COCINEROS DE ATAPUERCA.

Sinceramente, a mí lo que opinen los cocineros sobre legislación laboral me la trae floja. Parto de la base de que todo el mundo tiene derecho a tener la opinión que le dé la gana. Incluso incumpliendo la legislación vigente. Mientras sólo sea opinión y privada...
…Por lo tanto que los cocineros defiendan la figura del becario o del staiger, como dicen ellos, me parece tan legítimo como que a mí me importen un huevo sus opiniones más allá de la receta del escabeche (es un poner).
¿Por qué? Porque zapatero a tus zapatos. Traducido. A los fogones.
Cada uno puede tener derecho a opinar lo que le salga del culo.
A partir de ahí, y si contratan becarios o staigers o a gilipollas que trabajen gratis, también tienen razón y derecho a hacerlo. Derecho, porque parece ser que estas conductas están consentidas y admitidas en el Estatuto de los Trabajadores.
Por tanto, si ellos tienen derecho a aprovecharse de las circunstancias laborales que los gobiernos democráticos toleran, los demás también tenemos derecho a protestar e incluso a poner el grito en el cielo, y a pedir que tales cosas no sucedan.
Y es que yo, que soy suficientemente mayor, recuerdo otras épocas y otros tiempos, cuando el mandamás era un general superlativo apellidado Franco, y el servicio doméstico (por ejemplo) trabajaba prácticamente por la comida y un poquito de ropa con la que abrigarse, mientras los señoritos de patacón se entretenían paseando sus miserias y presumiendo de la mucama que habían traído de la aldea.
Viendo estas cosas cualquiera pensaría que cuarenta años de democracia no han servido para nada.
Porque los mismos señoritos siguen defendiendo las mismas chorradas, con los mismos argumentos y por los mismos cuatro patacones.
¿A vosotros todo esto no os huele a rancio?



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