Me contaba ayer una amiga
que estuvo trabajando en Alemania, y que ahora está en Finlandia donde no
encuentra empleo, que allí la xenofobia cada vez está más presente. Es más,
ella, una mujer altamente capacitada tenía un trabajo que tuvo que dejar porque
llegado el momento de elegir entre ella y otra mujer local para el mismo puesto,
y aún teniendo la española un currículum más sobresaliente y más experiencia de
campo en el trabajo, fue la alemana la elegida y ella la despedida. Cuestión de
prioridades.
Todos deberíamos ser
conscientes de que los políticos europeos no tienen como prioridad al ciudadano
que los vota. El político europeo “ayuda”
a los ricos con el dinero de los pobres. Ayuda y socializa la pérdida de
los banqueros, y los rescata de sus propios desfalcos con dinero público. La
economía de la banca y las instituciones es lo importante, el ciudadano puede
esperar. Y mientras tanto la población, gracias a los mensajes y la desinformación la prensa son
abandonados a su suerte. Los políticos no
se preocupan de las personas, pero sí se ocupan de la redistribución de la
precariedad entre la población
Lo vemos en Alemania con
claridad. Lo vemos en Francia donde tuvieron que hacer encaje de bolillos para frenar el ascenso de la ultra derecha, y lo
sufrimos en España en particular, porque nuestros políticos por no estar ni
siquiera están a la altura de los xenófobos políticos de nuestros países
vecinos. ¡Ojalá!
Spain
is diferent.
Aquí seguimos disfrutando de
millones de personas que a la hora de votar siguen prefiriendo políticos corruptos. Y los votan convencidos
porque se han creído el cuento que propala prensa, radio y televisión. Se han
creído que los que proponen una nueva
forma de hacer política son peores que los anteriores. Son comunistas o
republicanos o ateos o gentes de mal vivir que lo único que quieren, según
ellos, es sacarles lo que tienen y quedárselo. Y para más inri incluso llegan a
llamarles ignorantes y vagos personas de escasa formación y
nula compresión.
Uno puede comprender,
incluso aceptar, que personas de escasa formación crean el mensaje de los políticos corruptos, de la misma manera
que uno no puede dar crédito a que personas con estudios superiores crean las patrañas de estos mentirosos
profesionales. Todos juntos, estos millones de personas, se hacen cómplices de
los corruptos que vuelven a elegir.
Políticos españoles con
licencia para mentir, para tergiversar la realidad, y siempre dispuestos a
hacer lo que sea por el amigo
banquero y por su bolsillo. Políticos de pacotilla que sólo se preocupan por lo
suyo. Políticos como Susana Díaz que se atreve a mentir como una bellaca y acusar de independentismo a personas que
por mucho que aclaren que no son
independentistas, y por más que digan que lo único que quieren es aportar algo a encontrar una solución
al problema catalán, igual que hizo
la derecha inglesa, son denostados por políticos incapaces de atarse los
zapatos sin ayuda ajena.
Políticos de la calaña del
señor Mas, incapaz siquiera de dimitir en aras del proyecto que defiende, y
Susana Díaz, una aprendiz de demagoga quien, al igual que su espejo Esperanza
Aguirre, pero sin el pretendido gracejo que
los fans atribuyen a la condesa, no para de decir tonterías como esa que dice: los de Podemos quieren eliminar al Psoe.
Susana, por favor, ¿para qué
se van a molestar si con gente como tú el Psoe se elimina solo?
Ay, qué cosas. Ella es más
de boñiga de caballo, de la estirpe de ilustres percherones raza Felipe, Griñán y Chaves.