006 Y LA CONTABILIDAD CREATIVA.

Lo primero que te recomiendan cuando acabas tus estudios de espía es que abras una cuenta en Suiza. Conviene. Al principio sólo lo intuyes, pero con el tiempo, además, de la contabilidad creativa con el manejo de fondos reservados, también tienes que añadir la gestión y optimización de tus propios gastos.
Hablo de dietas, kilometrajes y presupuesto para inversiones.
Conviene ser sutil y repartir juego. Así, a cuanta más gente impliques en tus negociados más cerca estarás de gestionar con éxito tus actividades.
Olvídate de las alcantarillas, eres una persona pública y a la vez un personaje anónimo, por tanto, tienes que aprender a gestionar tú intimidad más íntima. O sea que, hazlo bien, porque si te trincan practicando el contubernio, todos los que hacen lo mismo que tú, se van a poner exquisitos y te van a dejar tirado.
Es un hecho. Por tanto, cuidado. Asegúrate de hacerlo bien o no lo hagas. No hay más opciones. Porque hacer las cosas mal en este oficio no es de recibo. Aquí los aficionados, y los Amedos de la vida no tienen cabida. Son errores. Simplemente. Y los errores no se toleran. No se puede consentir que, el contratado, se descontrole y que emplee el dinero que recibe para ir de putas. Por ejemplo. O para ir al casino y perder. Eso es hacer el mamarracho dos veces. No es profesional. Porque, si tú coges ese dinero y… por ejemplo, lo deslocalizas. Pues… es otra cosa. Robar para hacer el memo no es de gente honrada. Si robas que al menos te cunda. Es muy elemental.
Yo, por ejemplo, cuando robo, robo con mucha profesionalidad. Bueno, cuando robaba. Que ahora que ya estoy jubilado me tuve que sacar del vicio. A la fuerza ahorcan. Menudo mono tuve al principio. No podía ir ni al supermercado. Se me iba la mano a los caprichos. El día que toqué fondo fue una mañana que me cogieron robando un jamón de jabugo y unas botellas de Vega Sicilia. Ese día decidí  ponerme a tratamiento e ir al sicólogo. Qué estrés. Lo dejé muy apañado de lo suyo. El pobre tenía problemas de comprensión. Era nuevo en eso de ser sicólogo, y como yo ya tenía mucha chapa y pintura en lo de ser espía, le hice unas confidencias, y… lo arreglé. Todo muy esencial. Allí sólo robaba revistas. El Hola, el Diez Minutos y el Pronto. Fundamentalmente. A veces también tenía el Muy interesante y Todo coches. Hice una buena colección. Las vendí al peso en el rastrillo y me saqué un dineral. Con ese dinero compré una parcela, la urbanicé y la hipotequé. Después se la vendí a un fondo buitre. Sí, buitre. Esos que comen todo tipo de mierda. Con la plusvalía resultante, invertí en bienes raíces y me compré un pazo de décima mano. También compré un helicóptero de segunda mano para que el mayordomo fuera a comprar caviar. Y así vivo ahora. De forma harto sencilla. Sin llamar la atención. Y todo se lo debo a prestar atención en clase de contabilidad creativa. Porque lo de ser espía está muy bien. Pero lo importante y principal es hacer un pastizal. Y si no mirar para los políticos que nos rodean. Unos incomprendidos. Porque si a nosotros nos dan Contabilidad creativa módulo 1, ellos reciben el curso intensivo de Módulo Experto.
Otro nivel. ¡Dónde va a parar!  Hay que ponerse más en el lugar de la gente y no hablar tanto. Empatía, hombre-mujer, empatía. Más de ocho millones ya la practican y dicen ser felices. Así que,  ¿a qué esperas?


DE LA MOCIÓN DE CENSURA.

Todos los españoles, menos los votantes del Pp, sabemos que la corrupción en este país es sistémica.
Prueba de ello es que no queda institución alguna en la que no haya habido casos, y muy graves, de corrupción.
Se podría decir, sin caer en la más mínima de las exageraciones, que de Casa Real para abajo todo es corrupción.
Y estando en estas, en lo de la corrupción, en nuestro país nacen dos partidos dispuestos a luchar contra ella. Ciudadanos y Podemos.
El Psoe también dice que sí, que está dispuesto a la lucha y a dar la batalla, pero lo cierto es que el Psoe tiene un pasado idéntico al PP. Incluso lo supera porque, de momento, es el único partido declarado culpable de financiarse ilegalmente.
Los periodistas nos informan, en los ratos que sacan la lengua del culo de los políticos, que el Congreso está absolutamente paralizado. Las comisiones de investigación no investigan, y las subcomisiones de las comisiones son un adorno. Allí los únicos que trabajan son los ujieres. Los diputados con ponerse la corbata y las medias quedan reventados y abocados al descanso eterno. No es de extrañar que para aliviar semejante estrés, y para pasar el rato subvencionen los cubatas y los menús de la cafetería.  
Con todo este caldo de cultivo, con el problema catalán abocado a la indefinición y al ostracismo, que derivará en protestas y en violencia, con el Presidente del Gobierno citado para declarar, con presidentes autonómicos imputados y con los ministros de Justicia e Interior dedicados a hacerles arrumacos y ser paño de lágrimas de imputados diversos, van los muy atrevidos de Podemos y ponen una Moción de Censura al Gobierno.
Resultado: ninguneo y choteo por parte del regenerador partido que es Ciudadanos e ídem de lienzo por parte del centenario y parece que moribundo Psoe.
Al parecer, y según lo que se desprende de sus críticas, plantear una Moción de Censura al Pp es demagógico e inoportuno.
Ante lo cual, y sin salir de mi asombro, me pregunto, os pregunto:
¿Qué tiene que pasar en este país para que toda la oposición se aúne y eche a patadas a los corruptos del Pp?
¿A vosotros os parece normal el papelón de Ciudadanos?
Como os estaréis dando cuenta por el papelón del Psoe ni pregunto.
Porque, ¿por qué Psoe tendría que preguntar? ¿Por el que representa Gusanita Díaz, la reina de la cumparsita y señorita de compañía del Pp, por el de Pachi López la bisagra amiga de Gusanita o por el del revolucionario de nuevo cuño que es Pedro Sánchez?
No sé, hay cosas que no se explican. Para una vez que alguien hace algo los demás prefieren seguir con lo de siempre: dando la murga y prometiendo que van a hacer algo un día de estos. Pero, pasan los días, y hacer, lo que se dice hacer, nadie hace nada. ¿Para qué? En España hay corrupción, sí. Pero las instituciones funcionan.
Y seguimos a bingo con el descojone.



006, MISIÓN EN RUMANÍA.

Todos habéis visto las fotos. Eso hace que esto sea más difícil de contar. Pese a ello, y aun existiendo prueba gráfica del acontecimiento, se hace necesario contarlo. Y nadie mejor que yo para hacerlo. Disculpar la inmodestia. Pero es que yo estuve allí, yo fui protagonista y yo sé lo que pasó. Y lo que pasó no se ha contado bien, porque se ocultó mucha información relevante. Y si no, juzgar vosotros mismos.
Primero que nada tengo que haceros una pregunta, ¿os acordáis de las fotos que publicó Interviú en las que aparecía Roldán, director general de la Guardia Civil en ese momento, en una juerga, y en las que se le veía en calzoncillos, rubicundo y abrazando un flotador? ¿Lo recordáis? ¿Y recordáis qué fue lo que escribieron los de Interviú sobre las fotos? Os lo recuerdo: dijeron que era una juerga de celebración por haber conseguido recuperar material gráfico comprometido de un alto dignatario español.
En las fotos, en las que también salía el coronel Perote, Jefe de Operaciones de los espías españoles, aparecían todos con señoritas, se supone que de compañía, y muy animados practicando el noble arte del despendole.
Lo sé. Yo estuve allí. Y puedo asegurar y aseguro, que además de ser una misión exitosa también fue bastante latosa por la falta de medios que teníamos. Hasta que llegó él, Roldán. Sacó la chequera y allí no faltó de nada. Un volquete de putas y regaliz como para una fiesta. Globos y más globos. Mucha niña mona y ninguna sola.
Pero, vayamos al principio de la historia
Para empezar sucedió en el extranjero. Concretamente en Rumania. Había allí un dictador muy malo, muy malo, que invitaba a todos los dirigentes demócratas de Europa a practicar la cacería. Muchos aceptaban, se sacrificaban y se divertían en aras del bien de sus pueblos.
Iban, les ponían un oso borracho o una cabra cabrona a tiro de la mirilla telescópica, el prócer disparaba, mataba y después celebraba convenientemente la hazaña. Más globos. Era ahí cuando entraba el volquete de putas en acción. Camelaban al mandamás de turno, lo seducían y le hacían fotos y vídeos para la Dirección General de Sobornos que había en ese país.
Claro, nos llamaron. Uno de nuestros próceres había caído en el engaño. ¡Angelito! Sus fotos no hablaban bien de nuestro bienestar ni loaba suficientemente nuestro recién ingreso en la comunidad europea.
El calzoncillo tenía un palomino y no haberse sacado los calcetines blancos tampoco contribuía a mejorar la estética, precisamente.
También era una cuestión de imagen de país. Estábamos entrando en la modernidad más moderna; y aquel  hombre en cuestión, muy conocido, con piernas de palillo y hablar gangoso nos dejaba en mala situación.
Fuimos, y en un plis plas, y gracias a la inestimable cooperación de Roldán, arreglamos el desaguisado de forma positiva a nuestros intereses.
¿Cómo lo hicimos?
Fácil, llamamos a Paesa, un freelance del oficio, él se encargó de Roldán a quien le tenía muy cogido el punto, y con los fondos reservados que le sacamos brindamos por el éxito de nuestra misión.

Coser y cantar.   

006 Y LA EMBAJADA AMERICANA.

“Cualquier tiempo pasado fue mejor”.
Lo decía Jorge Manrique, poeta y espía a media jornada, y doy fe de que tal cosa es cierta. Porque antes, sin ir más lejos, cuando acababas los estudios de espía con aprovechamiento enseguida encontrabas trabajo. Y sin embargo hoy… mirar lo que pasa. Espías titulados y muy bien preparados en el paro. No hay derecho.
En fin, volvemos al principio, ya lo decía Jorge Manrique.
Mi primer destino como espía fue un trabajo en la central que tenemos los espías. Llegué allí, juré el cargo y morreé la bandera, y antes de darme mi primera misión me preguntaron si quería coche o moto de empresa. Opté por coche. Aunque después me arrepentí de no haber cogido la vespa. Era tan chula. Claro que un coche, y además de alta gama y en el que no llueve, no es un coche: es un cochazo. ¡Un seat panda del 83!
Para amortizar tamaño dispendio aprovecharon y me hicieron el primer mandado.
-         Tienes que llevar estos papelorios al embajador americano. ¿Me entiendes?- me preguntó mi nuevo jefe.
Lo miré sobrado, y contesté
-         Of course, chorvo.
En cuanto puse un pie en la calle la misión se complicó. Me estaban esperando. Alguien había filtrado el contenido altamente secreto de mi misión, y enviaron unos esbirros a intimidarme y hacerme desistir. No lo consiguieron. Puse en marcha todas las técnicas aprendidas en Alcampo. Derrapando el coche y usando el arma letal que es Mirar mal conseguí huir. Cuando llegué a Serrano le tiré las llaves del panda a un marine que andaba por allí, y diciéndole en perfecto inglés yanquis go home, le tiré una moneda de cinco pavos al tiempo que añadía autoritario:
-         Apárcalo, man.
Cruzamos un duelo de miradas.
Terreno americano en tierra española. ¡Paradojas!
Pregunté por el muy embajador al marine, que aún miraba extasiado la moneda de cinco duros, y después de hacerme esperar comiendo bombones, me dio acceso a las estancias privadas del embajador.
Cuando estuvimos a solas saqué mi bocadillo de tortilla francesa de entre los papeles, y en ofreciendo un mordisco al prócer, le tendí los papelorios pringosos objeto de la arriesgada misión.
-         Gracias- dijo cogiéndolos con cierta aprensión, y evitando las zonas de mayor pringue. ¿Qué me trae usted aquí?
-         Le traigo la lista completa, por orden alfabético (ha llevado su tiempo), de los espías que estamos en plantilla. La de los fijos discontinuos se la enviamos por fax, en cuanto sepamos cómo funciona ese aparato del diablo.
-         Ahhh- dijo en perfecto inglés
-         ¿Si el señor no desea ni ordena algo más, sería tan amable de otorgar su permiso para que este pobre manzanillo se retire de ante los ojos de su excelencia?
El embajador me miró por encima de sus gafas bifocales sorprendido.
-         Usted es nuevo, ¿verdad?
-         Sí, señor. Esta es mi primera misión, señor. Una misión de riesgo, señor- volví a insistir- Y ahora, si el señor no dispone de otra cosa, ¿da su permiso, el muy señor, para que me pueda retirar de ante su excelsa figura?
El embajador, displicente, hizo un gesto con la mano. Y cuando ya estaba en la puerta me detuvo su augusta voz.
-         Espere un momento, joven.
Se levantó, se acercó y me tendió un bolígrafo con el escudo americano.
-         Tenga, un souvenir. Seguro que le hace ilusión. Con este bolígrafo se rascaba el culo nuestro amado presidente.
Cuando lo conté en la oficina, sin ánimo de presunción (conste), se produjo una catarata de babas.
Efectos secundarios de la envidia.



TELELU, EL COREANO Y 006 EN EL PUB.

Íbamos de camino hacia El Calvario cuando nos encontramos al Chus y nos recomendó que no fuéramos allí.
-         ¿Por qué?- preguntó 002, nuestro experto en meter la pata.
-         Porque allí te clavan.
Fue por eso por eso por lo que cambiamos El Calvario por Paralelo 38. Al fin y al cabo qué más da. Todo es pub.
Los vi nada más entrar. Al fondo a la derecha, enfrente del cagadero. Me hice el loco y no presté más atención.
Como es natural, y después de media hora sin meter la gamba, 002 andaba muy agobiado de lo suyo. Entonces levantó la vista de las aldabas de la camarera, y al verlos me dijo malicioso:
-         Oye, que está allí la que fue tu amiga… Telelu
Para mí que lo dijo con retintín, aunque también circula la versión más canina y dicharachera de la historia, aquella que dice que 002 lo dijo con Rintintín.
En todo caso, no sé, no voy a discutir de semántica, hacerlo sería como confundir el tocino con la velocidad.
De todas formas, miré. Mejor dicho, volví a mirar. Y sí, allí seguían. Parecían felices y entregados al noble arte de comer perdices.
Hice un escorzo imposible, marqué paquete y me puse un palillo entre los dientes. Cosas que hacemos los espías cuando nos ponemos play boys. Así de esa guisa, impasible el ademán, volví a mirar y vi que ella, Telelu, también me miraba con ojos mustios.
Me acerqué haciendo maniobras de diversión (así le llamamos en Alcampo a hacer eses), tratando de disimular la ingesta excesiva de cubatas, y cuando estaba a sólo un par de metros de la pareja me tiré al suelo con mucho estrépito. De cúbito supino empecé a mover las piernas de forma compulsiva. Estaba sufriendo mi primer berrinche como espía recién titulado. Mi boca echaba espumarajos y escupía exabruptos al tiempo que preguntaba como una letanía, y de forma nada retórica: ¿por qué, por qué, por qué…?
Ella conmovida levantó sus ijares de la silla y en arrodillándose y cogiendo mi cabeza entre sus pequeñas manos me consoló.
-         Echo mucho de menos tus labios, tú boca…
-         ¿De veldad? – le pregunté sumiso y mimético al tiempo.
-         De verdad. Cuando el coreano este me besa nunca tengo muy claro si lo hace con la boca o con el ombligo. ¿Has visto su boquita de piñón? No me digas…
Telelu estaba arrebatadora, y yo además de derretido, estaba totalmente escurrido.
-         Quédate conmigo- imploré.
-         Eso no puede ser. Él es un dictador muy preparado y no conviene contrariarle porque, por un quítame allá esas pajas te fusila. Además, con él se cumplen todos mis deseos.
-         Por favor, por favor- volví a implorar.

-         Fíjate si es detallista que el otro día le hablé ligeramente mal del novio de mamá, ya sabes, piticlín, piticlín, y hoy me he enterado que lo ha enviado a una isla a pasar hambre y necesidad. ¡Qué hombre, qué carácter! Besarlo es una pesadilla, pero… es tan dicharachero.

A 006 LE BIRLAN LA NOVIA.

Estaba haciendo el examen de recuperación de la asignatura Mirar mal, impartida por el doctor en el trasunto y paranormal conocido, que es Jozemari Aznar, cuando de repente se escuchó un fortísimo ruido.
Del exterior llegaba hasta nosotros una voz desconocida, que en un lenguaje todavía más extraño, chillaba como un poseso.
Don Jozemari, que está pluriempleado y también da clases de Felonía internacional por las tardes, y yo nos miramos al unísono, y viendo que había descuidado la vigilancia, aproveche, saqué la chuleta y copié. Sobre-saliente. A partir de ahora puedo mirar mal y hacer daño. Así que, cuidadito conmigo. Soy peligroso. Voy armado de pupila, retina y humor vítreo.
Salimos al patio a ver qué pasaba, y pudimos ver que el resto del profesorado también se había congregado allí, y que al igual que nosotros también parecía alarmado.
Hay simulacros que se van de las manos.
Paz Padilla, la profesora titular de Patadas al diccionario, tenía una cara muy rara. Más de lo habitual. Sin embargo, a su lado Milagros de Santana, más conocida por Mi-la, y profesora titular de Introducción a la histeria, parecía ocupada y preocupada en acomodar pelo con flequillo, y en mirar hacia María Pestiño, la profesora adjunta que imparte Abre los ojos, y que parecía estar al borde del ataque de nervios. Por su parte Belén Esteban, la que nos da ¿Me entiendes?, miraba como Jorgeja, filólogo y erudito repasaba apuntes de Verbigracia del insulto.
Todos se habían cogido de la mano y esperaban órdenes por el pinganillo, que disimulan en la oreja, para romper a hablar al mismo tiempo.
Enfrente estaba él. El hombre del que últimamente todo el mundo habla: el coreano. El rey del Páilan Style, el mismo que en sus ratos libres y en sus fines de semana de asueto, se dedica a lanzar misiles por esos aires de Dios.
Shal Phi Chon, conocido en Alcampo por el familiar nombre de Salpicón, estaba allí. Mismamente. Plantificado delante de nosotros, de cuerpo presente, y con las piernas abiertas en actitud provocativa. Nos miraba desde allá abajo, oblicuo y con odio manifiesto en el mirar.  
Dirigiéndose a mí en perfecto coreano de Corea me preguntó.
-         Tú, mamalacho, ¿dónde está Telelu?
Casi me da un telele al oír el nombre de mi amada mancillado en labios ajenos: Telelu. ¡Hay que jodelse! (soy muy mimético).
-         Haciéndose las uñas- contesté disimulando el enfado.
-         Mala suelte, otla vez selá.- dijo resignado el avieso déspota.
De repente, mirándonos a todos añadió:
       - Pelo, vamos a lo que vamos. Vuestlo gobielno me ha contlatado pala que os dé          una lección magistlal.
-         ¿Y qué nos vas a dal, pedazo de cablón?- preguntó 002 metiéndose muy en el papel de meter la pata. Su especialidad.
-         Os voy a dal pol el culo- se rió- No en selio- rectificó casi inmediatamente-, he venido a enseñalos Plimero de Invasiones.
En ese momento apareció Terelu haciéndose unas tostadas de carmín. Come de todo la muy presunta.
Decir que el muy coreano la miró embelesado sería injusto. La miró arrobado. Arrobado del todo. Más propio. Por un momento quedó en estado catatónico, pero como es un dictador muy preparado, se recuperó en seguida. Fue entonces cuando nosotros, proyectos de espías, nos dimos cuenta de porqué aquel hombre era quien era y tenía el puesto de dictador-déspota-taimado que tenía.
Miró para Terelu largamente, se acercó a ella, la cogió de la mano y decidido y amo de la situación, le dijo en plan ordeno y mando:
-         Telelu tú venil conmigo. Te voy a enseñal la cabeza nucleal de mi misil de lalgo alcance, el Golden ciluelo. Te vas a entelal, goldochita.
Después nos miró a nosotros con manifiesta superioridad y dijo:
-         La lección queda aplazada.
A Telelu casi le da un parraque, en vez de eso un botón de la faja cedió al empuje de tanta emoción retenida.
Subyugada me abandonó sin siquiera decirme adiós.
En ese momento no reparé en que tengo un arma de destrucción masiva en el mirar, pero la próxima vez que le ponga los ojos encima lo desgracio.
Para algo he aprobado la asignatura que imparte don Jozemari con aprovechamiento y pundonor.
Pues eso, se va a enterar:
¡Sujetarme que me sublevo!



¡QUÉ RISAS!

En honor a la verdad tengo que decirlo: yo me reí mucho. Pero, mucho, mucho. Me reí tanto que incluso decir que me reí muchísimo no sería exagerado, sólo aumentativo. O sea. Me reí. ¡Qué le voy a hacer! Mejor dicho, ¿qué queríais que hiciera? ¿No reírme? No, no estaría bien. Creo, porque si una cosa te hace gracia te ríes, ¿no? Lo malo, he de reconocerlo, es que no me reí de una cosa, me reí de una persona. Y, no, no es lo mismo. Por eso, ahora que lo pienso, no sé, ¿habré hecho bien en reírme tanto? Al fin y al cabo me reí de ella. De una que parece persona y es gente. Y no sé, tengo que preguntar, que pensará de esto el cura que me confiesa. Porque, yo me confieso. No os riais. No seáis como yo: un tío que se ríe de las personas. Eso no está bien. Aunque, matizo. Yo no me río de la gente, me río de alguna gente. Es distinto, y distinto, os lo recuerdo, quiere decir que es diferente. Dices distinto y estás diciendo diferente. La cosa, si reparas, también tiene su gracia. Sí, lo de los sinónimos y antónimos es algo muy gracioso. Todo el mundo se ríe con ellos. Venden mucho. Hoy, sin ir más lejos, y en tu ciudad, gran actuación Sinónimo&Antónimo. Humor del bueno. Te ríes sin darte cuenta. Mejor que leer La Razón, más efectivo que O.K diario el diario ese que dicen leer los inconformistas. Pero, ¿quiénes son los inconformistas? No se sabe bien. No deben de ser gente seria. Porque si eres serio estás conforme. ¿O no? Yo, por ejemplo, y perdonar que me ponga como ejemplo cuando no debería, pero como decía, yo, por ejemplo: soy un inconformista. Pero inconformista desclasado, no leo O.K diario. La cosa me tiene bastante mosqueado, porque no sé qué tipo de individuo soy. A ver si lo explico. O sea, soy inconformista, pero no soy de los que leen el periódico de los inconformistas. Raro, ¿no? Bueno, no sé. ¿Me entiendes? Yo es que la prefiero a ella. Con ella me entero de todo. Ella profundiza y analiza la realidad vigente y resume: por mi hija mato. Cáspita, la opción suicidio sería más higiénica, pero… No sé. Lo que sí sé, y lo que sí digo, y además reitero, es que yo, efectivamente, yo, ayer, me reí. Lo dije al principio y no creísteis. Os pasa lo mismo que a los anti-taurinos y a los ateos. No os ducháis, y si no te duchas, no te ríes. Porque yo, en la ducha, me río, me río mucho. Me río de cojones. Aunque sea martes, yo miro para abajo y me río. Pero, vuelvo a lo que vuelvo. Ayer no me reí de eso, me reí de otra cosa. Uff, qué rollo, esto parece la historia de nunca acabar. Y vuelta a empezar, que sí, que me reí. Qué le voy a hacer, Ayer la vi llorar y me reí. Me reí de una persona. No sé, yo creo que soy mala persona. Esto de reírme de alguien que se declara persona no parece de buena gente. Quizá, pero además de reírme y como soy malo pensé: anda y que la ondulen con la permanén y si no está contenta que le den con crén. Chachi, esto de reírse es lo que tiene: que te ríes. La madre que la parió, con lo que ella se ha reído de todos. De vosotros, porque de mí, no. De mí no se ríe ni Dios. Me río yo que no soy nadie, y menos que nadie, Dios. No sé, ¿me entiendes?


PRECEDENTES DEL NO SÉ, NO ME CONSTA.

La versión más antigua del no sé, no me consta, viene de los fabulosos años 90 cuando Felipe González decía a un periodista de El País que él se enteraba de los escándalos (de corrupción) por la prensa.
A Felipe la derechona casposa le puso todo tipo de zancadillas. Y la verdad es que no era para menos, el pobrecito, a tenor de lo que pasaba no se debía de enterar de nada, porque todos los días desayunábamos con la misma matraca que lo hacemos hoy en día: con la corrupción.
Por eso fue que, unos determinados medios de comunicación y las autoridades financieras pertinentes, decidieron que era la hora del relevo y facilitaron la llegada de Josemari Aznar a la presidencia del gobierno.
Veinte años después, sin embargo, nos enteramos que el cambio de cromos no sirvió para nada.
Se cambió de corruptos, pero la corrupción siguió campando por sus respetos. Eso sí, los nuevos, los Ratos, los Álvarez Cascos, los Acebes… y demás, se presentaron como más profesionales en el arte de mangar. Incluso se decía del vicepresidente más económico que había estudiado en Harward, posiblemente otra patraña más. Porque si examinas el currículum de todos los que se dicen altamente preparados, resulta que son licenciados por algo, en alguna universidad de no sé dónde y que los cursos de la Harward School Business, y similares, están muy bien para colgar el titulito del despacho, pero para poco más. Porque, en unas horitas y “pa” casa, es de suponer que no aprendas ni a pasar el mocho por el parqué.
La corrupción en este país es endémica. Venimos de una dictadura y esta Timocracia en la que vivimos conserva muchos de los tics del pasado. Y por mucho que Felipe González alardeara de que iba a regenerar España, y que en cierta forma España se modernizara, lo cierto es que, al final, todo quedó en agua de borrajas. Porque fue llegar al gobierno, empezar a recibir cajas de Cohibas y empezar a ponerse cachondo con el contubernio.
También imagino, y esto es una maledicencia, que la CIA y el embajador americano de turno hicieron un trabajo excelente para con el bicho (y no sé si se percibe el retintín en el excelente).
No estaría de más, por tanto, resetear a todos estos sátrapas, expertos en parecer, no en ser, y poner, y ponernos, todos a salvo de estos miserables por el expeditivo sistema que es deslocalizarlos a todos en la cárcel.
Y aunque ser un sinvergüenza no está tipificado en código alguno, conviene saber que la casta que nos dirige es eso, un cúmulo de desvergonzados. Profesionales que copian los modos y maneras de los parásitos y al igual que ellos se dedican a chupar la sangre del sufrido ciudadano.
Por tanto, y en sabiéndolo, ¿a qué esperamos? ¿A que ellos hagan lo que no han hecho en 40 años? ¿Sí? Pues entonces, cojamos una silla

¿ Y vosotros qué opináis, compis yoguis? 

JUEGO DE TRONOS EN EL PSOE.

Imagino que en el particular Juego de Tronos que el Psoe se trae entre manos, se alzará con el Trono de Hierro Susana Díaz.
Al fin y al cabo, ella pertenece a la familia de los Targaryen y siendo como es incombustible al fuego y estando rodeada de los mejores dragones del reino, Felipe, Zapatero, Guerra, Bono y algún que otro cuadrúpedo infiltrado, que de todo hay en el bando de los Targaryen, y en teniendo además el arma definitiva que es el fuego valyrio de los argumentos espurios, es de suponer que en el Trono de Hierro sentará sus reales, la más pedorra entre todos los pedorros, que a liderar el partido se presentan.
Y es que después de derrocar a un Lannister, traicionado y acuchillado por los suyos, Luena, Hernando y Pachi, que murió chillando el lema de su casa con la voz que ponen los gorrinos al ser capados, y gritando a voz en cuello el lema de su casa “los Lannister siempre pagamos nuestras deudas”, Pedro Sánchez se convirtió en sor Citroen y amenazó con recorrer España echando el mal de ojo que dejan los cenizos al pasar. Lo malo es que no tenía parné para echarle gasofa a la carroza y algunas provincias se libraron de la epidemia.
Sin embargo, el hombre del norte, Pachi, el representante de la casa Stark, y antes conocido por Jon Nieve, luchador vasco, pelotari y jugador polivalente, que lo mismo vale para un roto que para un descosido, traidor de Lannister y maniobra de diversión puesta por los dragones con cerebro que sirven a la más Targaryen de las Susanas, aunque realmente a quien sirvan los muy bichitos sea a sus intereses, a sus felonías y a sus mierdas escondidas bajo las alfombras.
En esta película, de argumento ñoño y previsible, disputan estos tres furúnculos la primacía al Trono de Hierro del Psoe. Que, ocupado como está, en estos momentos, momentáneos, discutiendo cuánto tiempo hay que dejar a remojo las fabes, necesita de un líder creíble y no de Susana, amén y alharacas para mi potorro.
Sin embargo dicen los que saben, y los interesados en decir, que Susana se crece con el remojo, mientras que a Pachi y a Pedro Sánchez, les mengua la pilila.
Y tan crecida está la ínclita Susana, que en pleno desbarre argumenta con haber ganado unas elecciones en una tierra en la que siempre ganan los de su casa. Tal obviedad, y tamaña simpleza, le incita a sacar uña y a presumir a troche y moche. Mientras, sus palmeros le ríen las ocurrencias y celebran sus gracietas: ¡Ozú, qué arte tiene la condená!
Lo que nadie dice, a saber por qué, es que Andalucía sigue ocupando en este Juego de Tronos, el mismo puesto que tenía al principio de la Timocracia ésta en la que sobrevivimos (de los últimos), y que inaugurar cosas, leer discursos, estrechar manos y besar niños es lo que hacen todos, y que mangar o hacerse la distraída también. Y si no que se lo pregunten a Esperanza Aguirre, una de Madrid, y otra que no entera de nada, pero que después lo sabe todo.
O sea que, ¿no querías caldo? Pues, toma Susana.
Lo malo es que también están eligiendo la banda sonora del próximo Psoe, y parece que se inclinan por la misa de réquiem de Mozart.

Ellos sabrán, entre ilustrados anda el juego.

006 SE ENAMORA DE LA PROFE.

Parece ser que en lo único que está de acuerdo todo el mundo es en que si quieres ser un buen profesional tienes que prepararte bien. Nuestros mentores lo saben, dada la funcionalidad de su ignorancia, y por eso, y porque el Estado siempre es discrecional, ponen a nuestra disposición lo más granado que en docencia existe.
Lo cual quiere decir en traduciendo, que nuestros profesores son los mejores en cada materia. Y no se trata de un acto de propaganda o de palabras baladís de esas que se lleva el viento. Es la realidad y conviene que se sepa.
El Estado invierte tiempo y dinero en formarnos. Las cosas son como son. Así que, hoy os voy a contar sucintamente qué materias estudiamos y quiénes son nuestros profes.
Lo vais a flipar, del verbo ponerse.
Las materias troncales son tres: Pasividad, Agresividad y Seguridad (P.A.S).
Y las asignaturas de Pasividad son:
Abre fácil de cerradura y candado. Tirolina básica y sin esfuerzo. Atletismo asintomático. Bailes de salón (muy útil para cócteles en embajadas y noches de pajar). Pruebas de esfuerzo, aplicación y crucigrama. Elaboración básica del canapé de tortilla e introducción al bocata calamares (presencial en La Campana). Rústica de caldo gallego, y aproximación al lacón con grelos, y por último, Calendario laboral avanzado (ingeniería y puentes).
De Agresividad y Seguridad se hablará en otro apartado. Específico al uso horario.
Volviendo otra vez al tema…
… Sí, estamos ocupados. Muy ocupados. Nuestra vida es un no parar, pero… hay que decirlo: somos el futuro. España necesita de nuestros servicios, y nosotros por España… lo que haga falta.  ¡Todo por la nómina! (es el lema de nuestro Alcampo de cada día).
De todas formas, tengo que decirlo, yo me he encontrado inopinadamente con un problema con el que no contaba: me he enamorado.
Sabía que había múltiples y variados precedentes. Incluso había escuchado advertencias al respecto: cuidado con enamorarse de la profesora (la opción profesor no se contempla). Porque estar encerrado, en régimen de gayola intensiva, es lo que tiene, acabas sucumbiendo ante la primera sílfide que ves, y aunque fuere cariátide sería menester.
A ver, no lo quería decir pero lo voy a decir, yo no caí en el extremismo de 004, porque, ufff, lo de 004 rompe los esquemas del más pintado: se enamoró de una monja. No se diga más. Concretamente, la que nos daba Idiosincrasia Cristiana y Caritas (conviene reparar en los acentos). Bueno, hasta aquí todo más o menos normal dentro de lo anormal, pero es que la monja tenía, a lo menos, un par de siglos, mientras que él apenas había entrado en edad núbil.  
Un despropósito.
En fin, cosas que pasan y que a mí me sirvieron de consuelo para enfrentar lo mío. Porque, en sabiendo lo anterior lo de mi affaire parecía agua de borrajas.
Yo me enamoré de la profe que nos daba bailes de salón. ¡Una buenorra!
Se llamaba Terelu y fue mi primer gran amor. ¡Ay, Terelu, te añoro! Me pongo mustio sólo de recordarte. Suspiro, digo ay y me sabe a Calisay. Qué guay.. Terelu es hija de Teresa, la que le come el piticlín a uno que llaman Bigote, y hermana de Carmen. Tienen programa de televisión propio, Las Campos (hay gente equivocada que dice qué Cruz, y que no sabe que Cruz, seguido de Campo, también es sinónimo de mierda), y como en Alcampo practicamos la gramática parda no nos perdemos un capítulo. Es bueno para el estreñimiento. Terelu nos daba clases los jueves, mismamente. Bailes de salón. Mejora el desparpajo y trabaja el ritmo. Todo muy profesional. Una docente acreditada que provocó en mí amancebamientos diversos con mi mano (grado 5), que derivaron en epicondilitis (codo de tenista, acepción pajillera) por el uso y abuso del contubernio. Por eso el día que la relevaron de sus funciones, y la sustituyeron por Isabel, maestra en el arte chino-filipino de comer bombones, sufrí mil pares de retruécanos. Isabel llegó directamente de actuar en venta Vargas. Con gran éxito, por cierto. Reina de bulerías y de gracejo contenido. Gracias a ella, hay que reconocerlo, las fiestas con el embajador mejoraron espectacularmente. Progresamos en glamour y ganamos en bochorno ajeno.


006 VA DE MANIOBRAS.

En Alcampo no sólo están atentos a cultivar nuestro intelecto (qué será eso que acabo de de escribir, intelecto), también se preocupan, y mucho, porque seamos capaces de llevar a la práctica todo lo que malamente aprendemos. Es por esa razón por lo que una vez a la semana evaluamos la calidad de lo aprendido. Aquí, en Alcampo a la Teoría la llaman Teoría como en todos los sitios. Sin embargo a las prácticas le llaman “ir de maniobras”.
Y fue así, sin más tontería, como llegó nuestro primer día de ir de maniobras.
El sitio elegido, como no podía ser de otra manera, fue el hipermercado homónimo de nosotros mismos. Alcampo.
Nada más levantarnos y después de haber desayunado cinco chuscos con mantequilla y mermelada de parrús (muy digestiva), nos reunieron y nos entregaron un sobre a cada uno con su misión.
Recuerdo que 001 y 002 cuando vieron la suya se llevaron las manos a la cabeza. Por mi parte, inasequible al desaliento, y viendo el careto de los susodichos y también mentados, abrí el sobre a ver si por un casual traía un sueldo.
Lugar de autos: Alcampo
Tiempo estimado de duración de la prueba: 2 horas máximo.
Sección: Pescadería.
Objetivo: conseguir el número de dni de una clienta elegida al azar sin revelar que estás en una misión. ¿Lo entiendes, gilipollas?
Y allí nos llevaron, a Alcampo. Doblando el primer árbol a la derecha como quien dice.
El instructor me acompañó hasta la sección de pescadería y después de observar un rato me dijo: ¿ves a aquella mujer? No, le respondí. A esa no la veo. ¿Y a aquella otra?, volvió a insistir señalando con el dedo índice a una real maciza. La veo, contesté, a esa sí que la veo. Pues esa. Ella es el objetivo.  Consigue su número de carnet de identidad.  Lo miré sobrado y para rematar la sobrada, dije todo seguro de mí mismo: no te vayas muy lejos, chorbo. Sin petulancia alguna, manifiesto. Vuelvo ahora. Por cierto, y antes de que me vaya, ¿me puedes prestar 50 pavos? Es que estoy corto de cash. El instructor me miró con desconfianza. Por lo que me vi obligado a añadir que también me fallaba la idiosincrasia. Sacó la cartera, todavía queda buena gente, y me dio un billetito que parecía recién salido del banco. ¡Ay, qué gustito pa mis orejas! Lejos de decir eso, tamaña ordinariez, dije: guay, gracias. Everybody. Una palabra en inglés siempre epata. Lo dicho, vuelvo ahora. No vayas muy lejos y toma nota. El instru se puso estrábico.
No habían pasado diez minutos y ya estaba de vuelta.
-         Su número de dni es el 99.719.915.
-         Letra, contestó.
Arqueé la ceja y contesté:
-         I latina; de imbécil, latino.
¿Si digo que el instructor no salía del asombro, estoy presumiendo? Pues eso, el pavo flipaba. En colores.
-         Pero, ¿cómo lo has conseguido tan rápido?
-         Fácil- le dije-, le enseñé tu billete de 50 euros y le pregunté: ¿señorita, aparte de ser usted guapísima, sabía que si su dni termina en número par acaba de ganar 50 euros para la compra o para lo que considere menester?
-         Y que te contestó.
-         No me diga.
-         ¿No me diga?
-         Sí, no me diga. Después añadió. Pues estoy de suerte pues mi dni termina en par.
-         ¿Sería tan amable de dejármelo ver, por favor?- inquirí, del verbo inquirir, exhibiendo la más zalamera de mis sonrisas.
-         Claro, contestó- rendida a la evidencia. Revolvió por el bolso adelante, encontró la cartera, la abrió y extrajo el dni.
-         ¡Vaya!- exclamó haciéndose la tonta-, acaba en cinco. ¿Eso no es par, verdad? Y poniendo una carita angelical me tendió el carnet.
-         Efectivamente, termina en cinco- dije al tiempo que memorizaba el número- Pero como yo soy devoto de la rima del cinco, y como usted es tan guapa, le regalo los 50 euros de parte del productor del programa…, aquél señor que nos está observando. ¿Lo ve? Sí, ese: el feo.
Cuando regresamos y comentamos las vicisitudes recuerdo que 001 dijo haber visto un anuncio de empleo en el que Alcampo solicitaba reponedores. Ofrecían contrato indefinido a los agraciados/as seleccionados/as. Y solicitaban: titulado, ambos sexos y con una experiencia mínima de cinco años en puesto similar. Todos enviamos el currículum.  Normal. Nunca se sabe para quién está la suerte. Además, si nos va mal como espías, tampoco está mal tener un chollo de ese nivel, y encima… indefinido. Qué guay, ¿no?


LOS COMIENZOS DE 006.

A las dos horas de entrar en el Centro de Adiestramiento sabías que a aquel sitio la gente lo llamaba por el curioso nombre de Alcampo.
El nombre, como no, lo había tomado por su proximidad con un hipermercado homónimo. Curiosamente ese nombre fue el culpable de la primera baja en nuestras filas.
El agente 003 no se enteró, hasta el cabo de dos días, de que si te referías al Centro de Adiestramiento tenías que decir Alcampo y arquear la ceja izquierda. Síntoma de que estabas en la pomada. Y eso fue motivo más que suficiente para que ser expulsado. También le llamaron lerdo. “Anda que…”, le dijo el instructor con retintín (Rintintín en Alcampo).  
En fin, 003 pasó a la historia sin historia, pero el mundo del espionaje es lo que tiene. O estás a lo que estás o no estás.
Nos habían puesto el nombre por orden de llegada, y como yo llegué quince días tarde me pusieron 006. Ahora que lo pienso tengo que dar gracias a haberme quedado dormido. Porque si hubiera llegado a mi hora a lo mejor me habría tocado en suerte llamarme 005, y no os podéis imaginar el calvario que se pasa siendo 005 y viviendo en Alcampo rodeado de hombres. Uff, me agobio sólo de pensarlo. El pobre 005, aparte de sufrir el consabido pareado a todas horas, también tuvo que soportar los arrumacos y consuelos de docentes y compañeros. Es verdad lo que se rumorea; incluso yo tuve alguna veleidad nocturna con el tema. Pero, pelillos a la mar.
El primer día hicimos un cuadrante entre todos. Cosas así:
Días, horas y asignatura.
Lunes. Introducción al Escalo. Hora: 00:04. Parte de atrás de La Cantina de Manoli.
Martes: Master Class de Chupitos. Hora 08:00. After hours Parranda`s Club.
Miércoles. Mascletá Goma 2. 18:00. Leirón La Zarzuela.
Como podéis ver el temario es bastante farragoso, peo tenéis que tener en cuenta que un espía, un buen espía, un espía de verdad, tiene que saber de todo, estar versado en mil cosas y tener una mente amplia y una lengua bien dispuesta. Elemental.
Lo cierto es que todos teníamos que esforzarnos y dar lo mejor de nosotros mismos para sacar la jornada adelante. Era difícil no perder la compostura, además y como no podía ser de otra manera, también estábamos muy vigilados.
Por eso el día que nos dieron una clase magistral sobre cómo tratar con espías del sexo opuesto, siempre será recordado con agradecimiento. Menuda pandilla de lurpias que son las colegas.
Hasta Alcampo llegó un taxi-furgoneta con seis señoritas procedentes de lo de Manoli y nosotros, los futuros espías, fuimos conminados a trabajar a destajo. Para que os hagáis idea de cómo fue el tema de farragoso, os diré: el tiempo se nos fue en estiramientos. Después ya relajados e instalados en la teoría, practicamos el crucigrama y el arte del sudoku, antes de volver a entregarnos al juego del Teto con pasión y frenesí.
Y es que ser espía es muy riguroso y requiere de gran disciplina.


BÁRBARA REY versus 006.

Lo confieso: he tenido presiones. Y muchas. Sí, porque me han llamado. Ellos. Me han dicho, no lo hagas. Aún estás a tiempo de arrepentirte. ¡Cuidadín! ¿Has visto la de veces que le hemos tenido que entrar a robar en las casas de Bárbara Rey? ¿Sí? Y qué, ¿te vas a arriesgar? Tú sabrás. Si pierdes tu famosa colección de tangas de leopardo después no te quejes.
Efectivamente, tienes razón, amigo/a lector/a. Has pensado correctamente. Eran ellos. Ya sabes, los que no se puede nombrar. Sí, esos. Porque, por si no lo sabes, que sí que sabes, en España vuelve el hombre. El macho man. El que va cantando por la calle, macho, macho, man. Ya sabes, música de… bueno, esos. No repitamos la mamarrachada. Pero, a lo que iba. Ellos. Son peligrosos. Tienen medios y se rumorea que dietas y kilometraje. Están armados, incluso usan caspa como arma química. Te pueden hacer dudar. Pueden hacerte una campaña de desprestigio e incluso, se sabe, y si quieren, te ingresan dinero en un paraíso fiscal y te la lían. ¿Qué no? Bueno, lo confieso: conmigo no lo han hecho. Todavía. Estamos negociando o en el negosi como se dice ahora en el catalán de Harward. Ellos ofrecen tres (euros), y yo pido 100 (pesetas). 100 es mucho más que tres. ¿A qué soy listo? Claro, con tantas pistas me habéis descubierto. Efectivamente, yo fui espía. 006. Mítico. Ahora estoy en la reserva más reservada. Y como no espero, no fumo. O sea, me hago un Sara Montiel inverso. Técnica depurada.
Y viene todo esto a cuento porque, el otro día, a mí las cosas siempre me suceden “el otro día”, la editorial Chincheta  me hizo una propuesta. Me ofrecieron que si cuento toda la verdad y nada más que la verdad, ellos a cambio me deslocalizan unos euros de sus Caimanes a mis (perdón, mí) cuenta. Un potosí. A cambio me piden temario, localizaciones, resumen de operaciones, contubernios y la lista completa de espías consumidores de coñac. Lo del Juanca ya lo saben. Y no me preguntéis por qué. Ni lo sé, ni me lo dijeron. Cosas, dejémoslo así. El caso es que no les interesa saber el nombre de los espías que consumen cubatas, gin tonics o cervezas. No, sólo los que le pegan al coñac. Esos, me dijeron claramente. ¿Y por qué esos, precisamente esos?, tenía que haber preguntado. Pero, no lo hice. Me bastó mirar el comprobante de ingreso en cuenta y canté la traviata. Porque sí, llegó. Al final llegó. Por cierto, ¿la traviata es esa en la que dicen oh sole mío con una voz muy modulada? Qué bonito. Me emociono. Aunque, supongo, del verbo suponer, que si quieren saber el nombre de los espías que consumen coñac será porque es cosa de hombres. Normal, ¿no? Un hombre, hombre, y patriota, patriota, te la lía, lía. Pues eso. Fijo, fijo. El caso es, como decía antes, que la di. La lista. Con sumo disgusto, manifiesto. Pero dar la di; y aunque después me arrepentí mucho, pensé para mí: y qué más da. Si al final la van a saber igual, porque o lo cuento yo o si no llaman a Bárbara Rey y lo larga todo. Eso sí, con pelos y señales. ¿Comprendéis la disyuntiva a la que fui expuesto? Puestas así las cosas, mejor yo. Dónde va a parar. Bárbara Rey ya ha chupado bastante. Uff, qué agobio y qué asco da sólo pensarlo. Ahora es mi turno. Y que conste, a mí a lareta, cuando me pongo, no me gana nadie. Ni Dios, vamos. Ni siquiera la mismísima Bárbara Rey.
Además, se sabe: la española cuando besa es que besa de verdad. Bueno, todas menos Bárbara Rey que besa sin necesidad. Puro vicio.

Pues yo no voy a ser menos. Y es que, a mí también me gusta que me besen cuando me joden. Montoro, abstente. ¡Feo!