Somos muchos los que
cuando hablamos o escribimos de él le dedicamos toda suerte de improperios.
Entre ellos el de imbécil y el de tonto del culo suelen ser de los más
socorridos. Y sin embargo, y si lo pensamos bien, yo diría que estamos
equivocados.
Hablo de Rajoy, ¿y por
qué he escrito lo anterior? Pues, lo escribo porque hoy caído del caballo
(¡menuda leche!) y he visto la luz.
Para empezar voy a
aceptar imbécil y tonto del culo como animal de compañía. Bien. Puede ser que
Rajoy sea ambas cosas. La verdad es que se esfuerza. Pero, ¿si Rajoy es imbécil
y tonto del culo, qué adjetivos calificativos usamos para definir a los que
hacen oposición? Porque llamarles listos se antoja exagerado y denominarlos
estrategas es mear fuera del tiesto.
Y es que, Rajoy, el
imbécil y el tonto del culo para muchos de nosotros, es el primer imbécil en la
historia de la imbecilidad que, sin hacer nada y dejando a los demás que lo
hagan y lo digan todo, se ha proclamado Presidente del Gobierno.
Por la gracia de sí
mismo, y gracias a la agudeza de los demás, Rajoy es presidente. Y los demás
miran, miramos para él. Vemos que sigue a lo suyo, y que sin hacer, ni merecer
nada, está ahí. Presidente del Gobierno, reitero del verbo repetir. No es un
cualquiera. Ni siquiera nosotros mismos, criticones y listos como somos,
alcanzamos tal grado. Él, sin embargo, sí. El imbécil y el tonto del culo es
presidente; nosotros, no. Los listos y estrategas de la oposición no son
capaces ni ponerse de acuerdo a la hora de ir a mear. Es un hecho. Aunque, eso
sí, una vez que vienen de hacerse sus pajillas por esos urinarios de Dios, no
les queda tiempo ni de guardarse la chorra. Y para demostrar la empatía y las
ganas de agradar al personal, se dedican a hacer oposición meando hacia el
público en general, y diciendo las cosas que decimos todos: Rajoy es imbécil y
tonto del culo. En fin, para eso…
Ante lo cual os
pregunto, ¿y quién es el presidente del gobierno, Rajoy o los que lo critican y
ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo en echarlo?
No sé, para mí que el
kilo de imbécil en esta España plagada de patriotas suizos cotiza al alza, y
que el Congreso se ha convertido en un Centro de Día.
Y es que: el caballo es un animal, un animal es un
bruto, bruto mató a César, César no hizo nada, el que nada no se ahoga, el que
no se ahoga flota, una flota es una escuadra y una escuadra es un triángulo.
O sea y traducido, especialización
del diputado español: juegos de palabras, crucigramas y sudokus. (Los/as más
avezados/as prefieren el Candy crush).
Rajoy será un imbécil y
un tonto del culo, será. Pero por mucho que nos digan los que le hacen oposición que ellos son un champú
anticaspa, lo cierto es que cada día hay más grasa.
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