento llamado Comunidad Económica Europea.
Pero, vayamos por partes:
Primero:
¿Qué tipo de democracia es esa que no regula el número de veces que se puede elegir a un dirigente?
Posiblemente sea la misma que después se escandaliza del creciente número de corruptos que pueblan la Administración. Además, yo  hablo de democracia de verdad, de una democracia que habilite mecanismos suficientes de control y que frene los extravíos que cualquier sistema produce.
También aprovecho y denuncio a todos esos países, incluido el nuestro, que no ponen remedio a tales males. Y a las pruebas me remito. Después vemos lo que vemos y sufrimos lo que no deberíamos de sufrir.
Lo vuelvo a repetir y lo repetiré hasta la extenuación: un dirigente que se perpetúa en el cargo es un peligro público.
A las pruebas me remito.
Segundo:
En Alemania la extrema derecha, los nazis, han conseguido casi el 13% de los votos, lo que traducido en escaños da la friolera de 94-95 escaños.
Supongo que no hará falta recordar lo que pasó ni lo que hizo Alemania el último siglo, ni tampoco hace falta echarles en cara el sufrimiento que produjeron en el mundo y en Europa en particular. Creo que no hace falta recordarlo, porque creo que ellos son los primeros que no lo han olvidado  y porque, además, aún no han acabado de pagar las indemnizaciones que le deben a Israel por el genocidio causado.  
Tampoco creo que haga falta que me esfuerce en modo alguno en hablar del problema nazi, ya lo hace el pueblo judío y para ello emplea capital, medios e inteligencia más que suficiente.
Lo que sí hay que denunciar es a estos responsables eternos sobre las cosas por los males que producen. Y hay que hacerlo por una simple razón: ellos saben, mejor que nadie, lo que pasa y por qué pasa; así que, si no lo quieren arreglar, es porque ellos están interesados en que las cosas sigan funcionando como funcionan.  
Por tanto, ¿a quién extraña que se encastillen y que se perpetúen en los cargos, a quién le extraña, pues, la corrupción?

Y encima con 95 nazis tocando el tambor. Es que… ¿Democracia? ¿De qué tipo de democracia hablamos? 

Voy a hablar de mí libro (del próximo).

                                                                  Foto Gloria López Fotografía

En vista de que en este solar urbanizable llamado España, con grifo de cerveza incorporado, los del patio de Monipodio están dispuestos a correrse a gorrazos, de momento dialécticos, y de que los opinadores y escritores de brocha gorda que pululan por los periódicos utilizan metáforas de trazo grueso y se echan en cara recíprocamente golpes de Estado como si tal cosa, lo mejor será seguir cada uno con lo suyo.
Y como yo últimamente a lo que me dedico es a escribir, pues eso: voy a seguir con lo mío y a hablar de lo que me ha traído aquí:
Voy a hablar de mí libro. De mi próximo libro: 69 truenos y un relámpago
Así se va a titular.
Se trata de una recolección de post antiguos, la mayoría de ellos publicados en El País, y de algún que otro cuento (nuevo) con un denominador común. Ninguno trata de política. Por cierto, actividad ésta de la que participo sólo a título de espectador. Suficientes adictos tiene la cuestión ya en nómina.
Por el contrario, en 69 truenos y un relámpago trato de cuestiones más banales y está dedicado a la persona que amo y que me hace inmensamente feliz
También, como ya había escrito por ahí arriba, hay cuentos. Y es que el cuento, un género menor para mucha gente, y para mí el más difícil, es un género que practicaron algunos escritores con excelsa maestría. Y cuando digo lo anterior, pienso en Borges, el único gran escritor que jamás escribió una novela, pero sí muchos cuentos y relatos e inolvidables poesías. Y que quizá, por ello, por no haber escrito jamás una novela, ni falta alguna que le hizo, los de la academia sueca no tuvieron a bien concederle su Premio.
En fin, lo de ese premio es historia oficial de lo políticamente correcto y del reparto de poder en el mundo. Por tanto, otro tema.
De 69 truenos y un relámpago espero que resulte ameno, supongo que no será un libro muy extenso y por tanto alejado de esa moda, insufrible para mí, que tienen los escritores de ahora de escribir tochos de la nada.
Sólo me resta desear para 69 truenos y un relámpago la mejor de las venturas cuando salga a la venta. Y aunque no creo que sea capaz de romper mi techo de lectores, 43 ejemplares vendidos de la última novela, Alambique, 28, me doy con un canto en los dientes por el mero hecho de poder publicar.
Por último, informar de que para su ilustración llevará dos fotos de mi hija: Gloria López Fotografía.  Una en la portada y otra en el reverso en la que aparecerá el que suscribe tratando de parecer interesante, y que Amazon (no me queda otra, dado que ninguna editorial se ha puesto o se pone en contacto conmigo) imagino destrozará concienzudamente como tiene por costumbre.

Os informaré de más detalles cuando todo esté ultimado y próximo a salir a la venta.

Estados Unidos de España (del problema catalán).


Manda carallo, ¿verdad?, que los catalanes, que presumen de seny y de no sé cuántas cosas más, estén haciendo lo que están haciendo, y como lo están haciendo, pasma a cualquiera.
Por lo menos a este cualquiera que escribe.
Porque deben de saber ustedes que, quien escribe, está a favor de la Autodeterminación de los pueblos. Y está a favor, simplemente por una razón: porque hay que ser demócrata y concederle al pueblo lo que éste reclame mayoritariamente. Y si el pueblo, mayoritariamente, decide emprender un nuevo rumbo y crear un nuevo país, negarle el acceso a ese derecho no parece de buen demócrata.
Claro que, enfocada así, la cuestión catalana, no parece que estemos ante buenos demócratas por ningún lado. Ni por parte de los nacionalistas catalanes, ni por parte de los nacionalistas españoles. Porque, los unos utilizan el imperio de una Ley subordinada como si fuera principal, y los otros, con todo el poder del Estado detrás, usan y abusan de la Ley siempre a beneficio de parte.
Digámoslo claro: los catalanes no lo han hecho bien. En todo caso, el objetivo último, la independencia, no la van a conseguir. Así, no. Aunque tampoco es menos cierto, que el camino ha quedado señalado, y que con el objetivo marcado, y aprendiendo de los errores, es más fácil hacerlo bien en ulteriores intentonas.
Lo cierto, es que, posiblemente, a España dentro de cincuenta años no la conocerá ni la madre que la parió; y es posible que la cosa salga bien, mal o peor. Todo es posible, y como nadie es vidente tampoco nadie puede decir de forma exacta cómo será ese futuro. Si será un futuro de Estados Unidos de España o de Estados Desunidos de España.
Y los que menos lo saben, aunque pueda parecer lo contrario, son los políticos. Ellos viven en la inmediatez y dependen del voto de los ciudadanos. Están más interesados en el presente que en el futuro. Y quizá tanta prisa en la cuestión catalana se deba a que en Cataluña tiene un problema crónico de liquidez. Gastan y roban a manos llenas, duplican las instituciones, crean embajadas a tutiplén y el gasto se dispara exponencialmente. Claro, así no hay manera de cuadrar las cuentas y de no vivir en un ay.
Lo cierto y seguro, y además lo estamos viendo, es que a propósito de conseguir no sé qué, una quimera tal y como está planteada la cuestión, un amplio sector de la sociedad catalana, liderada por una amalgama de partidos, que van desde lo más corrupto al estalinismo rancio, ha perdido de vista lo principal.
Y lo principal es que nos roban.
A los catalanes les roban desde Madrid y desde sus propias instituciones. Y al resto nos roban todos. Nos roban los Ratos, nos roban los Pujoles y hasta el Estado español, para no ser menos, nos roba cuando regala a la banca 40.000 millones que son de todos y cuando rescatan autopistas privadas con dinero público.
Para mí, eso es lo principal y lo demás ganas de hacer las cosas mal y de liarla parda.
Pd.
Lo reitero, por si no ha quedado claro: estoy a favor del derecho a la Autodeterminación de los pueblos. Es más, debería estar en la Constitución si fuéramos un país avanzado y estuviéramos a la altura de leyes pioneras como la Ley del Matrimonio Homosexual.
El problema es que la mayoría de los Estados se pasan ese Derecho por el arco de triunfo; y que no contentos con tal proeza los dirigentes se llaman a sí mismos demócratas y a todos los que no piensan como ellos fascistas.
Y así andamos: insultando y no hablando. O sea, lo habitual. A los nacionalistas, a los de aquí y a los de allá, les ha dado por tirar piedras contra el tejado común. Pagamos todos.


Una decisión drástica sobre el procés

                                                                                             Foto de Google

He tomado una drástica decisión: no volver a escribir sobre el procés.
Y es que creo, digo mal, sé, que escribir mi opinión además de irrelevante, tampoco aporta nada. Conste que cuando digo nada estoy incluyendo en la ecuación tres variables. No aporta nada al procés, no me aporta nada a mí y tampoco os aporta nada a vosotros.
Así que, ¿para qué?
También ha pesado en la decisión la consideración, la creencia, de que con todo lo que ya he dicho hay más que de sobra; y como mi especialidad (si es que tal cosa tuviera o hubiera) es expresar mis opiniones desde un punto de vista más o menos irónico, sarcástico o humorístico, y como se da la circunstancia de que hay gente más que de sobra haciendo lo mismo, pues… eso, reitero, ¿para qué? Tampoco es cuestión de aburrir ni de redundar  más de lo necesario.
Y, otra cosa: sinceramente os lo escribo, a mí lo del procés me aburre.
Es como si los programadores de la tele sufrieran de un siroco colectivo y programaran cuatro olimpiadas a la vez. ¿Os imagináis tal cosa?
Pero no os preocupéis ni lloréis mi ausencia del procés: quedáis en buenas manos. Hay muchísima gente, demasiada, opinando, haciendo humor y exponiendo sus ocurrencias sobre el procés. Así que, no me echaréis a faltar. Además, ¿para qué vais a leer nada de lo que escriba sobre el procés? (Bueno, o sobre nada). Acordaros de la tele, y si tenéis síndrome de abstinencia de procés no tenéis más que encenderla y ahí tenéis a toda una pléyade de humoristas: Rufián, Mariano, Beiras, Soraya, Forcadell, Ferreras, Pastor, Wyoming… ufff, la lista se me hace interminable.
Añado para finalizar y a modo de postdata:
Yo, el que suscribe, también se ve en el deber de manifestaros otra cosa: “entre original y copia, siempre me quedo con original”
Por tanto, disculpar: me voy a poner un vídeo de los auténticos payasos de la tele. “La gallina turuleca…”

¡Ay… si Locomotoro levantara la cabeza!

Hemorragia de opiniones (del procés).


Tengo la impresión de que, tanto los que defienden como los que denostan la cuestión catalana utilizan argumentos ontológicos como si fueran armas arrojadizas.
Todos parecen tener razón y estar en posesión de la verdad. Para darse cuenta de tal cosa no hay más que ojear la prensa; comprobaréis que el mismo argumento puede servir tanto de defensa cómo de  ataque.
Sin embargo, lo que a mí se me antoja difícil de discernir es quien es el que defiende y quien es el que ataca. Quizá, y utilizando un símil baloncestístico, lo que ya no funciona es esa entelequia de estrategia llamada la transición. (Nuestros entrenadores la emplean siempre con T mayúscula).
También llama poderosamente la atención que sea una parte de la derecha catalana la que avale el proceso independentista.
Es chocante por comparación: la derecha española es correosa, difícil de digerir y está incrustada en la edad de piedra tal cual fuere lapa.
Sin embargo, tanto la una como la otra, nos han aburrido con sus pactos hasta la extenuación; hasta el punto de que el gran felón, también conocido en la intimidad por Josemari, aprendió el idioma catalán de mano del Yoda que es Pujol. Y los dos juntos canturrearon en la intimidad aquel machacón tema de reguetón que decía en el estribillo: “Yo dinero querer”.
Y así hasta nuestros días.
Curioso; pero también se podría considerar estos antecedentes como irrelevantes, porque las cosas cambian y porque la Historia sólo sirve para repetirse a sí misma como sabe todo el mundo.
Pudiera ser.
Claro que, estamos ante un maremágnum de opiniones, donde los esprínteres del adjetivo andan a la greña por ver quien lo dice antes.
Después también están los gregarios, los que hacen bulto en el pelotón y cobran por hacer el trabajo sucio.
Voy a poner un ejemplo de lo que digo y después juzguen ustedes mismos:
Le oí decir ayer a don Abel Caballero, ahora excelentísimo alcalde del Ayuntamiento de Vigo  (lo de excelentísimo lo supongo, creo que ninguno ha perdido la afición), decir con referencia a los independentistas catalanes y a propósito del procés: “Son unos fascistas”.
Tal argumento ontológico lo repitió varias veces tal cual si fuera un mantra.
Yo no sé lo que pensarán ustedes, claro que tampoco sé cómo podría hacer tal cosa, pero tengo la impresión de que aquí debe de haber algún tipo de error.
Otro invento digno de consideración y de ser tenido en cuenta, es ese otro latiguillo que circula estos días: “esto es antidemocrático”.
Lo dicen a todas horas y todos los días. Lo dicen despacito, despacito, poniendo énfasis en las sílabas y como canción política del verano.
Así que, yo no sé. No sé si la democracia la inventaron ellos o si la democracia es como la Ley y tiene múltiples lecturas. Lo que sí sé, es que el caminante se ha echado al camino y que se hace camino al andar.
Y lo podrán parar,  bien es cierto, lo mismo que lo es que la Historia nunca dejará de cambiar.
Claro que, otra cosa sería saber si la Historia cambia para peor o para mejor. Porque, si hacemos memoria, de todo ha habido en la viña del Señor.





Typical spanish, tópica barretine.


Yo, que soy muy generoso, digo que cuando les llamo idiotas se lo llamo a todos. Así, por extensión. A los unos por utilizar al Estado como si fuera un derecho, y a los otros como practicantes del timo de la estampita.
Hombre, ya está bien. La tontunada y la osadía están yendo demasiado allá. Porque, ¿y qué hay de lo mío?, ¿y qué ha pasado con los yihadistas del dinero? ¿Acaso los Pujoles, los Ratos y demás escoria han devuelto algo o están siquiera en la cárcel?
Mirar, yo no quiero ser maleducado, no es muy lo mío y además soy demasiado panoli para ello, pero en verdad en verdad os digo: ¡anda y que os vayan enhebrando! Qué estado de derecho ni que pollas; o como decía uno al que escuché el otro día bien acodado y que presuntamente (lo negaré ante un juez si es preciso) ya se había bebido un par de bares: Hostias en vinagre para todos. Claro que, después invalidó la tesis: se sacó la chorra y regó media provincia. Tampoco es eso, caray, No perdamos tanto el ritmo ni el compás.
¡O sea, se me sienten, coño! Hagan ustedes el favor. Y no se crean que hoy me he levantado golpista o algo así, me he levantado con la vena gorda porque la marca España me la inflama. ¡Cagoensós!
Pero a ver, que creo que no me explico. Porque, y digo yo, pues lo reitero, ya que llevo tiempo en ello:
Y no sería mejor que hicierais lo que mejor sabéis hacer todos: Funambulismo y componenda. Acordaros de que hay ejemplos. Escocia, ¿os suena, os acordáis? Incluso si os ponéis encontraréis más ejemplos. Seguro. Referéndum pactado y se acabó. Y tranquilos, tranquilitos todos. No os rasquéis mucho que más de tres toques se considera paja y… no vaya a ser. Que os conocemos y sois muy cerdos. Los unos y los otros, y la mierda siempre queda por barrer. Además, lo sabéis, próceres del Derecho, ganaría el sí. Fijo, fix, finkoa, fixo. Así que, porqué no.
Además, hago saber, yo también me declaro independentista: Independentista de vuestros desfalcos.
Oíd, disculpar, que me he levantado agrio, con el pie izquierdo y un gato negro se me ha cruzado por el pasillo. O sea, tópicos y disculpas de mal pagador. Igualito, igualito que vosotros.


Javier Marías


Escribir sobre Javier Marías es para mí complicado por varias razones. Si bien lo admiro en lo literario, más podría decir que la fascinación que tengo por el personaje es por lo secundario, que no es poco.
Por una parte es un hombre de una educación exquisita, y eso se nota al leerle, y al mismo tiempo sus aficiones me pasman porque me llenan de envidia, y ese es uno de los pocos defectos que me jacto de no tener. No envidio a nadie por sus posesiones materiales, ni siquiera a aquellos a los que tales posesiones les sitúan en el lecho de mujeres superlativas. Nada, es como si hubiera nacido vacunado contra ese pecado capital y mira que me gustan los pecados, sobre todo los capitales.
La envidia de la que hablo es que alguien pueda tener la determinación suficiente para hacer cosas que a mí me hubiera gustado hacer. Es por eso que aparte de al propio Marías, esté muy celoso, en otro plano,  de García Márquez y de Borges no hablemos porque si hacemos excepción de que está muerto el resto es todo máster de envidia.
Me pasa también con algunos músicos, pero no pretendo dar un recital sobre el yo. De eso sabía mucho Lacan y tampoco estoy por la labor de robarle protagonismo.
Las aficiones de Marías son variadas:
Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes y todo ese club de exquisitez británica que incluye catálogos de pipas, compra de cartas… Resumiendo, todos esos pequeños placeres o antojos que nos hacen la vida más agradable.
Pero como soy un distraído, y encima  hay años que me extravío del todo, no estaba informado de que también tiene una pequeña editorial, Reino de Redonda, donde edita textos que él considera de calidad incuestionable, de una manera casi artesanal y a buen precio, si mal no he leído en su artículo publicado el sábado 23 de agosto.
Sí, sabía, por él, y sólo por él, que es el autoproclamado Rey de Redonda y que al estilo artúrico está rodeado de personas muy competentes que le complementan en el gobierno del Reino.
Quiero pensar que muchos de ellos son conocidos o colaboradores, más que nada porque no creo mucho en la gente que dice tener tantos amigos. Entre esos amigos está George Steiner quien en el suplemento de El País del día siguiente al reseñado artículo se despacha así: (copio y pego)
PREGUNTA DE EL  PAÍS: ¿Insinúa Que el idioma es la raíz del problema?
GEORGE STEINER. Quizá. Pero, cambiando de tema me han dicho que hay una universidad en España en la que es obligatorio hablar en gallego.
RESPUESTA DE EL PAÍS. Igual que es obligatorio en Cataluña compartir el catalán con el español.
COMENTRIO DE GEORGE STEINER. ¡Pero no me compare el catalán con el gallego! El catalán es un idioma importante, con una literatura impresionante. Pero el gallego ¿por qué ha de ser obligatorio en una universidad?
Tiene razón. Suceden cosas muy excéntricas en el mundo y al igual que en Oxford dan las clases en inglés, qué ocurrencia, en Galicia lo hacen en gallego. ¡Estos gallegos!
No quiero polemizar sobre esto, ni sobre lo que dijo a continuación porque el que lo haya leído habrá telepáticamente pensado lo mismo: este tío está muy mayor, y se le nota. ¿O siempre ha sido así, o es humor judío-británico? Lo pregunto sin malicia alguna porque jamás  leí nada de este individuo y mi curiosidad hacia él y lo que motivó la lectura de esa entrevista (nunca leo entrevistas) es haber leído su nombre el día anterior en el artículo de Marías.
Otro compañero de viaje o de aventuras al que nombras es el tal Pérez Reverte, Arturo. Quien duda que tiene una prosa fácil, pero sus artículos los encuentro excesivos por caer de forma reiterada en lo que tanto critica: el extremismo y el nacionalismo, en este caso español.
Personalmente me importa una higa, por copiarle vocabulario, de qué parte del mundo provenga el Nacionalismo, es una opción política para mí limitada y por tanto prescindible.
A pesar de todo no debes preocuparte porque yo conozco gente anónima para ti que son en sí mismos auténticos mamarrachos, cretinos y tarados. Por tanto, en un hipotético cambio de cromos pierdes, seguro. De todas formas, si quieres, te cambio media docena de desconocidos por esos dos que, tal vez, aún puedan ser aprovechables. Ya sabes lo que se dice: del cerdo se aprovecha todo.
La única afición que tienes y que no me gusta es esa de ser socio del Real Madrid, coño, Javier. ¿El Real Madrid? Qué le vamos a hacer, todos tenemos derecho a nuestras manías y tú no vas a quedar excluido del TODOS, pero me siento como cuando a mi hija le gustaban las Spice Girls.
¡Algún día verás la luz, pequeño saltamontes!
Para finalizar debo informarte de algo que quizá ya sepas. En el ayuntamiento de Corcubión, La Coruña, hay una parroquia que se llama Redonda, y en ese lugar existe un castillo al que llaman del Cardenal, es una maravilla, en una península, con dos calas que si te bañas allí no necesitas ir al paraíso porque ya llegaste. Ese castillo está a la venta. Si te lo compras entonces sí que serás el verdadero Rey de Redonda, si no lo haces te quedas en autoproclamado y vas que chutas.
También te manifiesto que los reyes, bajo mi consideración, deben vivir juntos en ese extraño país llamado Exilio, pero como lo tuyo no deja de ser ficción quedas exento.
Hago constar: que no tengo ningún interés en la venta de dicho inmueble, que me la trae floja, y que ni siquiera sé quién es el dueño o propietaria de dicha maravilla.
Lo que si me consta es que yo jugué mucho de pequeño en ese lugar y todavía recuerdo aquellos dulces veranos de sal.

Recibe un cordial saludo.

Para Javier Marías.


Estoy de acuerdo con Marías y con Javier en que la nueva ortografía lo único que hace es abrir más el idioma y complicarlo. Porque si la cosa funcionaba bien así, para qué cambiarla.
Dice Javier Marías, que es un sobrado, un tío que ha leído mucho, que ha estudiado mucho y que sabe mucho, que para eso ya hay otros idiomas; en los otros idiomas las cosas quedan mucho más abiertas y los significados más imprecisos. Entonces, ahora que reparo, no me extraña que los abogados en Estados Unidos ganen un pastón, pero, claro, no soy americano dominante jamás había reparado en tal eventualidad. Los beneficiados aquí, imagino, también serán los abogados, es un decir, porque con algunas cosas, los de la R.A.E, parece que han favorecido el beneficio de la duda.
Sólo o solo. Ahora no se acentúa nada. Antes se acentuaba el adverbio cuando te referías a solamente, si lo usas de adjetivo se escribía pelado. Por tanto, la frase que alguien me envió ayer, alguna bienintencionada queda: "He tenido sexo solo dos horas", Que cada uno la interprete como le de la gana. Lo mejor es conocer a la intérprete para adivinar el tamaño de la paja.
Sólo no estoy de acuerdo en una cosa con Marías. Él escribe que ahora los poetas lo tendrán más difícil. Discrepo. Si hay alguien que se maneje en la excelencia, en la ortografía y en la sintaxis y en lo que haga falta menos en ganar dinero, esos son los poetas. Son precisos como un cirujano armado de bisturí, y están acostumbrados a masturbar las neuronas en busca del adjetivo perdido hasta la extenuación. Los poetas lo van a tener más fácil, porque si un buen vate siempre tiene varias lecturas; imagínense, por tanto, a partir de ahora.
Voy a salir a ver si encuentro una botella reserva del 99 y me la bebo solo. Sólo eso. Un poco de queso y membrillo para cenar solo y sólo veré la tele un rato, que mucho cansa y aburre y apelmaza, seguro que solo, en la cama, me lo paso mejor que sólo viendo la tele.
Hemos perdido diversidad. Precisión. Para una cosa que teníamos van y nos la ahorran. Esta historia me va sonando.
Javier Marías, tú dices que como académico de la RAE que eres que no estás de acuerdo; y yo te digo, y si no estás de acuerdo y además tampoco te hacen ni caso, qué pintas ahí, tío. ¡Lárgate!, seguro que serías el primero en presentar la dimisión.
Tú, autoproclamado Príncipe de Redonda, ni siquiera me has hecho caso y te has comprado el castillo del Cárdenal, que hay en la localidad de Redonda, Corcubión, La Coruña. Si lo ves, lo flipas, chorvo (¡Uyy, qué desliz!)
Pongo en tu conocimiento que no tengo el menor interés en que adquieras el inmueble, pero te aseguro que si lo haces en mí tienes un vasallo. Incluso estoy dispuesto a comprar alguno de esos libros que publicas en la Editorial Redonda. Aunque lo haya perpetrado el mismísimo George Steiner de los cojones.
Sin embargo, mientras no lo hagas, para mí, seguirás siendo lo que eres, un tío que escribe artículos excelentes y novelas dudosas, que es forofo del Real Madrid, te lo perdono, todos tenemos nuestras debilidades, y que además es de Soria, creo.

Yo, sin embargo, “Voy camino Soria” Siempre estoy yendo, Javier. Claro que, tampoco tengo prisa alguna por llegar. 

Viviendo en 1975.

                                                                                        Fotografía Gloria López

Creo que al respecto hay muchas teorías: lo que le pasa a uno le pasa a muchos. Claro que también puede ser que no lo haya entendido todo, ni siquiera bien.
Viene a cuento lo anterior porque, últimamente, tengo la sensación de que vivo en 1975.
No os preocupéis, después me miro al espejo y se me pasa la tontería. Pero, no sé, ese poso, ese regusto. Algo queda, siempre. Aparte de las arrugas, claro es.
Recordemos, en 1975 Franco agonizaba en un hospital, España era en blanco y negro, y pese a todo no estábamos tristes, al contrario, éramos la envidia de Europa. Los jóvenes se uniformaban, la música disco tomaba al asalto las discotecas; los economistas ya practicaban la videncia, los abogados el frenesí y a los baches se les hacían carreteras; la biología empezaba a estar de moda, algunos periodistas madrileños vivían en comunas y los poetas servían de mobiliario en los pubs; los pijos descubrían la zambomba con calcetín, los desclasados atracaban farmacias y muchos murieron practicando la equitación.
Y así, y con diez mil o seas más que en el tintero quedan, llegó la Democracia a nuestras vidas.
EE.UU, que tiene un plan para todo, puso en marcha la versión “que parezca un accidente”. Pergeñaron la llamada Transición, y como Victoria Prego era joven y con buena disposición, aprovecharon y la nombraron evangelista sine die del invento. Importaron un Carrillo, dijo amén como buen monaguillo, y diez mil hijos del agobio y del dolor salieron de la cárcel. El Psoe, que era un partido, también aprovechó y salió de la zona oscura donde moraban los Isidoros, y empezaron los fuegos fatuos. Las ventas de cava subieron, y para celebrarlo, don Manuel, inauguró un paso de cebra, no en vano la calle era suya.
Y así hasta nuestros días, versículo a versículo, golpe a golpe, víctimas de la maldición Iglesias, no Coletas, sino Julio, aquel cantante premonitorio autor de “La vida sigue igual” Maniobras de diversión. Porque sí, porque estamos en manos de gente buena, quién lo duda. Gente que se preocupa unas veces por Lilian, otras por Tintori y siempre por apiolar a sus opositores. Con lo de siempre, enviando a los muñidores a organizar desprestigios y a pregonar desvergüenzas. Media España en nómina, la otra media preocupada por los supermercados de Venezuela.
Estamos en España, ese país en el que antes no se ponía el sol y en el que ahora siempre da la sombra. 500 años de desprestigio tiene la enjundia. De Colón, y su huevo, viene nuestro engolamiento de medio pelo. Los más, los propaladores de infundios estatales, y pese a todo preparados, no reparan en que son carne de cañón especializada que, unas veces por una nómina y otras por el simple incentivo de un  bolígrafo serigrafiado, venden sus neuronas al diablo.
El serial de despropósitos fue descrito por caballeros ingleses y vende biblias con rigor. Engolados andan los españoles, como si fueran señores, y todos con espadones colgados en sus cinturones.
Tal cual ahora que, salvando las distancias, en que el gin tonic con enebro y esencia de mamalón ha sustituido al espadón. Y de aperitivo unas aceitunas de mire usted, por favor.

Pero, no me hagáis caso alguno, porque esa ilusión óptica que tengo últimamente, la de vivir en 1975, la tengo diagnosticada desde 1975, así que tampoco es ninguna novedad. La patología es crónica.

Mariano Rajoy es un triángulo.

                                                                           Foto sacada de Google

Mariano Rajoy demuestra todos los días el Principio de Arquímedes. Porque todo el mundo sabe que un cagarro sumergido en agua flota. Claro que él, como muy moderno, también nada. Y el que flota y el que nada, no se ahoga. Y como no se ahoga es una escuadra. Por tanto Mariano y también Rajoy, digámoslo claro, es un triángulo. Cateto, hipotenusa y ángulo del salón oscuro. También, tiene vértices y sus biógrafos, se hace saber, aseguran que también aristas. Y aunque, sí parece, quizá no sea. Vete tú a saber. Tal vez sea adivinanza. Oro parece, plátano es. ¿Qué es lo qué es? Pues eso, Mariano, de apellido Rajoy. Ínclito en Pontecity, por parte de padre y hostiado por un pijo familiar por parte de costilla. Él, el designado por el dios Fraga, como heredero de su caspa, voló alto. Llegó a Gran Emir de su partido, porque lo de Rato ya lo sabían y tuvieron que elegirlo él. Por descarte. Ni Mayor ni Oreja servían para el mandado. Rato estaba descartado por trincón, palabra de CNI, te alabamos Soraya. Por tanto, tomó posesión y empezó el digo digo y el digo Diego. Todo al tiempo. Catástrofe sí, catástrofe después, ahí sigue. Inasequible al desaliento. Dando pena por los caminos. Acompañado del marido de… de ella, a la que los malandrines llaman doña Rogelia. Fiel vasalla, la señora, y escudera de primera. Tan es así que, la muy osada, presta a su marido al contratante de la primera parte para aquello de los paseos. Y así, entrambos, o sea, dos, suman sueldos y prebendas. Eso sí, ganado todo a golpe de suela. Prietas las filas y recias marciales embocan sus ijares en poltronas de tronío. Vacacionan por los mismos lugares y cogen las mismas cagaleras. Pero, al Presidente, mire usté, últimamente le duele la espalda. Le preguntan a ella, que siempre está a mano y además es médica y Presidenta de Congreso, y receta: encogimiento de hombros y espumarajos cada ocho horas. No funciona la terapia. Entonces preguntan a Viruca, socia del contratante, y se le enciende la bombilla a la muy propia. De Granerolandia, tierra conocida entre los lugareños por Galicia o por Galiza, según los barrios, se desplaza el personal trainer de la señora. Fisioterapeuta es el gallardo mozo elegido. Manosea ese cuerpo que será pasto de gusanos mientras el sufriente babea, y arregla, en lo posible, el desaguisado muscular. Para celebrarlo, don ínclito, de la provincia de Pontecity, hace lo que mejor sabe hacer: coger un avión. Plusmarca nacional entre políticos. Va a Palma de Mallorca, que es un sitio, que queda por allá, en la mitad de la poza mediterránea. Llega tarde y el Felipe VI, el que va después del V de Anjou, lo espera tañendo la botella de Anís de la Asturiana. Hola, qué tal. ¿Cómo van esos musculitos?, pregunta de una forma muy real. Bien. España va bien. Dentro de poco saldrá Báñez, que se está recuperando del intento de suicidio con laca, y lo dirá. Todo bien, ¿qué tenemos de papeo, larguirucho? Ay, no sé. Espera, que pregunto. Llamó a un lacayo sin librea, un desclasado, y le dijo, oye, pégale un berrido a la sorda y que te informe. ¿De qué, vuesareverendísimaexcelencia? De qué va a ser, hombre, de qué va a ser. Que no te enteras, Contreras. Y así fue como don ínclito de Pontecity, patrón de la Cofradía del Santo Palomino, amplió mundo y conoció otro sitio. Lo dijo subliminalmente al salir en la rueda de prensa que le montaron para echar sus eructos, cuando dirigiéndose a una que pasaba por allí dijo: Mari, ven. Después sonrió para celebrar tamaña ocurrencia.