Delante de un juez
siempre dicen lo mismo: no sé, no me
consta. De la Infanta para abajo todos repiten lo mismo. Y la cosa todavía
puede ser peor. Si salen en rueda de prensa a anunciar alguna macacada la última moda también es
emplear esas dos frases: no sé, no me
consta.
Da la impresión de que
nuestros políticos en lo único que se ponen todos de acuerdo es en emplear esas
frases: no sé, no me consta.
Sale en televisión el
Presidente del Gobierno, ¿y qué dice? Pues eso: no sé, no me consta.
Lo mismo que dice la
Infanta, que decía el anterior Presidente del Tribunal Supremo, el cuñao Urdangarín, la familia Pujol,
Camps, Fabra, Matas, Chaves, Griñán, Aguirre, Granados, González, …. Todos nos
dicen lo mismo. Unos/as, según ellos/as, no se enteraban de nada y los otros
estaban allí de adorno. Responsabilidad cero. No sé, no me consta, y de oca a oca y sigo mangando porque me toca.
Llevamos años
instalados en el no sé, no me consta. Años
escuchando a Mariano Rajoy decir: esto
es la última vez que sucede. Años de mentiras, de falsas explicaciones y de
no hacer nada. La tan cacareada transparencia
brilla por su ausencia.
El Ciudadano tiene
derecho a estar desinformado. De
ello se ocupan los políticos que nos gobiernan dando subvenciones a troche y
moche a la prensa. Desfachatez a todas horas. Dimiten de los puestos sin
remuneración pero jamás dejan de percibir un sueldo. Ahí tenemos el caso de
Esperanza Aguirre, la que dijo con todo el morro que ella había destapado la
Gürtel. Ahí está el caso reciente de Gómez Besteiro, el secretario general de los
socialistas gallegos, a quien alguien, a saber quién, ingresó en cuenta
corriente seis mil euros, en efectivo, y después otros treinta y seis mil euros
también en cash. ¿Para qué? ¿Por qué? Pues… vete tú a saber. El caso es que el
señorito Besteiro sigue estando ahí, respaldado por Sánchez. El mismo al que
putea desde Andalucía la compañera Susana que fue puesta por Griñán, el que fue
lo que fue gracias al dedo de Chavez, y todos ellos apadrinados por el gran
gurú que es Felipe, marqués de Oligarca, y consejero de ideas rancias.
Y así seguimos,
escuchando a toda esta pandilla de mamelucoss
entonar la balada triste del comisionista y repitiendo sin cesar el estribillo:
no sé, no me consta. Letra:
cualquier político. Música: marca España.
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