EN EL BARETO.

-       ¿Cómo es posible? ¿Qué fue de tú patriotismo?, Punkarra me miraba preocupado.
-       Joder, Punk. Cosas que pasan. A mí no me gustan. Y punto.
-       Qué cosas dices, ¿tú has escuchado bien la letra de alguno de ellos? Hombre, por favor, reflexiona. No sabes lo que te pierdes. A mí hay alguno que incluso me sirve para aquello de tener la autoestima bien alta.
-       Bó, vete al carallo.
-       Escucha, escucha.
Sacó el móvil, fue al Youtube y puso uno. Los parroquiano que había en  la cafetería Porteño empezaron a mirarnos. Sonreían.
Punkarra se vino arriba, se levantó, acompasó los labios y empezó a hacer play back con el casco de la Mirinda a modo de micrófono.
Voy a los toros
porque esta tarde Marcial torea,
que es el mas grande,
y sus faenas, derroche de emoción,
son todo arte, valor y corazón.

Con el capote no tiene rival,
en banderillas es algo genial
y con la espada fue su profesor
otro de Madrid, Vicente Pastor.

ESTRIBILLO:
Marcial, eres el mas grande,
se ve que eres madrileño,
rival de Belmonte, José,
Machaquito, Pastor y El Algabeño.

Por ti vamos a los toros,
por ti solo hay afición.
Marcial, si te retiras,
perderá la Fiesta toda su emoción.

Sale el toro,
Marcial lo citas
y da seis lances
que maravillan
y de remate nos da su creación,
la mariposa, con limpia ejecución.
La plaza entera grita loca olé,
al sucesor del divino José.
Eso es honrar la Fiesta Nacional.
¡Qué viva Madrid!
¡Qué viva Marcial!

ESTRIBILLO

-       Anda hombre, no jodas. ¡Tómate otra!
-       Tío, sustituye, coño, sustituye. En vez de Marcial pon Tiraboleiro, pon Punkarra, pon… lo que te salga de la peineta. Estás de bajón y… te vienes arriba, macho. Muy, muy arriba. ¡Viva España!
-       Vete al carallo.
-       Serás… ¡putos separatistas, coño!
-       Es que a mí la música militar nunca me supo levantar.
-       Te parecerá bonito. ¿Es que no sientes España?
-       Pues no, no la siento pero la padezco.
-       Desclasado, señorito do carallo. ¡Adónde vamos a parar!
-       Esto es un sindiós. Yo creo que debo ser ateo o algo así. Soy peligroso, un librepensador.
-       ¿Tú? Anda… vete al carallo.
-       ¿Y por qué no dices vete al carajo? ¿No eres español o qué?
-       Tienes razón, el gallego es un dialecto.
-       Claro, y la homosexualidad tiene cura, no te jode.
-       Ves, ahí falaches. Bueno, eso o te miraste al espejo, maricón. Un buen Pasodoble y adiós a tanta tontería.

-       Pues eso, no se hable más pues.

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