“Un chino muere de felicidad al saber que tenía los gastos
médicos pagados”.
Ese titular lo acabo de leer en un periódico, y la muerte del
chino ajeno me ha hecho sonreír. Hago propósito de enmienda.
Suena a cuento chino, a naranja de la china, y me gustaría
saber en que estado se encontraba el susodicho cuando le dieron la feliz
noticia que le llevó al tanatorio.
A lo mejor el chino estaba terminal, y como los chinos son
muy suyos, y muy mirados, decidió ahorrarle dinero al Estado chino y se murió.
De repente. Una de las causas de defunción más frecuentes.
Menos mal que no se murió de la gripe A, porque si no a estas
horas mil millones de chinos estarían en cuarentena y viviendo de la chopa suey
del gobierno chino. Además, alguien tiene que hacer todas las cosas
falsificadas que hacen los chinos.
Sin embargo, China no es un país falso. Existe, igual que
Teruel. Allí se dedican a producir todo tipo de enseres de lujo falsos que
venden a la Europa falsa que necesita presumir de falsedades. Consiguen hacer
virguerías, y el que sepa distinguir un reloj de lujo falso de uno auténtico
que levante la mano. Claro, una vez puestas así las cosas hay que ser muy
julandrón para gastarte una pasta en un reloj auténtico si ni siquiera lo va a
distinguir del falso.
Caminaba entre estas arduas reflexiones cuando topé con un
conocido de nuevo fuste. Lo primero que hizo don Tipiño fue enseñarme su muñeca
peluda y decirme: ¿Has visto el peluco que me he comprado? Pregunta evitable.
¿Es auténtico? Por supuesto, que es auténtico, respondió. Yo desnudé mi muñeca
izquierda y le dije: ¿Y tú viste el que me ha regalado la propia? Él no se
atrevió a preguntarme si era falso. No sé por qué pero dio por supuesto que era
tan auténtico como el suyo. A cambio dijo: “Es de los buenos de cojones” Ya
cuando nos despedíamos dije: “por cierto, Tipiño, ¿viste esto? Y me arremangué el otro brazo
mostrándole un pedazo de reloj de esos que cuestan un potosí.
Tipiño quedó chascado, deprimidillo. Farfulló algo… no sé qué
de Maradona. Me suena, ¿quién es ese tipo?
Y es que a mí a gilipollas no me gana ni dios. Bueno, un
chino quizá, pero un Tipiño…
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