DEEP WEB.

-          Oíste, Tiraboleiro, la historia de ayer fue increíble, pero… sinceramente, está muy mal escrita.
-          Y eso, ¿a qué te refieres, amigo Punkarra?
-          Hombre, digo yo, que si escribes sobre un toro que sale a la plaza, torea a su presunto Matador, le corta las orejas, el rabo y le dan una vuelta al ruedo, al  son del mítico pasodoble “Anda y que se joda”, lo mínimo que puedes hacer es decirnos es cómo se llamaba el toro, y de paso también cómo se llamaba el torero-macaco. Vamos, digo yo.
-          Lo siento, Punkarra. Cosa de las prisas. Pero, si es de tú gusto te lo aclaro.
-          Bó, déjalo. Me aburro.
Y para demostrar que el aburrimiento se demuestra bostezando me dedicó una hermosa visión de su glotis.
Sin embargo, Punkarra, tenía algo en mente, se le notaba.
-          ¿Tú oíste hablar alguna vez de eso que llaman Deep Web?
-          ¿Internet oscuro?
-          Sí, eso. Acabo de descubrir cómo se puede navegar por ahí.
-          No jodas, cuenta, cuenta.
-          Pues verás. Tienes que poner en la barra del buscador que utilices las palabras Deep Weeb, no hace falta que distingas entre mayúsculas y minúsculas, después doble barra+guión bajo, otros dos puntos seguidos de la palabra ABRACADABRA en mayúsculas, te sale un enlace que te preguntará ¿quieres entrar en el mundo oscuro? Le das a Cancelar haciendo doble clic, eso es importante, no te olvides. Una vez hecho verás que se te aparece una cachonda muy neumática en la pantalla, le pasas el ratón por el pezón izquierdo, ella abre la boca y dice hazme lo que quieras, te saldrá un spoiler de un colutorio que recomiendan para después de las felaciones, escribes, la puta que os parió, minúsculas, dos veces, haces un doble intro y una ración de espaguetis a la boloñesa, añades cuarto y mitad de tomates en rama, añades boletus de primitiva, albahaca al gusto, sofríes, salpimientas y añades un poco de polvos pica pica, haces una foto del papeo, la subes al Facebook, sección necrológicas, esperas diez minutos sin respirar y cuando te estés empezando a poner morado te cagas en Montoro una docena de veces, rezas un Padrenuestro y cinco Avemarías, y verás que después de mantener pulsadas las teclas Ctrl+Alt+Esc, el ordenata te hace una pirula mayúscula que minimizas, en eso momento debes mantener la tranquilidad porque te amenaza con hacerte una paralela, pero al poco cambia de idea, la pantalla se queda oscura y suena una canción de Julio Iglesias, ey, no vayas diciendo por ahí... A partir de ahí, aparte de apaciguar tú mala leche,  lo único que tienes que hacer es darle un par de toques en el lado derecho al aparato mágico, ojo es muy importante que sea justo en el derecho, sino la lías parda, y finalmente verás aparecer en la pantalla a una docena de guarrillas que te dicen: Bienvenido, Landrú, te vamos a enseñar el tururú. Y ya llegaste, ya estás ahí, eres uno de los iniciados.
-          ¿Y para qué sirve ir ahí? Pregunté por seguir la corriente. Costumbre ancestral, por cierto.
-          Hombre, qué cosas tienes, ¿para qué a ser? ¿Es que tú no oíste nunca decir aquello de que la curiosidad mató al gato? Pues… eso, ¿tú no eres un poco gato o qué?
-          No sé…quizá, tal vez. Viví en Madrid, ¿eso ayuda?
-          ¿Qué te diga sólo una cosa? Pues… qué te diría… ¿tú no eras aquel que decía que quería hacer una bomba atómica, por ejemplo?
-          Claro, siempre fue mi ilusión. Se la pedía a mi madre todos los años por mi cumpleaños, pero como ella siempre se enfadaba conmigo el día anterior, la cosa nunca se materializó.
-          Pues que sepas que si vas a la Deep Web encontrarás todo lo necesario para hacer una bomba atómica casera. Bueno, algunas cosas las tienes que encargar a una ferretería coreana que está muy bien surtida, pero en un par de días te las hacen llegar a casa y ya puedes empezar a arreglar el mundo.
O sea, por ejemplo. Y a partir de ahí lo que quieras.



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