FINAL DE LA COPA DE MERKEL.

Un librepensador ayer dijo:
 El Real Madrí ayer ganó su onceava copa de Europa.
O sea, mal. Como siempre.
El diletante no atendía por el nombre de Sergio ni siquiera por el apellido Ramos, quien contento con tener domingo propio y lectura suficiente en su cuerpo, ahora está pensando, es un decir, internarse en una clínica para tratarse su adicción a las peluquerías.
Messi ayer no jugó, está ocupado con un nuevo monopoly de nombre Panamá.
En su lugar pusieron a un portugués muy romano que atiende por el nombre de Cristiano y que no estuvo ni católico ni marrano. Estuvo. O sea, fue porque es verdad, también lo llevaron. Se despeinó en el minuto uno y sufrió calambres en su cuerpo bruñido de laca y solárium.
El Atlético de Madrid como siempre, gracias. O sea, un pupas.
Primero fallan un penalti, premonición de lo venidero, después el árbitro, al que también podéis distinguir porque de los veintitrés tíos que hay en el campo es el único que va de negro y tiene como misión tocar el pito a los otros, le regala un gol al gran castor que es Florentino. Y así hasta el descanso. En ese momento, Simeone, el muy Cholo, en el vestuario, apela a la épica que hay en sus jugadores y para motivarlos les lee el Cantar de mío Cid:
Ya cabalgan aprisa,   ya aflojan las riendas.
Al salir de San Siro,   tuvieron la corneja diestra,
y entrando en Madrí ,   tuviéronla siniestra.
El Cholo se encogió de hombros   y meneó la cabeza:
«¡Albricias, don Cerezo Gil,   que si ahora nos destierran
con muy gran honra   tornaremos a Castiella!»
Los jugadores salieron muy motivados. Tanto que empataron. Llegaron a la prórroga y el Cholo, que aún tenía dos cambios, guardó baza hasta el último momento. Sprint final. Órdago a la grande y subidas de gemelos por doquier. No pudo ser. Penaltis. La última de las suertes. El descabello del fútbol. La injusticia habitual. Cholo, Cid, usa un ardid. Enaltece a su público. Aplausos, vítores y nerviosismo en las gradas. Poste, otra vez. Cristiano encara, Cristiano chuta y Cristiano transforma.
Y así, queridos niños y niñas, se escribe la historia: sonrisas y lágrimas
Tuvieron que pasar los siglos para comprobar que hay cristianos que incluso estando muertos se adjudican batallas.
PD. Por cierto, también se comenta que hoy tienen día libre para ir a la pelu.
Cristina Cifuentes Style. Experta en lamidas de vaca, dígame.
¡Marchando una de canapiés!


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