Definición de intelectual:
(Del lat. intellectuālis).
Voy a quedarme con la tercera acepción teniendo en cuenta también
la primera.
¿Cuál creéis que es el papel de un intelectual en la sociedad?
Esta pregunta se ha hecho muchas veces. A contestarla se han
dedicado simposios, congresos, novelas, ensayos e incluso hay corrientes
filosóficas y humoristas dedicados a explicar o a teorizar sobre el tema.
Todos tenemos razón como es sabido, pero unos, parece ser, que
tienen más razón que otros.
Para mí un intelectual siempre tiene que estar en el filo de la
navaja. Y no debe ser fácil vivir así ni cómodo estar ahí, porque lo cierto,
real y constatable es que intelectuales hay muchos, porque muchos son los
llamados, pero son pocos los que ejercen verdaderamente, porque pocos son los
elegidos.
La inmensa mayoría de los considerados intelectuales son personas
que dedican todo su esfuerzo a la explicación o a la búsqueda de soluciones. A
veces los esfuerzos se dirigen a temas corporativos, por ejemplo la filología
(caben todos las demás disciplinas en esta categoría), dirime cuestiones
bizantinas en aras de una mejor comprensión o adaptación del lenguaje.
Sin embargo, hay otro tipo de “personas” tipificadas como
intelectuales y que en realidad no son ni lo que parecen ni aquello de lo que
presumen.
Son inteligentes, por supuesto. Aquí nadie es tonto porque los
tontos no leen ni escriben ni pintan ni hacen nada de provecho. Los tontos son
tontos y con serlo ya tienen suficiente, pero después, si lo piensas un poco,
te das cuenta de que hay tontos que escriben, que pintan, que componen música y
que incluso, como son tontos y les sobra el tiempo, salen en televisión, y le
dicen a todos los “listos” que la están viendo lo que tienen que hacer, lo que
tienen que pensar e incluso si tienen un día tonto, los muy tontos, te hablan
de la Pantoja o te recomiendan que leas la última novela del compadre e
intelectual Jorge Ja Vázquez, uno que es presentador versátil, intelectual y el
tonto más listo queTele 5, por el culo te la hinco, tiene en plantilla.
Después está la horda de intelectuales que escriben en los
periódicos, los que nos regalan sesudos ensayos, los que escriben novelas, los
articulistas, los pintores, los músicos y sobre todo los críticos de la razón
crítica.
Todos esos son “intelectuales” de raza y de profesión. Piensan
luego cobran. Viven de su trabajo “intelectual”, y aunque para vivir, con más o
menos desahogo, tengan que vender su alma al diablo o a la editorial o al dueño
de la editorial o al perro de turno que le de de comer, ésta genta es la que
conforma la opinión. ¿Sabéis por qué?: porque ellos son intelectuales y
vosotros no. Vosotros no sabéis pensar. Y si pensáis sólo lo hacéis para
encontrar la combinación de la lotería primitiva. Entonces, alguien tiene que
hacer el trabajo sucio, y quien mejor que un “intelectual”.
Y, pregunto yo: ¿no sería más conveniente para los “intelectuales”
dedicarse a criticar todo lo criticable y no dedicarse a defender las causas
que el patrono subliminalmente dice que defiendas? ¿Un intelectual no debe
ejercer permanentemente la crítica? ¿Un intelectual vive sólo de pensar o
también come? ¿Y no estimáis que sería conveniente pensar que cuando estáis de
acuerdo es cuando deberíais repensar otra vez la cuestión?
Y por último la gran cuestión: ¿Debe un intelectual poner su
intelecto a las órdenes de una ideología?
Yo creo que no. Claro que tampoco creo en los intelectuales. Es
más, por no creer no creo ni en el mismísimo Dios como para creer en profetas.
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