He tomado una drástica
decisión: no volver a escribir sobre
el procés.
Y es que creo, digo
mal, sé, que escribir mi opinión además de irrelevante, tampoco aporta nada.
Conste que cuando digo nada estoy incluyendo en la ecuación tres variables. No
aporta nada al procés, no me aporta nada a mí y tampoco os aporta nada a
vosotros.
Así que, ¿para qué?
También ha pesado en la
decisión la consideración, la creencia, de que con todo lo que ya he dicho hay
más que de sobra; y como mi especialidad (si es que tal cosa tuviera o hubiera)
es expresar mis opiniones desde un punto de vista más o menos irónico,
sarcástico o humorístico, y como se da la circunstancia de que hay gente más
que de sobra haciendo lo mismo, pues… eso, reitero, ¿para qué? Tampoco es cuestión
de aburrir ni de redundar más de lo
necesario.
Y, otra cosa:
sinceramente os lo escribo, a mí lo del procés me aburre.
Es como si los
programadores de la tele sufrieran de un siroco colectivo y programaran cuatro
olimpiadas a la vez. ¿Os imagináis tal cosa?
Pero no os preocupéis
ni lloréis mi ausencia del procés: quedáis en buenas manos. Hay muchísima
gente, demasiada, opinando, haciendo humor y exponiendo sus ocurrencias sobre
el procés. Así que, no me echaréis a faltar. Además, ¿para qué vais a leer nada
de lo que escriba sobre el procés? (Bueno, o sobre nada). Acordaros de la tele,
y si tenéis síndrome de abstinencia de procés no tenéis más que encenderla y
ahí tenéis a toda una pléyade de humoristas: Rufián, Mariano, Beiras, Soraya,
Forcadell, Ferreras, Pastor, Wyoming… ufff, la lista se me hace interminable.
Añado para finalizar y
a modo de postdata:
Yo, el que suscribe,
también se ve en el deber de manifestaros otra cosa: “entre original y copia, siempre me quedo con original”
Por tanto, disculpar:
me voy a poner un vídeo de los auténticos payasos de la tele. “La gallina turuleca…”
¡Ay… si Locomotoro
levantara la cabeza!
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