LEY DE DEPENDENCIA.

La Ley de Dependencia no se cumple, la Constitución es un adorno, y las leyes en general están para favorecer al rico frente al pobre.
Los mismos que legislan y que se ocupan, y preocupan, de reformar el Tribunal Constitucional para que ejecute los dimes y diretes catalanes, después no cumplen la ley de leyes de la que dicen sentirse tan orgullosos, y no es más que una vil chapuza; y tampoco no se preocupan de que los dependientes reciban las subvenciones a las que tienen derecho. Hay demasiados casos de injusticia clamorosa, de la misma forma que hay miles y miles de personas que fueron estafadas por la banca y a las que el Gobierno putea sin compasión.
Se preocupan de lo de ellos. Están ocupados.
Mariano Rajoy, el buen hijo, ¿quién lo duda?, ha sido puesto en la picota y llamado a dar explicaciones sobre el caso de su padre. Sí, Mariano tiene padre, imagino que incluso madre. Su papá vive con él en la Moncloa. Está malito, y hay algún mal intencionado en el Congreso que le pide, que le exige, que de explicaciones. ¿Quién paga los cuidados del papá de Rajoy? Eso es lo que quiere saber. ¿Los paga él o se los pagamos a escote entre todos? Don Mariano no contesta. Ni siquiera utiliza el comodín del público o el diferido de Loli Cospedal. Se calla. Luego otorga. Él es un buen hijo, y punto.
Y sin embargo, la Ley de Dependencia está ahí. ¿Ha sido derogada? No, ahí sigue estando. De adorno, pero está. No se aplica, ¿y para qué sirve una ley que no se aplica? Pues para hacer bulto, para presumir, para sacar dedo. Está. La ley está. Lo que no está es la conciencia. Estos buenos cristianos, católicos, apostólicos y marranos saben que está. Pero, no hay parné. Pero está. ¿Cómo se llama a un país que no aplica las leyes que aprueba? No lo sé, pero la ley está. No ha desaparecido ni la han hecho desaparecer. Es un accidente. Está. Y hace falta. Incluso los políticos la necesitan. Todos necesitamos que exista una ley de dependencia. Todos. Pero ya está. No se usa, aunque estar está.
Incluso, si fueran bondadosos y ecuánimes, podrían aplicarla en su propio partido, en el PP. Hay gente que la necesita. Hay algún político, lideresa ella, que la requiere con urgencia. Ya está, usarla. Darle una jubilación digna a vuestra aventurera de cabecera. Está senil. La gran descubridora de escándalos, la que se atribuye el descubrimiento de la Gürtel, y de la que algún día sabremos que descubrió América y el huevo de Colón, está gagá. Está, está. Ella sola, la gagá, un día descubre Gürteles y al día siguiente repara en la idea de que España no participó en la guerra del Yucatán.

Pero está, oiga. Les aseguro que estar sigue estando.

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