ESTIMADO AMANCIO HORTERA:


¿Sería posible contactar contigo para hablar sobre cómo va el tema de mi adopción?
Porque verás, aunque tú todavía no me conozcas yo estoy muy ilusionado con el tema.
Tanto que, desde hoy, te ofrezco tal posibilidad. A mí me haría mucha ilusión. Así que, ¿por qué no te animas tú también?
Te ofrezco contarte cuentos diversos, diversión garantizada, dispendio total y una total sumisión a tú voluntad, y muy buenas palabras a la cocinera.
Debes de saber que sirvo para un roto y para un descosido. Tan es así que si en el futuro se estropea algo en nuestra casa no tienes de que preocuparte, yo me encargo.
Llamo al electricista, al fontanero, a los albañiles o a los mecánicos que nos arreglen la proa de ese nuestro yate, a quién sea. Soy un hombre dispuesto. Y si alguien se te pone farruco allí en la oficina, no te preocupes. Yo, lo despido.
Sí, porque debes de saber que para el yate ése que tenemos en gananciales tengo planes. Voy a empotrarlo aparcándolo en Puerto Banús, que al parecer es un sitio y no un puerto.
Date cuenta que de esta manera y casi sin llamar la atención, todo el mundo sabrá, allí en Marbella, que tú y tú heredero han arribado a puerto. Ecco. De paso también epatamos al personal.
Te lo aparco por la patilla, y después para que veas mi diligencia  hago un simpa en la gasolinera dónde le echemos la gasofa a la chalupa que imagino que tenemos por eslora.
Es más, si me llamas ahora, también puedo conseguir que alguno de mis amigos se una a una ronda de adopciones, y acabes, como es obligado en un buen adinerado, en familia numerosa.
Digo más, como todo el mundo sabe, y yo ahora te participo, tengo una prima puta en Cáceres, quien por un precio módico está dispuesta a hacerte un masaje con final feliz. Tú ya sabes: lavar y cardar. Secar y encerar. Lo que quieras. Te hace un somero en un plís, porque a ella  gusta de la variedad y la versatilidad que siempre aporta el hombre experto, plás. Y tú, a tu edad, es de suponer que ya eres todo un experto en el recuento de calderilla.
En fin, espero que al recibo de la presente, tanto tú, como tú señora, hija y animales de compañía, gocéis de buena salud.
Enseguida llego, estoy yendo.
Y, por favor, no hagas ni caso, ni putísimo caso, a esas personas que andan colgando en los muros del facebook pasquines diciendo que eres un explotador.
Tú tranquilo, como Amancio.
Te lo digo, más que nada,  para que aprecies mis dotes de chivato, y porque sé que la gente que dice tamañas aberraciones cae en el infundio, porque no es verdad que tú, papuchi, tengas a niñas en Marruecos trabajando jornadas interminables por 178 euros al mes para ésa nuestra empresa.
Es por eso que, ahora que hay confianza te lo digo: haces bien, papuchito. Sigue así, porque el día que te mueras, un día que intuyo de gran pesar para la humanidad, la hucha esa que me estás haciendo servirá para hacerme un ajuar y casarme en Las Vegas por todo lo Elvis con una remera morenita.
Gracias, papuchirrín.
Tú hijo al que tanto quieres, y el que tanto te va a deber en el futuro, aprovecha para desearte que tengas Feliz Navidad y un próspero año nuevo. Y, por si llego tarde guárdame una de albóndigas.
Tú felicidad es mi dicha.
Por cierto, como la niña ya te regaló un flashmob, que vete tú a saber lo que vendrá siendo, te envío un saco de patatas Kennebec que compré en Coristanco para ti.
De nada, hay que ir a lo práctico.



ANTES, DESPUÉS (Fin).

Cuando Mariquito Marqués se mudó de barrio pensó que iba a echar de menos a toda la fauna y flora con la que había vivido rodeado hasta ese momento.
Nada más lejos de la realidad. Pese a ir del barrio más o sea de su ciudad a uno de los más humildes, la fauna y la flora más o menos venía siendo la misma.
Atrás quedaba el recuerdo de Manolito Machetes, un individuo más o menos de su edad, y que un buen día sufrió un repente.
Eran los previos de la cena de Nochebuena cuando su padre le conminó: Manolito, a la mesa que ya está la cena puesta. Manolito no hizo caso. Su padre se lo volvió a repetir de forma más imperativa: Manolito, a la mesa, coño. Manolito siguió haciendo caso omiso. Y otra vez más: Manolito, cojones, ¡me cago en tú puta madre, a la mesa, joder! Manolito se levantó, fue a la cocina, abrió un cajón, extrajo un hacha pequeña que al parecer hay en todas las cocinas para vete tú a saber para qué, y le pegó un machetazo certero a su padre en todo lo alto de la calva.  
Manolito Machetes pasó una temporada a la sombra en un siquiátrico, y a día de hoy ya ha sido visto de nuevo por el barrio apuntando matrículas de coche sin que se sepa muy bien el objeto de tal diligencia.
También se acordaba de su vecina Fefita la Guatiné. Una mujer sin duda enfática con el don de mantener discusiones con varias personas a la vez.
Tan era así la cosa que el día que no chillaba parecía que estaba enferma, pero un día aulló más de lo habitual. Su nieto de quince años, y que vivía con ella, llevó a vivir a su novia a casa. La alegría, dicen los exagerados, llegó hasta el Tombuctú.
Al parecer la niña que era del género emprendedor le dijo a su suegra: oíste tú, personaja, lávame las bragas que me voy comer unas obesidades.
Como no podía ser de otra manera Fefita la Guatiné estalló en más cólera de la habitual. Abrió una ventana y desde el quinto piso en el que vivía tiró la maleta por la ventana.
En ese momento por la acera pasaba Brais el Píldoras, quien haciendo un escorzo dijo: Joder por poco. ¡Mecagonlacona! Después, impasible el ademán, vio salir de un portal contiguo a uno al que siempre confundía con su siquiatra y que en realidad era un vecino rentista. Se puso a su altura y le dijo: doctor la medicación no me va nada bien. ¿Y luego qué te pasa Braisiño? Preguntó el rentista siguiéndole el juego. Que tengo alucinaciones, doctor. A las veces veo llover maletas.

CONTINUARÁ.

 

En su nuevo barrio, Mariquito Marqués, avistó desde el primer día fenómenos extraños.
Un buen ejemplo de ello sería el hombre que vivía colgado de una ventana. Lo bautizó con el original nombre de Windows.
Se trataba de un antiguo proxeneta de tres al cuarto que vivía en un bajo, y que como tenía unos ingresos muy bajos utilizaba la ventana de su casa como oficina de recaudación. Desde allí pedía a los viandantes, a los del barrio, tabaco, unas monedillas que le faltaban para comprar algo o un tupper prestado para coger una de callos en el bar.
Windows que es de natural inofensivo, y amigo de darle a la sin hueso, sólo tiene una afición conocida: pegarle de vez en cuando a Cholo Choletas. Y aunque la cosa esté muy mal, vosotros también disculparíais la afición de Windows si conocierais a Cholo Choletas.
Porque sí, Cholo Choletas está como un auténtico cencerro, y aunque ni es peligroso en sí mismo es un auténtico incordio por el ruido que hace.
Debe tener sobre cincuenta años, cuarenta en Canarias, está ennoviado con La Tulipán, una mujer de fealdad destacable, de unos setenta años, noventa en Canarias, y portadora de un tesoro mensual: una pensión de mil pavos.
Cholo Choletas le administra los haberes con poco tino, y para ayudar a sufragar los vicios que mantienen la saca a postular todas las tardes. Al llegar a casa empiezan con la fiesta. El himno de la Legión, Soldadito español, el very best de la Pantoja y María Ostiz suenan hasta altas horas de la madrugada o hasta que Windows interviene puño en ristre.
A la tarde siguiente todo vuelve a ser un remanso de paz. Cholo Choletas le da un pitillo a Windows y si hace calor invita a La Tulipán a sentarse en el coche que ella pagó y allí se hacen un metro de Barcelona para solaz del respetable público.
Por supuesto los unos se escandalizan y los otros se enfadan, pero alguna de más allá se compra un paquete de pipas y mira. Y es que si Carmiña la Voluntariosa no existiera habría que inventarla.
¡Qué mujer!
De unos treinta y cinco años, Carmiña la Voluntariosa, vive con un soldado profesional que se llama Tupamaro y cuida con mucha diligencia a un señor muy mayor que responde al nombre de Olegario.
Olegario que al parecer dispone de ciertos posibles la lleva a la supermercado y le compra pertrechos surtidos. Ella agradecida se demuestra estremecida. Nada de francés, todo en Román y paladino.
O si lo queréis más claro acordaros de lo que decía la canción que hacía el toro a la vaca.
¿No la conocéis? Vale, la tarareo:
El toro a la vaca se la mete y se la saca/ y la vaca agradecida se la chupa estremecida/ Bado, badun, badero…
Pero, un día de trajines Olegario sufrió un parraque. Llegó una ambulancia en un ulular, y al rato de dejar al doliente en el hospital, el conductor se aproximó a consolar a Carmiña la Voluntariosa.
La ambulancia se balanceó con éxito, y desde aquel momento en el nuevo barrio de Mariquito Marqués hay una ambulancia de guardia todos los lunes, miércoles y viernes porque los martes, jueves y sábado está de guardia el butanero.
Sin embargo ni os podéis imaginar que fue lo que más le sorprendió a Mariquito Marqués de toda esta galería de personajes.
¿Lo adivináis o lo escribo?
Efectivamente, todos ellos votan al Partido Popular. Tará, tará, tarararará.
(Absolutamente verídico).



ANTES, DESPUÉS (primera parte).

Cuando Mariquito Marqués se mudó de barrio pensó que iba a echar de menos a toda la fauna y flora con la que había vivido rodeado hasta ese momento.
Nada más lejos de la realidad. Pese a ir del barrio más o sea de su ciudad a uno de los más humildes, la fauna y la flora más o menos venía siendo la misma.
Atrás quedaba el recuerdo de Manolito Machetes, un individuo más o menos de su edad, y que un buen día sufrió un repente.
Eran los previos de la cena de Nochebuena cuando su padre le conminó: Manolito, a la mesa que ya está la cena puesta. Manolito no hizo caso. Su padre se lo volvió a repetir de forma más imperativa: Manolito, a la mesa, coño. Manolito siguió haciendo caso omiso. Y otra vez más: Manolito, cojones, ¡me cago en tú puta madre, a la mesa, joder! Manolito se levantó, fue a la cocina, abrió un cajón, extrajo un hacha pequeña que al parecer hay en todas las cocinas para vete tú a saber para qué, y le pegó un machetazo certero a su padre en todo lo alto de la calva.  
Manolito Machetes pasó una temporada a la sombra en un siquiátrico, y a día de hoy ya ha sido visto de nuevo por el barrio apuntando matrículas de coche sin que se sepa muy bien el objeto de tal diligencia.
También se acordaba de su vecina Fefita la Guatiné. Una mujer sin duda enfática con el don de mantener discusiones con varias personas a la vez.
Tan era así la cosa que el día que no chillaba parecía que estaba enferma, pero un día aulló más de lo habitual. Su nieto de quince años, y que vivía con ella, llevó a vivir a su novia a casa. La alegría, dicen los exagerados, llegó hasta el Tombuctú.
 Al parecer la niña que era del género emprendedor le dijo a su suegra: oíste tú, personaja, lávame las bragas que me voy comer unas obesidades.
Como no podía ser de otra manera Fefita la Guatiné estalló en más cólera de la habitual. Abrió una ventana y desde el quinto piso en el que vivía tiró la maleta por la ventana.
En ese momento por la acera pasaba Brais el Píldoras, quien haciendo un escorzo dijo: Joder por poco. ¡Mecagonlacona! Después, impasible el ademán, vio salir de un portal contiguo a uno al que siempre confundía con su siquiatra y que en realidad era un vecino rentista. Se puso a su altura y le dijo: doctor la medicación no me va nada bien. ¿Y luego qué te pasa Braisiño? Preguntó el rentista siguiéndole el juego. Que tengo alucinaciones, doctor. A las veces veo llover maletas.
CONTINUARÁ.


UN RAPIDITO.

Como todo el mundo sabe lo que decía Confucio sobre echar un polvo no seré yo quien repita sus palabras.
En vez de eso citaré a Nostradamus quien a propósito del tema decía;
 “Me he quedado como si hubiera comido un pollo”.
Después, abrochándose la bragueta, escribió cuatrocientas profecías más.
Sin embargo quinientos años después, justo cuando Ada Colau cogió el bastón de mando del ayuntamiento de Barcelona, empezaron a suceder sucedidos paranormales en una riera muy de moda últimamente.
“Una pareja, o sea dos, fue vista echando un polvo en el metro de Barcelona”.
Como internet todo lo remedia, yo, que no estaba de cuerpo presente en el sucedido, fui, cliqué y vi.
Efectivamente, dos, o sea, una pareja, llegaron allí y se pusieron a darle al fornicio vil.
La cosa está grabada, y está siendo utilizada, según los Confucios y Nostradamus de la actual villa y corte, por Ada Colau para hacer promoción de su ciudad.
Ya no se habla de Tossa de Mar y de su playa donde, al parecer, se practicaba el amor libre con nocturnidad, muchísima alevosía y rebozado de arena.
Ni siquiera se comenta la supuesta felación que dicen que el Pedro Sánchez ése, del que todo el mundo va diciendo que es idiota, por decir algo, practicó en el cuerpo serrano del ciudadano Rivera.
No, ahora lo que se lleva son los polvos de riesgo.
O sea, sea, igual que nuestros gobernantes: te joden y ni te besan en el metro.
¿Para qué?
El asunto es ser feliz y no llevar un golpe.
Para todo lo demás también podéis consultar las profecías de un tal  Otegui o de un cual Marhuenda de quienes también vienen diciendo que practican el desviacionismo nacionalista. O si sois más prácticos, galaicos si tuvisteis suerte,  rijosos y de los que todo se las suda un pollo, también podéis acordaros de a quien votáis la próxima vez, porque… la jodienda nunca tuvo enmienda.
Aunque si sois más devotos del aquí te pillo, aquí te mato,  os recomendaría volver a escuchar a los clásicos, y más concretamente aquella canción que entonaban los payasos de la tele que fue Susanita tiene un ratón.
Esa sí que fue una premonición y lo demás profecías.


LOS PLUSCUAMPERFECTOS.

Enunciado.
Todos pensamos que los multimillonarios lo tienen todo y sin embargo todos estamos equivocados:
Carecen de vergüenza.
Y si no un ejemplo:
Cada vez que hay elecciones los mismos periodistas que nos informan de las tramas corruptas, de los dineros que por las Suizas hay o de las off-shore de Panamá, también nos hacen saber que si ganan los de Podemos los multimillonarios sacaran el dinero de España.
Fin del ejemplo.
Post data del ejemplo:
Ante lo cual me pregunto, ¿pero, estos desgraciados todavía tienen dinero aquí?
Reflexión
No sé, ésta gente parece que no se organiza nada bien, ¿no? Porque,  ¿a quién se le ocurre tener dinero en España pudiéndolo tener en las Seychelles de vacaciones?
Fin de la reflexión.
En primera persona del surrealismo.
Yo tengo cinco euros. Uno lo tengo invertido en inmuebles, otro en renta fija, otro en en el índice Ton Jones, el cuarto lo voy a deslocalizar y con el quinto especulo y lo invierto en putas.
Y no creáis que me he vuelto loco, que no estoy bien asesorado o que sufro de parraques; porque tenéis que saber que uno de los negocios más florecientes que hay en este país es el de la prostitución. Todos los millonarios lo saben. De hecho todos estos putas invierten en sus casas igual que yo.
Sin venir a cuento.
El otro día por ejemplo fui al Hot dog`s, un bareto que por cierto también frecuenta mi perro Nador, y allí estaba lo más granado y florido del patio de monipodio que es España. Hablamos de recalificar el suelo de Soto del Real y de otras cárceles que hay en este país. No hay derecho a este desperdicio. El mandamás del trullo no se pudo resistir y allí mismo nos ofreció el culo, las témporas y lo que hiciera falta.
La primera decisión que tomamos fue poner en la entrada de la puerta del patio un lema que pusiera “Todo por la Patria”, y después tratamos con mucho tacto rectal la conveniencia de que los emigrantes, esos desclasados, se fueran a cumplir lo que tengan que cumplir a sus lugares de origen porque ya estamos hartos de ponerlos mirando para la Meca un día sí y al otro también. Una vez liberado espacio hablamos de poner unas ruletas, de traernos unas propias y de cambiar el reglamento de régimen interno para poder fumarnos unos Cohibas. Lo normal en cualquier democracia de calidad de nuestro entorno, vamos. Para dar bombo y platillo hablamos con el fondo de reptiles habitual que amplió el eco de nuestras deliberaciones, y cuando todo iba sobre ruedas arribaron un par de mario condes al local, y toda la brillantina se fue al garete.
Bueno, fue bonito mientras duró. Lo malo es que ahora no sé qué hacer con el resto de mi capital. No sé si gastarlo en pagar comisiones de mantenimiento de cuenta para que algún banquero desgraciado llegue a fin de mes o más directamente invertirlo en papel higiénico de periódico.



MONARQUÍA O REPÚBLICA.

Puedo entender que a muchas de las personas que protagonizaron la Transición les costara decidirse entre  Monarquía o República.
Por fortuna para ellos no tuvieron que hacerlo porque alguien que sabía de tal dificultad se les adelantó y eligió por ellos. Como prueba de fidelidad y rúbrica le dijo a sus felones: todo está atado, y bien atado.
Después a los monárquicos se les llenó la boca de argumentos el día que la Constitución del 78 fue aprobada, porque en ella se dice que España es una Monarquía Parlamentaria. Tal ley que fue aprobada en un referéndum legitima la institución de la Monarquía porque, según los monárquicos, los que dijeron SÍ a la Constitución también dijeron Sí a la Monarquía.
Pero como la Transición se hizo como se pudo, cosa ésta en la que todo el mundo está de acuerdo, ya va siendo hora de que la institución de la Monarquía se actualice y alcance su legitimidad o que desaparezca.
Sin embargo hoy cuando la Constitución ya fue reformada para adaptarla a no sé qué chuminada europea que incumplía, el referéndum que visualice que España es realmente una democracia de calidad, capaz de  decidir para siempre entre Monarquía o República sigue sin hacerse.
Creo que los monárquicos de pro harían bien en estar a favor de hacer un referéndum ahora. Es más, estoy seguro de que lo ganarían con una mayoría más que suficiente. Pero en vez de eso cada vez que alguien plantea el tema argumentan con algo más falso que un oropel borbónico. Dicen que la Monarquía sale más barata que la República. Y para tratar de demostrarlo nos dicen, mientras hacen la cuenta de la vieja, que el kilo de Rey sale más barato que el kilo de Presidente de República.
Supongamos que sí, que tampoco.
Y digo yo, humilde republicano, ¿es que no se puede tener una República sin Presidente de la República? Porque, ¿para qué sirve un Presidente de República? ¿Para dar manos, leer discursos, irse de vacaciones y hacerse selfis?
O sea, ¿para lo mismo que hace el Rey ahora?
Pues si es para eso con tener Presidente de Gobierno vamos que chutamos, ¿o no?
¿No nos dicen que la cosa va de austeridad? Pues eso, si se trata de ahorrar que la familia Real se vaya al exilio o que se apunten en el INEM a ver si encuentran empleo.
En todo caso que sea lo que vuesas mercedes tengan a bien, pero que sepan todos ustedes que se puede tener República sin Presidente de la misma. ¿O es que no se han enterado ustedes de que ya tenemos un Presidente del Gobierno?

Y si tiene mucho chollo, que alomejó, que ponga un Subsecretario o un Secretario o… Cáspita, será porque no hay idiotas.

GOBIERNO EN (DIS) FUNCIONES.

A los catorce años una compañera de pasantía me propuso ir a tomar una caña después de clase. Quedé pasmado, asombrado. ¿Cómo era posible que Charo me propusiera hacer semejante cosa? Me armé de valor y le pregunté: ¿de verdad que quieres que vayamos a tomar aguardiente? Se rio, y me aclaró: No hombre no. Caña, cerveza.
Hasta entonces caña para mí significaba aguardiente.
¡Vaya!
No era la primera vez que me pasaba, y de hecho tuvieron que pasar unos cuantos años más hasta que dominara perfectamente la jerga, y me integrara definitivamente entre los nativos de La Coruña como un aborigen más.
Ahora ir a clases particulares se llamaba ir a pasantía, de la misma manera que lo antes conocido como hacer la gatada (faltar a clase de forma voluntaria) ahora se llamaba latar a clase.
Y eso es lo que le debe estar pasando al gobierno en (dis) funciones éste que nos goza. Están un poco desubicados.
La pasada semana pude ver a través del televisor que en una sesión ordinaria del Congreso de los Diputados no había ni uno solo de los miembros del Gobierno. Lo que no sé es si estaban latando o haciendo la gatada. Aunque como el léxico avanza que es una barbaridad el diputado Iglesias dijo que estaban haciendo pellas.
Sea lo que fuera que estuvieran haciendo, la gatada, latando o pellas, debían de andar muy ocupados porque los chóferes ese día los llevaron a otro sitio a hacer otras cosas. En todo caso y teniendo en cuenta que el castellano es un idioma vastísimo en sustantivos aparte de los ya mencionados en Román paladino, el Gobierno en (dis)) Funciones de España lleva haciendo novillos desde las pasadas elecciones generales.
O sea, que se fuman la clase. Aunque eso sí, después dicen que aprueban todo con nota.
Lo cual demuestra que los que hacíamos la gatada allí y que después latábamos aquí, fuimos unos visionarios, y nos adelantamos a nuestro tiempo. Porque no ir a clase según el gobierno del PP es un acto de responsabilidad.
Y a los que no creen en el prodigio los insultan llamándoles bolivarianos.
Por cierto, ¿aquí bolivariano es un insulto?






LA FLORACIÓN DEL HIJOPUTA,

Todos sabemos que la floración del hijo de puta se produce con independencia de su madre. La señora puede ser una buena mujer, y sin embargo el hijo o la hija salirle un auténtico hijo de la gran puta.
Cosas que pasan.
Lo siento, no es mi estilo escribir tan desabrido, pero es que ya estoy harto de que las buenas palabras, y de que las críticas razonadas no vayan a ninguna parte. Sobre todo hoy que nos enteramos que estos hijos de la gran puta que nos gobiernan no sólo nos roban sino que también nos matan en nombre de la tan cacareada austeridad.
Los enfermos de hepatitis C se manifiestan ante la Xunta de Galicia y la acusan de homicidio.
Los afectados denuncian que hay muchas personas que aun habiendo sido recetadas por el correspondiente especialista con los correspondientes fármacos, la Xunta les negó la medicación por su alto coste.
El arma utilizada por la Xunta de Galicia fue el manido argumento del alto coste del tratamiento. No se tuvo en cuenta la urgencia, y aún menos la importancia de la decisión a tomar.  
La consecuencia del dislate fue la muerte de alguno de los afectados.
Todo hace pensar que si les hubieran suministrado esos fármacos vitales para su vida, como sí hicieron con otros de los afectados, nadie habría fallecido.
Ahora la Fiscalía, a buenas horas mangas verdes, acusa al gobierno de Feijóo de homicidio por retrasar fármacos para la hepatitis C por “razones presupuestarias”.
Pero como los hijos de la gran puta siempre tienen que decir la última palabra sale el presidente Feijóo y, hablando del tema para el periódico ABC, dice: “relacionar una cosa con otra es un disparate”.
Y tanto que lo es. ¡Un auténtico disparate!
También puede ser que en parte tenga algo de razón, aunque sólo se en la parte en la que yo  relaciono a este hijo de la gran puta con su madre.
Señora, usted disculpe. Ha llegado la primavera y su niño ha florecido.  




CHORIZOS, IBÉRICOS Y AHUMADOS.

Que el mundo está lleno de ristras de chorizos no lo duda nadie a estas alturas. Y como para muestra sirven unos cuantos botones no hay más que mirar el comportamiento cínico y olvidadizo del que todos hasta hace unos días creíamos ministro y que al final salió frutero.
Sí, el ministro Soria. Ése elemento pernicioso que osó ponerle un impuesto al sol, y que para ello contó, nada más y nada menos que con la anuencia de todo el Consejo de Ministros.
¿De qué se acusa al señor ministro? ¿Acaso se le acusa de ser ministro, de sus actividades como frutero offshore, de ser señor o de ser truhan?
Creo que se le acusa de vender la fruta podrida de sus mentiras. Porque acusar, acusar, no se le acusa de nada, ni siquiera de ser uno de los ministros más infames del gobierno en funciones de Rajoy. Y mira que tiene competencia el muy frutero.
Y también se le acusa de ser  mentiroso.
Porque este hombre, de apellido Soria, pero canario de origen y colmado de fruterías diversas, estafa a la España que dice servir como ministro cuando en realidad es frutero. El ministro frutero es un mentiroso.
También se le podría acusar de felonía, de copiar y pegar los modos y maneras de los godos a los que tanto parece admirar, y de seguir el rumbo marcado por algún que otro ex presidente  hacia la riqueza compulsiva.
Sí, porque el que otrora fuera su jefe, el felón entre felones Aznar, ha emprendido una tenaz carrera para atiborrar de billetes sus abdominales, mientras, al tiempo, practica el deporte olímpico que es dar consejos.
Eso sí, todo legal aunque no necesariamente ético. Todo muy del estilo del crucificado Monedero.
Se dedican al simpa político económico para regodeo y engorde de sus chanchullos, y si el felón de los abdominales se da cobertura con las supuestas conferencias que ofrece, el ministro hace lo propio dedicándose a lo suyo: a la frutería.
Muchos son los cargos políticos que tendrían que dar explicaciones del porqué del incremento exagerado de sus patrimonios. Los ex presidentes los primeros. Porque, no sé a vosotros pero a mí me huele a chorizo ahumado todo lo que emana de esta ristra. Por un lado sabemos que un Presidente del Gobierno en activo cobra unos ochenta mil euros brutos anuales, y por el otro también sabemos que, tanto el felón Aznar, como el felón Felipe, se compraron casas por importe de varios millones de euros. ¿Cómo es posible? ¿Acaso este par de dos saben hacer el truco de los panes y de los peces versión billetes?
Debe ser.
No sé, pero para mí que aquí hay algo raro. Al menos lo parece. Y ni siquiera se toman la molestia de guardar las apariencias tal y como se le exigía a la mujer del César, quién aún siendo más puta que las gallinas tenía que aparentar lo contrario.
Es que ni se molestan, vamos.  
¿Para qué se van a molestar? ¿Acaso hay alguien en este país dispuesto a investigar a ese par de gaznápiros?
No lo verán vuestros ojos.
Por cierto, ¿y lo de los Pujol y lo de Rato cómo va?
Lo pregunto más que nada porque al impaciente Mario Conde ya lo han enviado al trullo por retornar lo mangado.
Ante lo cual uno se pregunta: ¿Qué pasa, es que a los que no retornan lo que se llevaron prestado no hay que meterlos en la cárcel?
Bueno, no sé. Tal vez, quizá o mejor otro día. Tampoco hay tanta prisa. Mejor lo dejamos para otro día.



DE JUMENTOS Y MONOSABIOS.

Corría el año 2058, y aun cuando el mundo mundial no se había repuesto de las celebraciones habidas con motivo del centenario del insigne e ínclito escritor de medio pelo que fue un tal Tiraboleiro, el celebrado académico Pérez Invierte dictó cátedra en una famosísima sentencia publicada en su página de Twitter.
En realidad se trataba de un extracto de sus memorias perpetradas con el rimbombante título de: De Jumentos y Monosabios.
Decía Pérez Invierte:
“España ha despertado, los jumentos se han entregado, abjurado han sus deberes y una vez entregados bienes y haciendas, los monosabios han alcanzado un principio de acuerdo para el reparto”.
Efectivamente. Esa ligera oda dedicada a su amigo Tiraboleiro, al que entre líneas se intuye lo que dice, catapultó a Pérez Invierte a lo más alto del trending topic.
A consecuencia de la misma se constataron en la tumba de un tal Joaquín Sabina, cantante que fue de voz rota y sonoros pareados, temblores de tierra atribuidos a la más canora de las envidias.
Incluso se rumoreó que el cineasta Almodóvar perpetraría una nueva película del género naif gay recurrente, y que en ella saldrían un coro de maromos, vestidos de vicetiples, deleitando al antes conocido como respetable con cancioncillas acordes a los nuevos tiempos para la lírica.
Pero vayamos a la realidad.
A Pablo Iglesias ya le habían salido canas en los pelos de los huevos de tanto esperar, cuando recibió una llamada. Del otro lado del celular se oía una voz ronca y cavernosa que decía: oye, Pablo, tú no crees que ya va siendo hora de hacer algo.
No sé, contestó Pablo, sólo te puedo decir, y te digo, que estoy desolado.
La cosa no era para menos. Después de casi cuarenta años de espera, Errejón había tirado la toalla. Había decidido debutar como novillero bajo el sonoro nombre de Er Niño Errejón. Y con el éxito asegurado y las plazas llenas, Er Niño Errejón deleitaba a la concurrencia con corridas muy sentidas y dignas del mayor de los elogios.
Mariano Rajoy, que se había muerto por los años treinta de la actual centuria, había sido sustituida en el cargo por Soraya Minión. Y aunque estaba harta de estar siempre en funciones y con el papel higiénico del BOE en la mano, aplaudía el principio de acuerdo alcanzado.
Se acordó, y todos lo firmaron, que para gobernar España lo mejor sería no andarse con chiquitas. Al pan, pan, y al vino como fieras. Hicieron un decreto ley que pasó a la posteridad con el popular nombre de A la pata la llana, y en el que se acordaba lo siguiente:
A partir de ahora y hasta que tengamos nuevas ocurrencias que ofrecer, España pasa a ser gobernada por el partido o partidos que demuestren más arte y conocimiento a la hora del mangue. Señalamos a nuestros homólogos, los políticos catalanes, como referencia de moral indiscutible e inalienable a la hora del trinque, porque ellos, inasequibles al desaliento, han probado de forma veraz e indiscutible que el movimiento se demuestra andando, y que si estás a Dios rogando y con el mazo dando, se puede hacer desaparecer un país entero.
Para finalizar tamaña ordalía y darla por superada se imprimieron pasquines con los nombres de los concursantes del programa Una elección al año no hace daño.
Los equipos de marketing esta vez fueron claros: Vota a… el más mendaz. Escaño asegurado. Vota a… ése sí que es un corrupto y no otros. Maneras de ministro. Vota a… con más de dos docenas de cuentas en… nadie le va a dar lecciones de. Mimbres presidenciables.
Y así, con el pijo sacado por las prisas, se celebraron unas nuevas elecciones.
Las ganó Brios por un estrecho margen, y para celebrarlo lo primero que decretó fue algarabía general y despendole.
Después se fue unos días a descansar a Panamá y se metió un par de rayas de off-shore de pura legalidad.
Cuentan que, felices todos, todos los jumentos se unieron al colocón, y juntos cantaron a voz en grito: Qué buenos son los cuerpos represivos, qué buenos son que nos llevan de excursión.





INTELECTUALES VÍCTIMAS DE INCONTINENCIA VERBAL.

Que no lo lea y que tampoco lo escuche no es óbice para que no me encuentre con este insigne bardo de la radio, príncipe de las letras tenebrosas y seguidor de la archiconocida filosofía Mariloísta, sección Montero.
Leo por sorpresa en El Semanal un párrafo que asalta mi vista escrito por Carlos Herrera:
“Barcelona está viendo como una tipa extraída de lo peor de sus contradicciones como ciudad va, finalmente, a momificar la urbe”.
La cosa me deja patidifuso.
Por un lado los editores de El Semanal recalcan un párrafo que bien podría haber escrito por el peor de los escritores, y por otro el señorito Herrera, otro tipiño cargado de ínfulas, nos ilustra con la línea de pensamiento de la famosa, filósofa y cachonda, que fue su mujer, y de la que, al parecer, se le ha pegado todo… hasta la tontería.
Pero como los intelectuales cuando deciden hacer el parvo atacan en manadas, otro del gremio, el hasta ese momento desconocido Félix de Azúa, ínclito en su casa donde papea sentado en el sillón H de gilipollas, va y declara a la revista Tiempo refiriéndose también a Ada Colau:
“Una mujer que debería estar sirviendo en un puesto de pescado”.
Don Félix da un salto cualitativo y cuantitativo en su carrera como intelectual, y  pasa de ilustre desconocido a mamalón conocido en vía de floración. Y es que, últimamente,  los filósofos Mariloístas, están empeñados en convertirse en trending topic  a base de libelos y mamarrachadas.
Pero, como no hay dos sin tres, y en todas partes se cuecen habas mientras  están a la que salta, sale Maruja Torres, una mujer de verbo fácil, versada en cien mil batallas, y aporta su granito de arena a toda esta dislexia intelectual.
En una entrevista publicada en Libertad Digital, Maruja Torres, dice refiriéndose al miembro de la RAE:
Con la alergia que tiene Félix de Azúa al pescado, nunca se habrá comido un buen coño”.
¿La verdad? No sé qué pensar. Tanta filosofía intelectual me confunde. Es más: no sé quién tiene la razón, si el uno, el otro o la de más allá. Para gustos colores. Lo que sí creo, es más, casi diría que estoy convencido, es que Maruja Torres, de la cual me declaro admirador, está equivocada.
Porque… Maruja, no sé si lo sabes pero don Félix de Azúa es académico de la lengua, y con ella, con la lengua, su misión es fijar y dar esplendor.
Así que, si me permites, y si no también, te digo otra cosa, cuando los hacen académicos de eso y toman posesión, en terminando de leer el discurso, a los caballeros, máxime si son filósofos, los agasajan con un traje de pilonero.




MARIO CONDE, EL IMPACIENTE.

El argumento esgrimido por el mendaz ministro de Hacienda Cristóbal Montoro con ocasión de la amnistía fiscal fue que así, de esa manera, retornaban a España capitales hasta ese momento ocultos, y que a partir de ahí, gracias a su sagacidad, ingenio y buen hacer, las arcas españolas aumentaban su capacidad de recaudación.
¡Mentira!, y además con recochineo.
Los capitales que retornaron tributaron supuestamente por un diez por cien, aunque la realidad nos dice que se trató de otra falacia, porque lo cierto, como después se comprobó, es que todos los señoritos/as que se acogieron y celebraron la sagaz idea del ministro tributaron por bastante menos.
Después de esto, y siguiendo el ejemplo dado por el ministro, habría que considerar el nuevo episodio protagonizado por el ínclito caco Mario Conde como una aportación al bien patrio al retornar lo supuestamente mangado en Banesto a tierras españolas.
Los argumentos los carga el diablo, y los pillabanes no sólo se las saben todas sino que también cuentan con el asesoramiento de los mejores profesionales. Ministros incluidos. Mamporreros educados a imagen y semejanza de los señoritos/as a los que sirven con pasión y denuedo.
En esas estamos.
En la ciénaga en que están convirtiendo España croan los batracios, y aún no contentos con mangar lo que mangan también nos dan lecciones. Lecciones diversas de patriotismo económico y de supuesto buen hacer. Y aunque la realidad nos muestre que este país tiene un gran problema que se llama corrupción y que afecta a todas las instituciones del Estado, los políticos siguen empeñados en no hacer nada para resolver la cuestión.
Al señorito Mario Conde, un conocido reincidente, le tengo oído perorar sentado en tertulias televisivas sobre los males de España y cómo erradicarlos. La solución Conde es de aplicación en las mejores escuelas de negocios, y seguidas en tropel por la pequeña legión de adeptos y adictos a la corrupción. Se trata de la descolocación del capital.
La primera regla es sencilla: lo mangado aquí lo llevamos allí. El dinero hay que moverlo.
Eso sí, cuando las cosas se calmen y el Gobierno de turno anuncie a bombo y platillo rebajas a los contribuyentes delincuentes es el momento de que lo mangado regrese a a España a ritmo de pasodoble, con fanfarria de ministro, y alfombra roja.
Al parecer, y mira que dicen que es inteligente el muy cebollino, el Mario Conde éste no debe entender una cuestión tan simple.
Es más, se adelanta a la jugada y lo acusan de cometer “renuncios”, siendo, como es,  el primus inter pares de esta jauría de bellacos.
Pero, señor Conde, ¿no se da usted cuenta, hombre de Dios, que si practicara la virtud de la paciencia la cosa le podría salir gratis?






BOLIVARIANO.

En uno de los pueblos de mi infancia había un busto dedicado a Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte Palacios y Blanco, conocido por Simón Bolívar, que amanecía muchos días del año decorado con una pintada en la que se podía leer la palabra TRAIDOR.
Todos los habitantes del pueblo sabíamos quién era el autor de la misma. La autoridad pertinente se desplazaba hasta el domicilio del “artista”, y cuando conseguían hacerlo emerger del marasmo de la resaca le advertían: escucha bien, fulanito. Que sea la última vez que haces lo que haces. La próxima vez tomaremos medidas.
Fulanito seguía durmiendo la mona, y cuando al fin conseguía despertarse sentía levitar, otra vez, su furia nacionalista española. Para aplacarla se iba al bar. Horas después, cuando llegaba la hora de volver a los brazos de Morfeo, se pasaba a echarle un vistazo al busto de su amigo don Simón.
Si la palabra TRAIDOR no había sido borrada regresaba frustrado y tambaleante a casa, y si el escarnio ya había sido reparado volvía a perpetrar lo que para él era un acto de justicia y volvía a escribir la palabra TRAIDOR.
Lo dejaron por imposible. Qué más da, ya se le pasará la afición. Fulanito es un ser inofensivo y anodino. No le demos importancia.
Y se le pasó. Se murió de repente. Una de las causas más comunes de óbito inopinado.
Sin embargo, ahora estoy estupefacto. Resulta, o al menos así me parece entender, que la manía del inofensivo y anodino borrachín de mi pueblo ha calado en la ciudadanía.
Bolivariano en España se ha convertido en sinónimo de insulto. El término bolivariano es utilizado como afrenta y arma arrojadiza. Dicen bolivariano y quieren decir peligroso. A cambio de bolivariano ofrecen patria, traición y felonía. Y sin embargo, para mí y para muchos, Simón Bolívar no sólo no es un traidor sino que es un héroe.
Gracias a Simón Bolívar, Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela, se liberaron del yugo imperialista español. Él fue el artífice destacado de la emancipación americana frente al imperio español
No hay que darle más vueltas. La historia es la que es, y las cosas son como son.
A mí no me preocupa que una pandilla de botarates, anodinos e inofensivos, digan y hablen de cosas que no saben. ¡A quién le importa! El borrachín de mi pueblo lo hacía y nunca nadie le dio más importancia de la que tenía. Lo que si me molesta es que los mismos botarates que se llenan la boca con la palabra bolivariano, se muestren partidarios y cómplices con la UE y su política de refugiados. Pero… esa es otra historia.
Porque si tonto es el que dice tonterías, cabrón es aquél que no contento con decirlas también las hace o las consiente.


LA DOCTRINA ROMANONES.

En la España actual sigue vigente la frase del siglo pasada acuñada por el conde de Romanones.
 “Al amigo ponle el culo, al enemigo dale por el culo y al indiferente se le aplique la legislación vigente”.
Pues… dicho y hecho. Eso es exactamente lo que los políticos actuales, los herederos del conde, hacen con nosotros.
A los indiferentes, que deberíamos ser todos o al menos una amplísima mayoría, nos aplican la legislación vigente. Porque para nosotros siempre es de aplicación una Justicia rápida, mientras que ellos gustan más de  la ciega y reumática. Los corruptos quedan impunes porque las instrucciones de sus causas siempre terminan cuando el delito está prescripto.
Para los enemigos aplican la estrategia de los dosieres. No importa si son verdad o mentira lo que ponga en los papeles. Lo importante es publicarlos en el momento adecuado, y ese momento llega cuando algunos periodistas especializados en dar pábulo al chichinabo de las cosas se lanzan hasta el fondo buitre de la noticia falsa.
Es lo que hay, lo vemos a diario en periódicos de gran prestigio como el ABC, La Razón o el O.K Diario, entre otros. Encima cuentan con un batallón de columnistas dispuestos a dar énfasis a las mentiras y a propalarlas hasta el fin de los tiempos.
Pero a los amigos siempre le reservan la parte blanda y sensible de sí mismos: el culo. Los políticos legislan para magnates mangantes, para banqueros de monopoly, para financieros tío Gilitos, para los amigos… legislan a favor del que después los reubica en consejos de administración a cobrar una pasta gansa por no hacer nada. E incluso si la cosa pinta mal, y siendo como son legisladores, emprendedores y salvapatrias del dinero, inventan otras normas y doctrinas: la Doctrina Botín.
En suma y a la postre estamos ante una evolución, punto cero, de la centenaria y archiconocida Doctrina Romanones.
Gracias a estos actuales Romanones, y a su legislación vigente, seguiremos viendo a estos mamones tocándonos los cojones.



ZASCANDILES Y ZOPILOTES.

Mañana a las cuatro y media de la tarde vuelven a su actividad febril los zascandiles. Otra vez se reúnen. No se sabe muy bien para qué, pese a lo mucho que informan, o si lo que buscan es la cuadratura del círculo o el más difícil todavía que es convertir el plomo de sus discursos en oro para sus bolsillos. Cualquiera sabe.
Porque, estos zascandiles patrios de mamoneo y vuelta al ruedo, al final siempre persiguen lo mismo: pactos de pacotilla, salir en la tele, y cuenta corriente, que no moliente, por alguna de las Suizas que en este mundo hay.
Mientras tanto se entretienen con sus privilegios que no suprimen, aunque pueden prometer y prometen que algún día lo harán si Dios quiere. Pero como Dios padece de sordera seguiremos viendo tocar el tambor a Nicanor, y a los zascandiles convocar ruedas de prensa para explicar lo inexplicable.
Y es que, ya lo canturreaba la ínclita Marisol, la vida es una tómbola. Ton, ton, tómbola en la que unos hacen de chochona, otros de perro piloto, mientras a los más, que somos todos, nos marean más que a Maroto el de la moto.
Así nos va.
Por la otra banda los zopilotes siguen a lo suyo. Otean las mordidas desde las alturas, después planean alguna legalidad, y cuando creen estar seguros se lanzan en picado sobre la presa. Operación: todo impune. Y si el pastel podrido se descubre por el olor a mierda que despide aplican el plan b: todo está prescripto. Al final todo queda en mucho ruido y pocas nueces. O sea, historia abreviada de España.
Vale todo y no dimite nadie. Los zascandiles están ocupados con lo suyo y los zopilotes disfrutan de barra libre con lo que es de todos.
Para el vulgo, plebe o populacho, o sea, para todos los demás, siempre es de aplicación el Código Penal, y agradecidos como somos los volvemos a votar por aquello del te repito y te reitero, y el si no quieres caldo, pues… dos tazas.
Los zascandiles están muy bien dotados  para la componenda y el engaño. Es su triste oficio. Entre eso y hacerse un peto con sus negras plusvalías entretienen los días.
Sin embargo los zopilotes, los más rapaces que no capaces, gracias al oficio y beneficio de los zascandiles, gozan de bulas y salvoconductos suficientes para que acogiéndose al siempre manido no sé, no me consta, burlar a la dama ciega y reumática que viene siendo la justicia.
Y así seguimos, unos rodeados, dando gracias y los otros poniendo el culo sin rubor ni disimulo.


14.

Siempre fui un fiel seguidor de la corriente filosófica El Barato. Lo sencillo es un argumento, la sinceridad un complemento directo y el objetivo final de tan trascendental pensamiento es alcanzar el culmen del simplismo, y afirmar, y hacer mía, la frase vive y deja vivir como leitmotiv y antídoto de cucarachas.
Pero al principio de los tiempos fui platónico a la fuerza. Y supe que lo era por el síntoma que emanaba de mis poros: suspiraba. Para colmo de males leía y disfrutaba de los románticos hasta que me di cuenta de que sufría en demasía de ays, y decidí pasarme al más prosaico de los uyyys.
En todo caso nacer con una vena filosófica es lo normal. Antes al menos sí. Más que nada porque otrora, ahora creo que no, se estudiaba filosofía; y aunque la mayoría practicábamos la parda como accidente geográfico, y el platonismo esperando oportunidades, de vez en cuando nos distraíamos tocando una teta.
Después apareció Aristóteles y en ese pub también tomamos alguna copa, pero como una buena ronda siempre te lleva  a otra, a otros bares fuimos, y después a quién ssbe, y al día siguiente más y más, y así hasta que empezó el ahora. O sea, el menos
Filosofía hermenéutica, pinceladas de pobre ascetismo (cuando no queda otra), confucionismo, deísmo, fenomenología diversa y aplicada, estructuralismo, materialismo, personalismo o panteísmo y siempre futbolismo.
Pero superado el ecuador de la medianía de edad regreso a mis años impúberes, y el acné actual cursa con la más personal de las filosofías: El Luisgermanismo.
Es lo que hay. De la teoría a la praxis y de la praxis a la teoría, teoría y práctica en una tarde de cañas. Abierto el plazo de matrícula.
Y pese a que en los bares (qué lugares) todavía siga en boga, y en boca, la práctica de la Teoría filosófica El Barato (la más extendida), yo, que soy novísimo y rebelde de lo mío, aporto la visión Luisgermanista, panorámica y periférica.
Para mí la necesidad no es virtud, la realidad es anodina y sólo me muevo impelido por los grandes acontecimientos de la vida. Esos que no hay que perderse, los que nos hacen disfrutar, porque esos instantes son los únicos que merecen ser recordados. Los malos rollos mejor dejarlos en casa porque se sale a lo que se sale. Y si te aburres mejor coge el coche y dale cien mil vueltas a una rotonda.
Y es que a lo largo de nuestra vida ocurren, al menos, un par de cientos de hechos históricos, algunos son de tanta relevancia que no conviene perdérselos. Y si no me creéis, que tampoco veo la necesidad, recordar lo que pasa hoy sin ir más lejos.
Hoy juega el BarÇa y el Madrid. Eso es un hecho, lo demás filosofía de baratillo.
Sin duda estamos ante un suceso de una relevancia extraordinaria, que resume todas las corrientes del pensamiento que por el mundo acampan, porque viendo el partido podéis retornar al platonismo, al aristotelismo, al antagonismo, al formalismo… podéis disfrutar de lo que queráis, pero si aplicáis el Racionalismo y el Luisgermanismo llegaréis a la conclusión de quien saldrá ganador del terreno de juego:
 El BarÇa.
Lo único que no sé es si el número de goles serán igual a pi (3, 14 o 16), o si por el contrario, y como es habitual, la cosa se saldará recurriendo al famoso número 5 inventado por el famoso filósofo holandés Johan.
Y si por megafonía “hacen” música de sardana allá en el altar mayor un coro de tulipanes cantará un himno que llegará hasta el más allá
Cinco, por el culo te la hinco.
Seguro que sonríe.



MÚSICA PARA BATRACIOS.

Los perniles del mambo, con micrófono por maraca, también escriben columnas en periódicos y semanales. Usan y abusan de la palestra a la caza de la audiencia o del lector. Para ello utilizan de ariete el  adjetivo grueso, el mancebo y el hortera tal cual ellos.
Y siendo, como son, los pata negra del oficio, parecen de disfrutar de bula y canonjía para decir por los agujeros de sus regaderas lo que les salga del ojal. Dicen tonterías y propalan infundios, y después, reincidentes ellos, las pasan a limpio en algún periódico digno de guardería.
Todo es amarillo en algunos periódicos-orinales, que alumbrados por estos intelectuales del medio pelo y del soslayo, no sirven ni para limpiar un culo. Porque tal acción bien podría ser tildada de dispendio, y tampoco es plan.
Esta cierra España para algunos, y sacrosanta para otros es la marca de estos sacamantecas. Tierra plagada de conejos patriotas en la que unos pocos se recubren de celofán verde billete, mientras predican y no dan trigo. Practicantes de la golfería, golfos y señores del adjetivo, son escudos y escuderos del anónimo caballero felón que es don Dinero.
Muchos son los paladines que perpetran artículos sin oficio obteniendo, eso sí, subvención y beneficio. Siempre a las órdenes del político electo se convierten en voces de su amo, en perritos lamedores pero poco mordedores.
Son ellos, algunos periodistas, practicantes del otrosí, y del más y más, los que apacientan  la grey y ocultan a los Dorian.
Altos y bajos hay, de bigote y zangolotinos, paritario en femenino, algunos son de la especie tertuliana, y los más de la marrana. Los hay furibundos y apocalípticos, y también sensibles e informados. Los capaces no sucumben al bote pronto de la ira, los zoquetes chillan como ratas.
A la vista está. No hay que poner más que el oído y escuchar.
En las radios suena la melodía de estos locutores fieles y propagandistas de lo establecido. De su capa un sayo, de sus babas un programa y un reguero. Encima alguno escribe, y no es el menos.
Lo hacen para sus fieles, para los ávidos de arengas porque de ellos será el reino de los cielos. Los fines de semana, relajados, escriben redacciones que pasan por artículos. Y les pagan porque prenden mechas de sus fósforos y les exaltan de los ardores. No dan pan, pero sí pasteles. Son insensibles Antonietas del adjetivo pastelero, y sus ojaldres tan floridos como caducados, se llenan de verbos y predicados. Siempre al servicio del mejor postor.
Tienen una tarea encomendada:
Deformar la verdad.
Y la cumplen, rajatabla es contraseña.
El objetivo es el miedo y la rendición de los infieles. El argumento usado es el más común de los sinsentidos, el trilero y manejable, el que cambia a conveniencia.
El final es el silencio de los corderos.
Unos hablan cual escarabajos en dialecto pelotudo. Otros callan, otorgan y siguen a lo suyo. Mientras, los más, adormecen sus sentidos viendo Tele 5 y disfrutando del pareado que acaba en hinco.