El molt honorable caganer a la fuga


Unos días ausente y sin apenas tiempo para ojear los periódicos y cuando llego me encuentro con que Puigdemont se ha ido a ver el Atomium, con el retrato de una niña rubita de doce años y con la invasión anual de las calabazas. Además, en el Facebook todo sigue igual, que si me cago en Mari Pili, que si María Cristina me quiere gobernar y que si patatín y que si patatán.
Yo quería ver a Puigdemont y hablar con él, pero no pudo ser. Le quería decir, sin meter el dedo en la llaga (que menudo asquito), que desde El Lute en España no había habido un prófugo tan célebre, ni que tampoco nadie había conseguido superar los derrapes de El Vaquilla. Pero llego él y puso de moda la fuga en directo y el derrape subvencionado con cuatro amigos haciéndose la ola. Ante lo cual me pregunto yo, ¿y quién paga la fuga de todos estos, y quién pone la pastuqui para pagar tanta goma quemada? ¿Quién hará la película?
Claro que, a lo peor tiene razón y España es un país opresor, que ningunea los derechos de los ciudadanos, que tortura, que persigue a la gente en razón de raza, sexo, religión o Puigdemont.
No sé, puede ser. Pero también puede ser que no y que todo sea una exageración y un intento de sedición o de rebelión de todo a cien. Cualquiera sabe, para eso al parecer están los fiscales que son como los académicos de la lengua, pero en leguleyo, y marcan el devenir.
Ahora, recién he regresado, también soy consciente de otra cosa:
España es un parque temático. Tenemos el político Tiovivo, la población Noria en el papel de hámster, 17 países acotados en el perímetro del parque, dos ciudades Estado e incluso unas cuantas islas en las que contemplar especímenes de borrachos foráneos con derecho a birra y a cacahuetes. Tenemos de todo, ¿entonces para qué vas a Bruselas, Puigdemont? ¿A ver el Atomium?
Para mí que Bruselas no es el sitio más adecuado para él. Además, a mí me han contado una anécdota sin gracia alguna pero que quizás aclare algo. Me dijeron que su maestro (posiblemente un español) cuando quería explicar lo del casquete polar ártico señalaba el peinado de Puigdemont y después preguntaba a la clase entre mofas: ¿habéis entendido el concepto?
Pues eso, Puigdemont, tendrás derecho a pensar lo que quieras, pero hombre acuérdate que da más trabajo hacer las cosas mal que hacerlas bien. Por una simple razón, si las haces mal hay que volver a repetirlas hasta hacerlas bien.
Por tanto, referéndum pactado ya.



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