De la novela, ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas?, salió la excelsa película que es Blade Runner.
En ella se enmarcan
frases memorables de la categoría de la que da título a este post: “yo he visto cosas que no creerías”.
Viene ello a cuento de
la estúpida realidad de nuestro país. Nación ésta en la que, gente que se dice
bien intencionada, y que es calificada de preparada por ojo de buen cubero,
dice trabajar con denuedo en favor de todos los públicos. Y aun pudiendo ser
verdad, también es cierto que tal vez sea mentira.
En todo caso, lo mejor
siempre son las interpretaciones que cada uno hace a propósito de que el Pisuerga
pase por Valladolid.
Los amigos del régimen.
Los que sin cobrar nada defienden a los rufianes que nos gobiernan de los
Rufianes que los acosan. Los que dicen una cosa y argumentan la contraria. Los
que a Dios rogando y con el mazo dando. Los pijus obsoletus, los yonquis de los
“regalos” de La Razón, de las homilías Inda y todos los que añoran limpiarse el
culo con papel Elefante.
Y, a mí, que ya estoy
curado de espantos, estos prójimos me sumen en un estado próximo a la mueca y
al arqueo de ceja. Tanto que a veces hasta se hace difícil dar crédito a lo que
lees. Claro que después viendo de quién vienen las frases te acuerdas de la
mítica ya mencionada, y con cambiar el visto
cosas por el leído cosas, tienes
una película de política-ficción.
Decía uno en un Estado
de Facebook a propósito del antes cantante y ahora político (¿o es al revés?)
que es Lluis Llach: “Este miserable y
ignorante que se viste como un pordiosero…”
Creerme, el que lo
escribe es un hombre preparado (y no es un fallo, que un fallo lo tiene
cualquiera). Preparado tanto o más que un vulgar presidente del gobierno. Y aún
sin llegar a ser abogado del estado, que eso ya debe ser lo más en
idiosincrasia, no le va a la zaga a ningún ministro en cuanto a títulos.
Incluso si os fijáis
bien en la frase, en la enjundia y prosopopeya, podría estar a la altura de
cualquier CEO de este país (los he conocido así de finoli-deformados en esas
school harward de los cojones).
Son gente, creo que ya
lo he dicho antes, sobradamente preparada, licenciados en lo suyo y doctorados
en lo ajeno.
Pues bien, esta
pandilla de Preparados y de Campechanos, los que dirigen este país, y a los que
todavía sobra tiempo para darnos lecciones de ética, no darían la talla ni para
trabajar de limpiabotas en un país normal.
El problema es que,
¿dónde encuentras un país normal? ¿Y dónde encuentras a gente interesada en la
ética? Porque, normal, lo que se dice anormal si hay, y si ético fuera lo mismo
que estético, a porrillo.
Menos mal que en mí
rescate acude otra frase de la misma peli que explica mejor la cuestión:
“Nunca
he visto una tortuga, pero le comprendo a usted”.
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