EL SENY HA MUERTO.

Habitualmente se asocia radicalismo con izquierdismo, y la realidad. que es muy tozuda, dice que no es así. Las cosas raramente son tan sencillas. Entre el blanco y el negro existe una gran variedad cromática.
Pese a ello los políticos españoles se empeñan en ver las cosas siempre en blanco o negro. Los de Madrid, que se deben creer ángeles, las ven en blanco; y los catalanes, que son unos demonios para los de Madrid, las ven en negro.
Lo del seny hace años que quedó descatalogado. Y algunos nos hacemos algunas preguntas.
¿Una persona de derechas puede ser nacionalista?
Al parecer sí, porque en Cataluña la persona que está pilotando la deriva nacional independista, o sea, el nacionalismo, no es otro que Artur Mas. Un señor que preside un partido nacionalista de derechas, y que quiere para Cataluña un Estado propio al margen, aunque a la orilla de España.
Pero, ¿qué pasa con Cataluña?
Porque nada de lo que sucede en Cataluña parece alejado de lo que ocurre en España.
Allí hablan del 3%. El famoso 3· de las mordidas. Para el Partido, para el bolsillo de algunos, para esteladas, para peluquería, y para lo que les de la gana a los recaudadores de la mafia política que allí gobierna.
¿Alguien ha ido a la cárcel por el 3%? ¿Alguno de los Pujol ha entrado en el trullo por enriquecerse durante años a costa de los catalanes o de los españoles? ¿Acaso no se sabían las peripecias de los Jordis y de los Pujoles?
Pero, ¿en España no pasa lo mismo? Y Bárcenas, qué. Y la financiación ilegal de los partidos, qué. Y,  ¿qué pasa con todo el montón de mentiras que atesora el Tribunal de Cuentas? ¿Sirve para algo dicho Tribunal, aparte de para repartir enchufes entre la parentela?
Llegados a este punto la pregunta es obvia. ¿Están de coña o qué?
Y la respuesta es que sí. Están de coña. Los políticos catalanes le toman el pelo a los catalanes, y los españoles hacen lo mismo y nos toman el pelo a todos los españoles, catalanes incluidos, pero con ellos, con los catalanes, quieren ir más lejos y cortarles también la cabellera.
Debe ser por eso, para que no le corten la cabellera, que Lluis Llach dice que si no gana el independismo se marcha de Cataluña a Senegal, y todavía no se ha debido dar cuenta de que ya está calvo.
Lo mismo prometió Marhuenda, irse de España, y ahí sigue. Dando la matraca.

Y digo yo, ¿por qué no se van todos juntitos de la mano a bailar una sardana y nos dejan en paz?
¿Por qué? Decirme, Mourinhos de los cojones. Siempre positivo, nunca negativo.


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