Tal y como está en la
actualidad el mercado laboral esto es algo que le está sucediendo a más de una
persona.
Los pocos contratos que
hacen los empresarios, aparte de precarios, conllevan otras circunstancias de
las que nadie parece que quiere hablar.
Uno de esos hechos es que
los empresarios apuestan por la gente más joven. Y esto, que podría estar bien
e incluso ser aceptable, conduce a que los mayores de cincuenta años apenas tengan
oportunidades laborales ni teniendo ganas de trabajar o necesidad de hacerlo
sean cuales sean sus circunstancias.
Normalmente esas personas “mayores”
son despreciadas laboralmente aún estando en el cenit de su vida profesional y
en el momento que más experiencia tienen. Se desaprovecha ese talento, y a
cambio a los jóvenes afortunados que encuentran un empleo se les ofrece
migajas. Paupérrimas condiciones propias de países de tercera, y desmotivación
garantizada.
Eso por no hablar del
proceso de la entrevista en la que alguien no muy bien identificado se permite,
y sucede a menudo, hacer preguntas de carácter personal al entrevistado.
¿Tienes pareja? ¿Quieres tener hijos? ¿Aceptas que te coticen por diez horas y
trabajar cuarenta? Y así continuamente. Si creéis que exagero os emplazo a que
consultéis con alguien joven y que os cuente su experiencia. Podéis alucinar.
Una vez que cumples
cincuenta y dos años y si tienes quince años cotizados previamente tienes
derecho a una ayuda de cuatrocientos veintiséis euros (426), y puedes estar
desde los cincuenta y dos hasta los sesenta y cinco o hasta la edad que te
jubiles cobrando dicha prestación. Sin derecho a subida salarial alguna porque
a los mayores no nos sube la vida, y con incompatibilidad prácticamente total
para cobrar algún otro tipo de pensión a la que tengas derecho consolidado.
¿Os parece justo? Pues eso
es lo que hay, y a nadie parece importarle demasiado la cosa.
Incluso, frecuentemente, se
da el caso de que alguien que jamás cotizó en su vida a la seguridad social, y
por tanto que nunca ha pegado un palo al agua, cobre más dinero que la persona
que cobra esa ayuda mentada.
Para el coleto de unos pocos
queda que esas mismas personas, los que no han pegado sello en su vida,
protesten y pongan el grito en el cielo porque España acoja a refugiados y les
proporcione medios para vivir.
Eso sí, después tenemos que
ver como “nuestro” Gobierno rescata a los banqueros de su incompetencia, y como
estos señoritos de tres al cuarto van a trabajar todos los días en coche oficial
mirando de reojo como estos “ninis” subvencionados sacan a pasear banderas de
España mientras la boca se les llena de baba y espuma.
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