EL VALLE DE RE.

El valle de Re está justo en medio de las dos Alsacias. Rapública independiente, y asimétrica. Más abajo está lo siempre ignoto, lo abstracto, lo sondable, lo apetecible, lo jugoso, lo húmedo, lo que siempre provoca apetito. Es maravilloso estar ahí. Guardada entre columnas vive la felicidad.
 En la parte más extrema del valle de Re está la base sostiene la vida, y justo en  medio hay una hondonada redondeada que a ningún lado va, pero que brilla cuando el sol seca las gotas que llegan a la orilla.
 Todo respira armonía. Todo es hermoso cuando estoy contigo, cuando hablo contigo. La paz se instala en mi corazón, recupero el equilibrio perdido y me encomiendo a tareas de alto riesgo. Salgo a la procura de la felicidad compartida. El amor es generoso. Tú eres generosa, mi amor. Eres hermosa.  No recordaba tanta felicidad, ese antiguo recuerdo.
 En el valle de Re me pierdo, por sus simas me asomo Ojalá Que el tiempo nos haga envejecer juntos. Apasionados, estrechamente abrazados, tiernamente besados, suavemente acariciados. Dormiremos felices siempre en el valle de Re.
 ¿Es amor? Sí, dulce turroncito; ¡Es amor! No tengo ninguna duda. Lo sé sin ser un experto. Pero, lo sé. No lo intuyo. Ni es o sea, ni siquiera depende, ni puede ser. Eres mi dulce amada con cara de niña de quince años sorprendida por la fuerza del amor,  y del deseo. Lo sé, mi amor,  lo  sé.
 Quiero estar contigo para siempre, amarte sin desmayo, estar siempre entre tus brazos libando la esencia de tus besos. Sólo ver tus ojos llega para calmarme,  aquietarme, para olvidarme de la prisa. Disfrutemos, intentemos ser felices juntos. Más fácil no puede resultar. Ni siquiera tenemos que poner nada de nuestra parte; basta con dejarnos arrastrar por la intuición de nuestros corazones.
¿Te he dicho hoy que te quiero? Pues escúchalo vida mía: TE QUIERO. Estoy enamorado de ti, loco por ti. Sólo deseo estar contigo, quedarme dormido a tu lado. Despertar acurrucado al calor de tu cuerpo, mirarte a los ojos y decirte: Buenos días, mi amor. Te quiero. ¿Has dormido bien? Y sentir la llegada de tus buenos días.


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