Tampoco conviene
decirlo muy alto no vaya a ser que se entere el señor de hacienda y le ponga un
arancel a los sueños.
Sí, reíros, cosas más
raras se han visto. A mí, por ejemplo, me cobran por aparcar en la calle en la
que vivo. Aunque, no sé, a veces tengo la impresión de que estas cosas me pasan
a mí solo y que el resto de la humanidad aparca gratis donde quiere.
Puede ser verdad, pero…
… También es verdad
que, ese conocido que todos tenemos, un
tal Pichote, que tonto será, pero que las dice como puños, lleva años dando la
matraca con el tema. Algún día nos
cobrarán hasta por respirar.
La gente, cuando dice
esas cosas, se enfurruña. Él, lejos de amilanarse, no en vano es Pichote,
abunda más: … o por ir a la playa, o por
tomar el sol, o por el agua que es de todos (ay no, que por eso ya cobran), o,
mismamente por el aire que respiramos.
A veces tengo la
impresión de que Pichote, además de padecer de lo suyo, también tiene dotes
para la videncia. Porque hubo una vez un ministro, nombrado por un presidente
auto-diagnosticado de sobredosis de sensatez, que le puso un impuesto al sol.
Así que, mejor no
bromeemos, que después viene uno con apellido de ciudad (Soria) y si no
queríamos caldo, nos da dos tazas de Pichote.
Sin embargo, a mí eso de
que le puedan poner, presuntamente, una tasa a lo soñado me tiene preocupado.
Ahora mismo, y sin ir
más lejos, andan por los aledaños y practicando para el día que encuentren el
modo y manera de hacer tal cosa y pensando cómo nos van a vender después tal
maravilla.
Dice la propaganda que
si juegas a la lotería, a la primitiva, a los ciegos, al euromillón, a la bonoloto,
al gordo de la primitiva o, a lo que sea, y te toca, cumples tus sueños. No sé,
no tengo experiencia en el tema. Por tanto, hablo de oídas. Pero no discuto que
tal cosa pudiera suceder.
¿Y nadie se ha dado
cuenta de lo que pasa después, o qué?
Pues eso, pasa lo que
decía Pichote. Viene el de hacienda y te requisa un 20%. Así, por la patilla. Y
por mucho que tú digas: coño, que me ha
tocado a mí, no a ti. Viene él, el fulanito de hacienda, y se lleva un
tanto por ciento de lo soñado.
Así que, menos hablar
mal de Pichote y un poquito de consideración. Porque sí, Pichote será tonto,
porque para listos ya sobramos nosotros,
pero listos de verdad (¡ y menuda piara de listos!) son los que nos mangan la
pasta en nombre de todos y encima te llaman bandolero si no colaboras
gustosamente en sus atracos.
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