Por una razón muy
sencilla, porque ambos ya han gobernado.
Y si no os habéis dado
cuenta, que muchos todavía parece que no, la corrupción política, personal y
económica de los políticos empieza una vez que han alcanzado el poder. El que no
tiene poder, y por tanto no puede tomar decisión alguna, es imposible que se
corrompa.
Ahora, sin embargo,
estamos de enhorabuena porque al disponer de más opciones también tenemos más
oportunidades para intentar cambiar las cosas.
Por un lado está
Ciudadanos y por el otro Podemos.
Ciudadanos es un
partido nuevo, de derechas y con apariencia razonable.
Representan los intereses
de las grandes empresas del Ibex 35 que, dirigidas por ejecutivos, y amparadas
por la legislación vigente, deslocalizan la producción y operan desde paraísos
fiscales. Esto provoca que el Estado sufra una merma importantísima de ingresos
que, por lo que se ve, al sensato Rajoy no parece preocuparle
Pero que los
empresarios hagan lo que hacen es lícito, es legal e incluso normal. Buscan el
beneficio, como tiene que ser en cualquier buen empresario que se precie, y si
el Estado es tan amable que consiente la merma de ingresos fiscales, miel sobre
hojuelas.
También propone
Ciudadanos una medida-ocurrencia liberal como es el Contrato Único que, de
facto, es un cuasi despido libre. Según ellos la población demanda mucho ser
dada por el culo.
Para mí que algo no
cuadra en la bondad de la política económica que propone Ciudadanos, pero…
Podemos, es un partido populista, de
izquierdas y que está demostrando tener cintura, porque ellos parece que van a
ser capaces de conseguir la unión de prácticamente toda la izquierda.
El Psoe se excluye de
este pacto de izquierda porque hace tiempo que declinó de su responsabilidad
para con el socialismo y la izquierda en general, y que decidió, al igual que
el Pp, seguir defendiendo lo indefendible a cuenta, eso sí, del bolsillo del
ciudadano que es el que siempre acaba pagando los “saraos” que nos montan.
Por tanto, y al igual
que la vez anterior, yo, votaré por lo nuevo, y después si fuera creyente me
pondría a rezar para que lo nuevo no sea igual o parecido a lo viejo. Porque
visto lo visto, el que se fíe de toda esta tropa es que le falta un tornillo,
un hervor o las dos cosas a la vez.
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