Yo lo tengo claro los
líderes de opinión del periodismo son capaces de aguantar carros y carretas de
algunos políticos a los que entrevistan a la búsqueda de la noticia, y aunque
lo que voy a contar no es más que un hecho puntual, el caso es que el “asunto”
ocurre muy a menudo, por parte de todos y que ningún profesional parece querer
ponerle fin a tanta desfachatez.
El otro día en el programa
Al Rojo Vivo, de La Sexta, esa cadena de rojos para que la que colaboran
ilustres fachas como Marhuenda que, aunque no lo parezca trabaja para la misma
casa editorial que es Planeta, el presentador, Ferreras, entrevistó a través de
video conferencia a Óscar López, portavoz del Psoe en el Senado. Le dijo que le
respondiera con un sí o un no si él
estaba de acuerdo con la decisión tomada sobre las esteladas. Óscar López
lejos de contestar sí o no largó una larga parrafada y se salió por la tangente.
Ferreras insistió, Óscar sonrió y volvió a marcarse unas peteneras. Se
despidieron amablemente, Ferreras le agradeció su colaboración y fin.
Y digo yo, ¿eso es
periodismo?
O sea, ¿invitar a
alguien a hacer una entrevista y consentir que el entrevistado no conteste lo
que le preguntas es hacer periodismo?
Para mí que no, pero…
El suceso es habitual.
Lo han soportado todos los grandes popes del periodismo. Unos con entereza,
otros con fastidio, pero todos aguantan a estos invitados que les toman el pelo
a ellos y de paso a todos los que ven sus programas.
Creo que como
ciudadanos deberíamos exigir a los profesionales del periodismo una actuación
más contundente en este tipo de casos. Así resolverían esas situaciones
bochornosas de tomadura de pelo.
La cosa se antoja
fácil. A un entrevistado se le hace una pregunta cerrada, una pregunta que se
responde con un simple sí o un no y si se explaya, y no contesta, se le corta y
se le expulsa. Que le vayan a tomar el pelo a sus madres.
En vez de eso, tragan.
Todos tragan, incluso aunque el invitado no sea más que un imbécil de reconocido
prestigio como es Óscar López.
Viendo estas cosas no
es de extrañar que después los, soldados del periodismo, sean enviados a cubrir
las comparecencias de prensa que hacía el Presidente Rajoy a través de un
plasma.
O sea, otra variante
del periodismo, éste versión original Cospedal: en diferido.
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