Miniyo (Chabelita) y Neuroninis.


Sinceramente, yo prefería a los gepetos de estío invasores de Gibraltar que a esta nueva chusma emergente, pero como no soy yo el que decide tendré que conformarme y rendirme a la evidencia. El triunfo del imbécil común. Eso o apagar la tele, que también. Porque este verano se lleva lo mismo que se llevaba en invierno, lo mismo de siempre. Se lleva el tonto, color Tele 5. Y si el tonto, es tonto elevado al cubo y cuenta con tantos programas que amplifiquen sus tonterías, la tontunada está garantizada. Rango plusmarca.
¿Vosotros sabéis quién es Chabelita? Lo confieso, yo hasta ayer tampoco. Bueno, miento. Sí, sabía, pero no sabía. Lo que no sabía es que Chabelita, Isabel II, como también es mentada por aquello del linaje, tuviera algún tipo de interés. Al parecer lo tiene. Chabelita debe de tener un tipo de interés mayor que el del euríbor, digo yo, porque si no, no se explica. Porque si enciendes el televisor y pones la cadena mencionada, da igual la hora, seguro que están hablando de ella. Que si a quién se folló, o como diría Lucía Etxeverría con quién practicó sexo, como si el sexo y las pesas fueran lo mismo, que si está casada o separada o arrejuntada o si se va de viaje o que si vuelve del viaje o que si le bajó la regla…
Isabel II, la reina MIniyo. Ay, qué tiempos aquellos de otras Isabeles. Qué glamour, que desparpajo y cuánta idiosincrasia perdida. De Isabel Preysler a Isabel II de Pantoja. Lo que ha empeorado la cosa. De la reina del azulejo y también de corazones, a la hija de Mi Gitana, y el íncubo con papelón de papastro llamado Julián Muñoz, el Gil&babas. De aquellos fangos a estos lodazales. Como dirían en un programa de testimonios, de esos que hace poco estaban tan de moda, “se veía devenir”.
Y es que, según los de la cadena, los neuroninis, personas que sobreviven con dos neuronas, necesitan esparcimiento. Se les vende mierda en bote y consumen anabolizantes en vena. Los gimnasios se llenan de muchachos a la búsqueda de hacerse después un book que presentar a algún programa, y así poder hacerse célebres y ganar una pasta gansa haciendo lo único que saben hacer, el julandrón.
Âsumiendo esta tesitura, si un neuronini tiene la suerte de enrollarse con esta miniyo, de linaje reconocido, sabe que le ha tocado la bonoloto. Programas de televisión y desbarre a todas horas. Mejor que las drogas, y que el botellón, y mucho mejor (dónde va a parar) que trabajar doblando el espinazo en la recogida de la remolacha.
Ahora lo sabemos: la niña de Rajoy se llama Chabelita. Es hija de hija de gitana, de papastro corrupto, de profesión sus labores y comparte gallinero con las gallinas más ponedoras.

Ahhh, que me olvidaba, que dicen los ínclitos con empleo de tertuliano, que la niña es lista. Aunque, yo discrepo. No es lista, porque visto lo visto, y oído lo oído, esta niña es muy lista. ¡Sí!, y en este país hay demasiados neuroninis y viejoninis dispuestos a reírle las gracias a la primera ameba que le vendan.

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