GAZAPOS.

A veces lees cosas y no tienes muy claro si se trata de una pifia o de algo intencionado.
Practicar el deporte del gazapo intencionado debería gozar de mejor consideración. Refuerza el humor, es bueno para el tránsito intestinal, y ayuda a pasar las horas muertas.
Así, por ejemplo, leer un titular de periódico en el que se asegura que “una mujer fallece dos veces en el mismo día” no nos debería mover a la risa, y aun menos echarle la culpa al periodista o al corrector el error. Al contrario. Deberíamos alegrarnos de que alguien haya tenido derecho a una segunda opinión, porque si lo dice el periódico deber ser verdad, aunque bien cierto, según cuenta la leyenda, que no es la primera vez que sucede tal prodigio, porque hace dos mil años vivió un señor al que asesinaron, que después resucitó y cuando subió al cielo se murió.
Y aunque en aquella época aún no se practicaba el periodismo ya había escritores dotados de prosopopeya y enjundia suficiente como para contar esa historia tan bien  documentada.
También podéis ver la película si sois inquietos. Hay versiones a porrillo. E incluso, si necesitáis más información, siempre estáis a tiempo de leer el Nuevo Testamento redactado por cuatro evangelistas empleados a tiempo parcial como notarios.
También es celebérrimo el caso de un señor de Muros.
Este hombre, posiblemente un independentista, se murió con ganas de llevar la contraria.
De hecho el triste desenlace sucedió un viernes, pero como sabía que a su parentela ese día no le iba nada bien, por aquello del finde y eso, decidió enterrarse el martes anterior.
Un sagaz reportero de Noya, afamado jugador de cartas e inventor de la famosa cita “te voy a enviar a Noya”, de aplicación sólo en el caso de ganar al naipe arrasando, y competidor del afamado creador de frases de Muros que inventó aquella de “todos los tripulantes somos gallegos menos el patrón que es de Muros”, recogió en sus memorias, publicadas por Ediciós do Castro, 1969, una recopilación de hechos curiosos sucedidos en Galicia entre los que se documentan este y otros casos.
Este hombre, que murió en el año 1956, publicó su obra en 1969 como ya se ha escrito, y gracias a los nulos beneficios de la misma ahora está ultimando su obra póstuma “Cartografía del más allá”. En ella asegura que el sonado romance entre Querubín y Serafín es sólo un rumor. Da fe y rubrica desde el mismo Cielo. En realidad, dice ufano de si mismo, sólo son buenos amigos.
Igual que sucedió anteriormente con Mas y Marrano que están muertos y todavía no se han dado cuenta los muy marineros.  
Y es que: hay gente que no se entera de nada.



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