Mierda debajo de las banderas

                                                                           MR haciendo un cameo en esa película llamada Gürtel

Después de años de retrasos y de dislates, estos días se sigue juzgando el viejo asunto de la Gürtel. Y en ese juicio la fiscal ha dicho: “La caja B del PP está plena y abrumadoramente acreditada”. ¿Y qué ha pasado? Pues que yo sepa no ha pasado nada. Ah, sí: Puigdemont, Puigdemont. Porque si antes fue Venezuela, y después Irán, ahora le llegó el turno a Puigdemont como ariete de todas las escusas.
Por tanto, entre todos, esconden la mierda debajo de las banderas. Para ello, los nacionalistas españoles utilizan la rojo y gualda y los nacionalistas catalanes la estelada. Se nos hurtan los debates y como las televisiones, las radios y los periódicos están ocupados haciendo propaganda a sus amos, los ciudadanos asistimos asombrados los unos, y tranquilos los más, al triste espectáculo que representa España por mor de los nefandos políticos que la gobiernan.
Porque si los del PP o los políticos de cualquier signo necesitan de un buen sobresueldo que llevarse a la boca para sobrevivir, que postulen a la puerta de alguna iglesia un óbolo con el que pagarse esos chalés. Que se armen, pues, de hucha con la cara del negrito Rajoy y que entonen un sentido “dame algo que más vale de pedir que de robar”.
Lo demás son gerundios, cuando no artículos propagandísticos, que unas veces van a favor de obra y otras, siempre, en contra de los ciudadanos. Los ejecutivos de la propaganda aceptan la imposición de sus homólogos de la banca, y como premio, y pese a dirigir medios a menudo quebrados, cobran sueldos siderales por emplear artículos de opinión como arma arrojadiza y como bagaje de argumentos frente a todos aquellos que no piensan como ellos.
Un despropósito demencial es todo el espectáculo. Bochornoso y lamentable es enviar a dos hombres a la cárcel acusados de desórdenes públicos, y que la mayoría de los medios y prácticamente todos los profesionales, se pongan a discutir si son churras o si son merinas. Pues no, hablemos claro: son presos políticos. Así de claro. Y el que no lo quiera entender, ni ver, él o ella sabrá, pero las cosas, a veces, son lo que parecen. Y este caso no es una excepción. Al contrario, amenaza con convertirse en la excepción que confirmaría todas las reglas.
Así, por nada. Por subirse encima de unos coches destrozados y arengar a la masa sandunguera de separatismo pidiendo calma y mesura. Tal cual, tratados como si titiriteros fueran ellos y no los del dinero.
Mientras tanto, otros los que causan alarma verdadera y que ya condenados por sus delitos fueron, en la calle están, paseándose rodeados de guardaespaldas pagados por el Estado y subiendo fotos de vacaciones bien reales.  No está sólo Urdangarín instalado en la desfachatez, lo está también la Administración de Justicia que, incapaz de atajar a tiempo tanta mangancia por una endémica falta de medios, frenado además por el laberinto procesal en el que vivimos, tiene que ver con asombro como por delante de la dama ciega circulan los Ratos y los Pujoles disfrutando de lo robado a los demás y rezando porque jamás escampe ese diluvio llamado Secesión.
Esas cortinas de humo, que banderas son, no sólo sirven de estandarte del país, también son pendones de España, y por tanto el sitio más apropiado donde esconder la mierda.


Puigdemones por Chabelitas



Por culpa de toda la caterva de políticos empeñados en llevarnos al matadero, estos días los sufridos telespectadores contemplamos los daños colaterales que nos causan a todas horas.
Y es que, no hay programa de televisión que se precie que no haya visto alterada su “parrilla” y que no dedique tiempo al análisis y la comprensión, y que, por tanto, no practique el alto raciocinio que en ellos es de rigor
Pongo un ejemplo, que para más no me da ni la imaginación ni el tiempo, además como veo poca televisión, tampoco estoy muy puesto en la ordinariez. Ustedes disculpen.
 ¿Se acuerdan ustedes de Ana Rosa Quintana? Sí, AR, cómo no la van a recordar. Esa señora a la que le escribió un libro su ex cuñado, un tal Rojo, que pese a su apellido resultó que trabajaba de negro, y a la que pillaron con las manos en sustantivo ajeno. Bien, pues esa. Pues Ana Rosa, quien tuvo por marido al ínclito Alfonso Rojo, hermano del negro, estos días ha suprimido la crónica que tenía en su programa del corazón y se dedica a analizar el comportamiento de los Puigdemones en cautividad. Y claro, sufro. Porque esta, para mí lozana madura, me ha dejado huérfano de Chabelita, por parte de madre, y al conde, que ni conde es, al que tiene allí empleado, gracias al Real Decreto, barra 155, y por el culo te la hinco, ya no se le oye desgañitarse de la meninge.
En fin, una pena. ¡No me digáis! Pero el triple salto mortal dado por Ana Rosa, de apellido Quintana, se las trae. Eso sí, también demuestra la ínclita editora de la no todavía extinta revista AR y patrocinadora de toallas distribuidas por el BBVA entre sus mejores clientes y entre algún gorrón que yo me sé, que es una periodista de raza, además de avezada en diferentes lides, que sirve para un roto y un descosido.
Sin embargo, a mí, no sé yo, me da la impresión de que AR se encuentra más cómoda y segura embutida en el papelón de pregonera de los supuestos polvos que las Chabelitas de este mundo deparan. Y es que, dónde va a parar. Entre los Puigdemones de la vida y las Chabelitas de sus catres cualquiera elegiría a las segundas. Al fin y a la postre, los Puigdemones son feos e independentistas a rabiar y las Chabelitas, si lo son, es porque el mundo las hizo así, y porque ellas se empeñan en despeñarse en manos de vulgares cirujanos. Quienes unidos por un protocolo tan inmaterial como material es su cuenta corriente hacen de Dios y regresan a las personas a su estado primigenio de primates.
O sea, también se podría valorar de otras maneras. Posiblemente, pero si además de lo que haces, aún encima te lo pagan, ¡y de qué manera!, ¿quién sería el guapo o la guapa de llevar la contraria y oponerse a contraprogramar Puigdemones por Chabelitas?
Claro que sí, por supuesto, comprensión toda. Vaya pues, que se sepa, mi solidaridad con AR. Empaticemos, pues, con ella y aceptemos que si ya es difícil escribir un libro, aunque sea malo, y aunque que te lo escriba otro, imagínense hacer un programa de televisión y tener que hablar de Puigdemones y no de Chabelitas. Papelón.
Y encima en Tele 5, sufrida sí que es la tan excelsa como millonaria, ex de Alfonso Rojo. A ver si para el próximo libro que escriba se acuerda de mí y le escribo uno bien florido. Deseando quedo.

Nota. Esto último, su condición de ex, demostraría en cualquier sitio normal, por ejemplo, en el Reino de los Puigdemones, que la periodista es lista y que conoce muy de cerca el fabuloso mundo de las ladillas. 

155, por el culo te la hinco.


Guardemos, pues, el debido respeto y así, todos unidos, recemos por su alma, que el 155 les acompañe y que de la esquizofrenia nos libre Dios a los demás.
Porque, claro, de un partido que lleva en sus siglas la O de obrero, la S de socialista y la E de español, y que además es constitucionalista y monárquico al tiempo, ¿qué se podía esperar? Pues eso, manga ancha con quien practica el nacional socialismo de Estado y garrota y tentetieso con aquellos que reivindican el derecho a tener Estado propio.
Un dislate, hay que decirlo, el 155 es un auténtico disparate. Porque aunque pueda ser cierto que para dislate el catalán, tampoco es menos cierto que la respuesta del Estado y de los mamporreros del mismo ni le pondrá fin ni acabará con él. Entonces, ¿para qué?
Y es que la cosa no se arregla ni aceptando lo peor, ni tan siquiera convocando elecciones. Además, lo preguntaba ayer en una pregunta abierta que formulé en Facebook, ¿y qué harán si los partidos independentistas vuelven a ganar las elecciones en Cataluña, las volverán a repetir hasta que salga lo que ellos quieran? ¿O harán que nos traguemos una sardana en alguno de esos premios con los que el Estado corrompe a los de su cuerda o tal vez propondrán directamente el bombardeo, como ya hizo el ídolo que para ellos fue Franco, de todo el territorio catalán?
Y es que, pese a que se sabe que las mandangas con pan se llevan mejor, el batallón de autoridades que nos rodean están empeñados en que retornemos a la miseria, y así todos juntos en amor y compañía, deslocalizaremos ese conato de democracia a la española. Posiblemente, y dado que somos proclives a la gola y al espadón, volverán las oscuras golondrinas de nuestros balcones a colgar banderas como penachos. Y así, juntos de la mano, todos podremos otra vez cantar aquella triste canción que parecía descatalogada y que decía: que buenos son los cuerpos represivos, que buenos son que nos llevan de excursión.
Sí, porque el Imserso no volverá a viajar a Cataluña. Sí, porque 10.000 piolines velan por la seguridad del Estado español en prevención de violaciones. Sí, porque los catalanes son muy de mini falda y por tanto unos provocadores que a pulso se ganan vejaciones. Sí, porque en el reino de Preparado, hijo de Emérito Campechano y nieto de un general superlativo, jamás se pone el sol. Sí, porque el sol es un muermo y no sale de noche. Sí, por lo que sea. Que argumentos hay para dar y tomar, y sino ahí está la otra vía con la machacar: el 155
La insensatez de los sensatos facilita la intervención de los medios de comunicación públicos catalanes por las mismas razones que se podrían intervenir los del resto del Estado español, y el control de los antes mossos de cuadra que ahora por malos mozos son tenidos, sólo es guinda y colofón.
Entre funcionarios anda la pelea, y en el medio, justo en el medio y medio, estamos todos los demás viendo pasar al tiempo y esperando a que, si es posible, la Democracia sea auténtica Democracia y se autorice a votar, con rigor y garantía suficiente, a todo aquel que quiera hacerlo.

Faltaría más, hasta ahí podríamos llegar. Pues nada, ni eso. Y es que, cuando la urna se llena de votos independentista es síntoma inequívoco de que la sensatez de los sensatos insensatez es, y por tanto, nada mejor, que aplicar el artículo 155. Máxime si en su nombre ya se intuye una rima muy del gusto del macho man español e ibérico de sus partes.

Lecciones de urbanidad en Facebook



El otro día, ese amigo que todos tenemos, un tipo culto pero floripondio, ameno y pestiño a la vez, y siempre atento a sus conveniencias y a los consejos de mal pagador que su boca depara, me dio una serie de consejos prácticos a propósito de la buena educación que, según  él, son de obligado cumplimiento en Facebook.
Para empezar, decía él: no aceptes solicitudes de amistad de personas que no conozcas. ¿Para qué?  Si ya crees que conoces a suficiente gente, y si además alguna de esa gente está empeñada en hacerte ver sus insuficiencias, qué ganas abriéndote a nuevas incógnitas. Así que, tú mismo. Pero, mejor no. El mundo está repleto hasta los bordes de cretinos.
También puso especial hincapié  en lo siguiente: no seas nunca maleducado. Ahorra insultos y prevendrás en salud. ¿Qué ganas haciendo partícipes a los demás de tu mal humor o informándolos de tu falta de empatía o haciendo visible que eres una persona bastante odiosa, malencarada y maleducada? ¿Ganas algo acaso participándole a los demás tus defectos? Pues eso, no seas bobo, cállate.
Tampoco te creas en la obligación de darle al me gusta a todo aquello que pongan amigos o conocidos en sus muros. Más aún si esos amigos o conocidos ponen chorradas, igual que tú, o cosas que, para ti, no tienen el menor interés. No lo hagas ni siquiera como devolución de favores. Que la otra persona abuse de darle al me gusta con premura y peloteo no te obliga a ti a practicar el mismo deporte, Ni eso ni lo contrario. Porque, ya sabes, que hay gente tan rancia y tan vaga que para dar un me gusta tiene que suceder un milagro.
Después, y esto es muy importante, está la horda de orcos que un día se creen graciosos, y que siempre están de mal humor, además de en posesión de la verdad, y que pondrán en tu muro comentarios desatinados, improcedentes y altamente reveladores de una personalidad tan anodina como resentida. Ante esto, no contestes. ¡Jamás! Ni te dignes, ni excluyas ni bloquees. ¿Para qué? A enemigo que huye, puente de plata. Porque hay gente, que aun proclamándose amiga ni siquiera interesa darle el rango de enemiga. Porque el que nada es, nada importa.  
Verás también al aprovechado común, muy frecuentemente por allá en los perfiles: se trata del que envía páginas para que le des al me gusta, aunque jamás se tome la molestia de hacer lo mismo con las que recibe. No te preocupes, son inofensivos.
Después de todo lo anterior, culto y floripondio, me habló de los emoticonos y de las bondades que estas figuritas bien utilizadas ofrecen.
Tan es así, que cuando salí de allí y me libré del influjo paranormal que este hombre casi desconocido ejerce sobre mí, y en cuanto llegué a casa, repartí comentarios a diestro y siniestro cargados de mala baba y repletos de emoticonos, que dieron por resultado cuatro amenazas de hostias, tres expulsiones, dos bloqueos y una cita para un duelo a pistola, primera sangre, a las 12 detrás de la catedral.
Por tanto, para allí salgo. Y si no vuelvo, ya sabéis mis últimas voluntades: la petaca para mí hermano.



El adoctrinamiento de las ovejas.


Aprovecho que el tema no lo saqué yo para darle una vuelta de tuerca a la matraca: hablo del adoctrinamiento. Porque, sí. El adoctrinamiento está de moda. Gracias al procés y a la sedición de las autoridades catalanes, las autoridades españoles, cuatro intelectuales de inodoro y la legión de onduladores de banderas patrias, han reparado que en las escuelas catalanas los niños sufren adoctrinamiento. Han tardado 40 años en darse cuenta, pero… a lo mejor es verdad aquello de: más vale tarde que nunca. Estupefacciones aparte, ayer, todavía con la noticia a medio digerir de la maldad catalana, las autoridades españoles nos dieron, como no podía ser de otra manera, una lección de urbanidad y de adoctrinamiento tal y como mandan los cánones. Para empezar reunieron en un sitio a mucha gente. Ya sabéis, gente de esa con mucha prosopopeya. Reunir a la Asociación de Limpiadoras no tiene valor añadido alguno, por mucho que los urinarios queden como un jaspe. No. Cursaron invitación y premio a todo cuanto mandilón, y sí bwana hay por Europa. Vinieron todos. Al parecer los canapés están de rechupete. La excusa, porque excusa fue, no fue otra que la entrega del Premio Princesa de Asturias. El Rey, como no, un hombre alto y preparado volvió a darnos una lección de Democracia a los españoles, tan fue así que uno de los canales que emitía en directo el evento el Canal Youtube de la Casa Real(el otro era la 1), y que contaba con una audiencia de 150 personas en ese momento, se desconfiguró y apareció en pantalla imágenes de Coslada donde los socialistas celebraban a la misma hora (contraprogramación republicana) el 13º Congreso Regional Ordinario del Psoe. Sí, lo sé: ¡qué ordinariez! (Entre paréntesis, creo que Gregorio, responsable último del Canal de Letizia I y de Mandilón Mayor ya ha sido cesado). A lo surrealista de tan aparatosa campaña de adoctrinamiento, se unió la presencia de los grandes figurones europeos. Por allí se presentaron a recoger el Premio Princesa de Asturias a la Concordia, el Presidente de la Comisión Europea, el Presidente del Parlamento Europeo y el Presidente del Consejo Europeo. Uno de ellos, el presi de donde parlan, leyó un sentido discurso, fue muy aplaudido y 150 espectadores de Youtube blasfemaron en arameo por perderse la ración de adoctrinamiento que nuestras autoridades tenían a bien ofrecerles aquella tarde. El acto, del que nadie informó del gasto, resultó muy vistoso. Los caballeros lucieron sus mejores ropas, y sus señoras desempeñaron sus mejores joyas. Todos juntos aplaudieron, y la suegra de Letizia sonrió mustia en la soledad de un palco. Y así, todos juntos y en amor y compañía vieron como de repente el escenario fue tomado por unos pocos jugadores de un equipo de rugby con pasión por el baile regional, quienes para celebrar tamaña magnanimidad se arrancaron por peteneneras y se marcaron un baile. Concretamente perpetraron un haka. Ante lo cual yo os digo una cosa: menos mal que el rugby es un deporte de caballeros, porque si yo voy a un estadio a jugar un partido y el equipo rival se me pone a bailar la muñeira delante de mí, ¿sabéis lo que hago?, que cojo lo que tenga que coger y me voy. Anda que… Una cosa es el rugby y otra los bailes regionales. Para mezclas ya me sobra el gin tonic. Por tanto, y a tenor de lo visto, ayer se demostró que, en todas partes hay imbéciles y que ayer en Asturias llegaron a saturación.


Libros de viajes


Leo, últimamente, muchos libros de viajes. ¡Una pasión! Y sin embargo, lo confieso, tiempos hubo en los que de las novelas no salía. Tiempo habrá para volver. Y es que, necesito relajarme, ¡y quién no!, y esos libros, los de viajes y los autores que los perpetran causan, en mí, envidia por lo viajado y ansia de vivir lo que ellos han vivido.
Porque viajar no sólo sirve para ver mundo, también, quizá, para de entenderlo. O, al menos, de eso se trata para mí; y así, si leyendo alguno de esos libros alcanzo la osadía no sólo de disfrutar, sino también de ver mundo sin viajar y de gozar sin salir de casa, qué más puedo pedir.
Estamos, pues, ante una maravilla que te puede transportar adonde quieras sin coger billete ni de tren, ni de avión, ni de barco al sitio que quieras y a la hora que más te convenga.
Entre mis preferencias, como no, prima siempre la diversidad. Es lo bueno, o quizás lo malo, de ser autodidacta y de leer sin orden ni concierto. Leo sólo si disfruto, sin apego alguno por el nombre del escritor y sin rendir pleitesía a nadie por muy grande que su fama sea. Porque todos sabemos, o al menos yo lo intuyo, que una cosa son los grandes nombres y las grandes críticas y otra bien distinta la felicidad que procuran los escritos.
Hay grandes libres de viajes que no lo son propiamente, y que sin embargo sí lo son, aún más que muchos que presumen de serlo, y que no pasan de tediosa crónica, cuando no de callejero y referencia de sitios y lugares que visitar.
Pienso en El Quijote, por ejemplo, un magnífico libro de viajes, crónica de gallardías románticas e idealistas de una España atrasada y magnífica en su soberbia. Pienso, también, en el celebérrimo libro de Joycce, ese titulado como Ulises, encumbrado en todos los altares literarios y del que yo he leído más argumentos y explicaciones en voces de críticos diversos, que el propio libro que nunca fui capaz de acabar.
Esa asignatura pendiente finaliza siempre para mí cuando el héroe, Leopold Bloom, se masturba en una playa ante la visión de las bragas de la cojita Gerty MacDowell. Me deja tan exhausto de comprensión, que tengo que parar y celebrarlo adecuadamente con un contundente desayuno irlandés para recuperarme de tanta grandeza que no alcanzo a comprender.
Prosopopeyas y excesos aparte, que no sólo de grandezas vive uno, quiero nombrar a dos escritores que, para mí, practican lo excelso y lo extraordinario en todas sus vertientes..
Uno de ellos es Javier Reverte, quien escribe libros muy bien armados de citas con referencias literarias y culturales de los países que visita, y quien siempre, además de lectura amena, ofrece criterio y buen tino a sus lectores.
Y el otro, porque a otro guardo en mis favoritos, no es otro que el sin par Enric González, un hombre muy de mí gusto. Sus libros (Historias de…) siempre son magníficos, rozando la genialidad de lo sencillo, y aunque cortos, nunca va mucho más allá de las ciento y poco páginas, es de frases magníficas, a la par que contundentes y certeras. Sin duda, el oficio de periodista (profesión, si lo preferís) juega a favor de obra con Enric. Y encima te ríes, vaya si te ríes.

Claro que, podría seguir, y seguir, y seguir…

La tragedia sin fin.


Mentiría si dijera que sé por qué en Galicia sufrimos constantemente de incendios, y lo haría porque ni yo lo sé ni tampoco los que nos gobiernan. Lo que sí sé es que cada vez que Galicia arde por los cuatro costados se demuestra que las autoridades de la Xunta, además de no saber, también se empeñan en hacernos ver su incompetencia y su negligencia a la hora de abordar un problema que sufrimos todos los años.
Galicia arde, como siempre. Y la culpa puede ser que sea de las altísimas temperaturas que tenemos estos días, del batallón de pirómanos que viven adosados como ladillas en este país, del abandono del campo y por ende del rural, de los intereses económicos de emprendedores de toda laya y siempre, en el tramo final, por la ineficacia de las autoridades para poner medios suficientes que palíen la crónica anunciada del incendio.
Cuento una anécdota sufrida en carne propia:
Hace años, muchos, un señor apareció por la que fue mi casa en la aldea. Su objetivo, comprar un pinar de la familia. Después de media tarde soportando su matraca y escuchándole loar a personas de mí familia que ni siquiera conocí, se sintió con fuerza para abordar el tema. ¿Cuánto? Tanto. Después de otra hora de tiras y aflojas, de más carantoñas y del reguero de babas que deja el peloteo, aquel señor se marchó disgustado por no haber conseguido su objetivo. Cuando se hubo ido le dije a alguien: “¿qué te apuestas a qué dentro de algún tiempo el pinar arde? La persona a quien le dije aquella frase me contestó: tú y tus videncias.
El pinar ardió, creo recordar, al cabo de dos años o tres años. De lado a lado, quedó asolado, y quién fue, y cómo lo demuestro. No hay manera, no hay medios ni hay ningún método que nos proteja de la epidemia de delincuentes que viven agazapados entre nosotros. Son gente ruin cuando no desequilibrada y envidiosa, siempre dispuesta a hacer el mal a quien sea para conseguir pingues beneficios.
Lo malo de aquella historia personal fue que aquel pinar, después desierto, jamás acabó en manos de aquel que parecía señor y que resultó ser hombriño, porque al final un ayuntamiento, aprovechando que el pinar ya podía ser usado como solar, lo acabó comprando para que los descerebrados de la Xunta hicieran allí un colegio.


Inés Arrimadas.


Ayer por la noche, como estaba ocioso, puse un ratito la tele antes de irme a dormir. Encontré que en La Sexta, un presentador de peinado imposible, anunciaba una entrevista con Inés Arrimadas, y como nunca había tenido ni el gusto ni el disgusto de oírla hablar, me quedé el tiempo que duró esa entrevista.
Para tan difícil menester el presentador se ayudó de Eduardo Inda, un ejemplo de pluralidad y de otra chica más de quien (y que me disculpe) no retuve su nombre.
Eduardo Inda, bien. En su papel. Como siempre. El Presentador también bien, la chica (la para mí desconocida), la mejor e Inés Arrimadas haciendo de monja Inés del alma mía.
Me llamó la atención su discurso. Habla rápido, se contradice más y se acaba liando hasta la saciedad. Eso sí, todo con una sonrisa.
El discurso obvio y atropellado. Su presencia impecable, aunque algo monjil para mí gusto y su juventud exuberante.
También me di cuenta de otra cosa que entra en la categoría de anécdota. Eduardo Inda es capaz de hacer dos cosas al mismo tiempo. Estaba en la entrevista y al tiempo guasapeaba como se supone que lo hacen las personas demasiado ocupadas o al menos los que dirigen periódicos y trabajan de oráculos al tiempo, con furor.
Pero, ¿qué dijo Inés Arrimadas? Pues, sinceramente, no lo sé muy bien. Eso sí, creí entender, a lo mejor entendí mal, que ella y por tanto su partido C`s, están en contra de todo lo que sucede en Cataluña (como casi todos), y que para paliar el problema creado en su partido apuestan por implementar el artículo 155 de forma decidida y convocar elecciones en esa comunidad. Según ella, está convencida, de esa forma se resolverían los problemas porque, de esas elecciones, saldría un gobierno mayoritario compuesto por todos los partidos llamados constitucionalistas. También se despachó, y se debió quedar muy a gusto, con el presunto aleccionamiento que las autoridades políticas hacen de los niños en las escuelas catalanas. Después, y para terminar, añadió que C´s siempre estuvo a favor de la reforma de la Constitución. Aunque, eso sí, matizó de forma muy clara e incluso más contundente que Rajoy, que ellos no están por la labor de consentir ningún referéndum en ninguna Comunidad porque permitir tal cosa supondría romper la unidad de España.
La verdad, Inés Arrimadas, una chica mona, me decepcionó. También me llamó la atención, y mucho, que gente joven y a la que se supone bien formada, sea capaz de perpetrar con desparpajo de metralleta en el hablar, un discurso tan antiguo y tan trillado como a estas alturas es el liberal.
Escuchándola habar me di cuenta de que uno de los problemas que tenemos en España es que todo el mundo se cree en posesión de la verdad, y de que los políticos en vez de ver las cosas con perspectiva y de enfocar los problemas con altura de miras, están ocupados en arrimar el ascua a su sardina.
Ante lo cual me pregunto, ¿un partido nuevo, en pleno siglo XXI, liberal y que aboga por no ver que la mitad de la gente de Cataluña está en contra del actual modelo de Estado, sirve para algo?
No sé, pero tengo la impresión de que no.
Claro que, al final y en un descuido, creí captar de lo que estaba hablando Inés Arrimadas y porque, por tanto, se expresaba así.
Llegado el turno de la anécdota y ya cerrando la entrevista dijo: “Puigdemont siempre dice que él de pequeño ya quería ser independentista, y ya puestos a hacer confesiones, yo digo que quería ser arqueóloga, pero…”
Conclusión:
Inés Arrimadas está en Ciudadanos porque le gusta la arqueología política.  
Sin embargo, lo de Eduardo Inda y su móvil me resultó absolutamente imposible de entender. Claro que el presentador del peinado imposible no lo debió ni ver ocupado como estaba mirando arrobado para Inés Arrimadas…, es tan mona.

Nota. Y otra cosa que cosita es, ¿y quién le dijo a toda esta peña que si se convocan elecciones en Cataluña no las ganan, otra vez,  los partidos independentistas?

Lo pregunto, porque ayer, Inés Arrimadas, dio por seguro lo contrario. 

Los gaiteros biempensantes



Resulta, cuando menos curioso, el “postureo” de algunas y algunos con respecto a la cuestión catalana.
Concretamente, hablo de todas esas personas, quiero imaginar que bien intencionadas, que estos días proclaman a los cuatro vientos la necesidad de una mediación para resolver el conflicto catalán.
¿Lo dirán en serio o es que realmente no han pensado bien la cuestión? Tan bien es posible que yo no los haya entendido bien. Todo es posible. Porque, ¿de verdad que a alguien se le puede ocurrir que entre un Estado y una Autonomía puede mediar un tercer Estado? ¿Acaso no han oído hablar de la no injerencia en los asuntos de otro? Además, ¿cómo se tomarían los ciudadanos españoles que vinieran los de Bruselas, los yanquis, El Vatiano o cualquier otro a meter las narices en nuestros asuntos?
En fin.
Y no se crean que son pocos los que proponen tal vía, y ni siquiera que dicen tonterías. Porque tonto es el que hace tonterías y los ciudadanos, siguiendo esa línea de pensamiento Forrest Gump, sólo tienen competencias para hacer tonterías en su ámbito personal. Para todo lo demás, ya tenemos “tontos” más cualificados incapaces de resolver el problema y viendo pasar el tiempo.
Pero, seamos serios, por favor que el tema ya de por sí es suficientemente complicado o ya lo han complicado lo suficiente como para que vengan los francotiradores de las opiniones (y que conste que me incluyo en dicho batallón) a ilustrarnos con extravagancias sobre cómo resolverían ellos el problema.
Además, una cosa es la opinión de bar (donde todo se resuelve en un minuto o en esa otra medida de tiempo que es un par de cañas) y otra muy distinta la realidad. Y lo cierto, si cierto hay algo, es que en el lío en que nos han metido las autoridades catalanes por hacer las cosas mal y a las bravas, y por no acatar las leyes que todos debemos cumplir, es que el resto de ciudadanos quedamos al albur del capricho de los mangantes que nos gobiernan.
Lo escribí el otro día, la madre de todas las batallas está en La Constitución. Si la próxima reforma que le hagan al cuento de hadas ese al que llaman pomposamente Ley de Leyes no se reconoce de forma explícita, clara y sin ambages el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos, este lío no habrá servido para nada y, por tanto, nuestra Democracia quedará prisionera de los intereses, a menudo espurios, de los mal gobernantes que tenemos.
Es un hecho, lo demás son juegos florales y ganas de seguir tocando la gaita. Y como me decía el otro día un amigo, con una frase que me impresionó por su rotundidad, sonoridad y claridad, la mejor forma de disfrutar de la gaita es con prismáticos.



La Constitución, la madre de todas las batallas.


Ayer el Psoe hizo saber por boca de su reelegido Secretario General, Pedro Sánchez, su disposición a sentarse y hablar con quien haga falta para reformar, y se supone que actualizar, la Ley de leyes.
C`s, al parecer, también se ha sumado al contubernio e incluso, rizando el rizo, dicen a todo aquel que los quiera oír, que ellos ya lo había propuesto antes.
Después, y para demostrar que ya todos ellos tienen un plan, compareció el todavía Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Parlamento español y aclaró que “ninguna Constitución del mundo reconoce el derecho de Autodeterminación de ningún pueblo”.
Y fin de la cita.
Por tanto, como a cualquier buen entendedor le sobran las palabras, a mí las palabras de Rajoy me sobran.
Me sobran en la misma medida que me sobran las buenas intenciones de Pedro Sánchez y las calaveradas de Albert Rivera.
Empiezan a vendernos humo, a cogérsela todos con papel de fumar y el objetivo sigue siendo el que siempre fue: que todo cambie para que todo siga igual.
Pero, ¿de verdad alguien se cree, a estas alturas, que este trío calavera va a hacer algo realmente atrevido y capaz de solucionar el problema planteado entre España y alguna de sus autonomías? ¿De verdad os lo creéis?
Yo, sinceramente, lo dudo mucho. Muchísimo. Es más, si tuviera que apostar, apostaría decididamente porque la reforma de la Constitución se hará sólo en aquellos puntos que afecten a cuestiones menores. Posiblemente, actuarán sobre la Monarquía, actualizando alguna disposición menor de rebote y que los efectos serán de índole cosmético, pero que no resolverán nada.
Sin embargo, ahí, en La Constitución, está la llave para la resolución de todos los problemas.
Otra cosa es que, C`s y Psoe aborden este problema de forma arrojada y valiente. Cosa que no harán. Y que no harán, por una simple razón, porque C`s se ha revelado, a raíz de la crisis catalana, como el brazo armado del Pp, siempre dispuesto a legitimar cualquier disparate que les vaya a favor de obra, y porque el Psoe está en más de lo mismo e instalado en la entelequia del Federalismo.

Pese a todo, no lo duden, en La Constitución está la madre de todas las batallas, y sobre los partidos políticos recae la responsabilidad o la irresponsabilidad, ya veremos, de hacer de España una auténtica Democracia.

Sillicon Valley.



Este post bien lo podría empezar así:
Hagamos lo posible, porque de lo imposible ya se encargan en Sillicon Valley.
Y nada más cierto, porque son los yanquis, concretamente los emprendedores que trabajan allí, los que, no contentos con haber cambiado ya al mundo, ahora están empeñados en darle la vuelta como un calcetín.
Porque en España no existe la filantropía como tal, ni siquiera contabilizando las donaciones del dueño de Zara; y no existe porque si comparamos las donaciones realizadas por estos empresarios americanos, las hechas por sus homólogos españoles no pasan de óbolo de primera comunión.
Concretamente, Bill Gates, está obsesionado con seguir cambiando el mundo, porque no contento con lo ya hecho hasta ahora, ha dado una vuelta de tuerca y ha demostrado dos cosas: que todavía se pueden emprender nuevos caminos, y que los empresarios españoles (hablo de los exorbitantemente ricos) no se preocupan más que dejar sus patrimonios a sus herederos y de las desgravaciones fiscales que producen sus donaciones.
Sin más.
Sin embargo allí, le pese a quien le pese, trabajan sin prisa y sin descanso para seguir cambiando el mundo y hacerlo más habitable, y si para cambiarlo hace falta dinero, ellos lo tienen y a raudales y no escatiman.
Tan es así, que invierten dinero sin descanso en el estudio de la vejez, y en estudiar y poner en práctica mecanismos financieros suficientes para conseguir cierto alivio en el reparto de la riqueza en el mundo.
Allí son conscientes de que el mundo, tal como lo conocemos, no tiene sentido y que si continúan con la acumulación de dinero, les sale por las orejas, sólo conseguirán crear más desigualdad, más distancia entre ricos y pobres y por tanto más malestar.
Por ello, Bill Gates, ha montado una nueva empresa financiera con el objetivo de paliar dicha desigualdad. El objetivo es muy sencillo, redistribuir el 0,1 del dinero de los que más ganan entre el resto. Según ellos, esta redistribución afectaría positivamente en la mejora de un 20% de la economía mundial.
O sea, que sólo queda rezar e invocar al Dios Ojalá. Porque, Ojalá sucediera tal cosa.
Y lo mismo que, muchos no tenemos dudas, de que la lucha contra el envejecimiento llegará a buen puerto, y de que la población del futuro vivirá entre 140-150 años, quizás todavía más, también tenemos esperanzas de que a los más poderosos económicamente de este planeta les entre en la cabeza que más vale buscar un reparto más equilibrado que enfrentar una revolución que ponga en peligro todo el tinglado tal y como ahora lo conocemos.
Por tanto, yo no tengo duda: el mundo será mejor, las generaciones futuras vivirán muchos más años, porque habrá órganos a la carta y porque la medicina dará un salto cualitativo y cuantitativo, y sólo falta por añadir a esta ecuación el mecanismo financiero que dote a las personas de ciertas garantías monetarias con la que afrontar un futuro tan longevo como dichoso y como incierto.


La pela es la pela (la milonga catalana).

                                                                                                          Gloria López Fotografía

También podían haber empezado por ahí…
Porque, mi teoría principal, ese dicho tan popular entre los catalanes que dice que la pela es la pela es el argumento de peso que dinamita el procés.
Ni el discurso del Rey ni la inacción de Rajoy frente a sin razón consiguieron nada. Tuvieron que intervenir los capos del dinero para que a los mandamases del independentismo les entrara el tembleque en las piernas.
Quizás ahora mucha gente se empiece a dar cuenta de la cruda realidad y recapaciten y se den cuenta de que sin dinero, y por tanto sin poder pagar las nóminas ni tampoco recursos para atender a la ciudadanía, nada se puede hacer.
Y es que una cosa son los buenos propósitos y otra muy distinta las realidades. Una cosa es independizarse y otra distinta es ir a comer a comer y lavar la ropa a casa de papá y de mamá. La realidad es que no tienen dinero y que sin dinero no hay independencia.
Es hora de que hable la inteligencia y de que callen los iluminados. Es hora de la reconciliación y de hacer las cosas como se tienen que hacer.
Porque somos muchos los que apoyamos y defendemos el Derecho de Autodeterminación de los pueblos, al menos de todos los pueblos que lo demanden. Para eso no hace falta ser independentista, sólo se requiere ser demócrata. Pero, dicha una cosa es conveniente aclarar la contraria, y decir alto y claro que hay que hacer las cosas bien y no como las hicieron. El camino es hacerse más fuertes, crecer y no enrocarse en posturas inamovibles. Reclamar el cambio que se hace necesario en la Constitución, y que ésta facilite la celebración de referéndums legales y con garantías. La chapuza y la prisa son del todo innecesarias porque siempre son inconvenientes y no conducen a un buen fin.
Cataluña está en riesgo de perder parte de su patrimonio con la fuga de empresas, y si tenemos en cuenta que, simplemente, el déficit de las pensiones es de 4.000 millones de euro conviene que aclaren, entre otras muchas cosas, de dónde van a sacar el dinero para pagar las pensiones.
Además, Cataluña goza de un superávit comercial con respecto a España de 17.000 millones de euros. Un caso insólito en el panorama mundial. Alguien, viendo esta cifra exorbitada, debería aclarar en cuánto dinero evaluaría la eventualidad del costo de una independencia unilateral, ¿ o es que acaso esta gente se cree que no bajaría la venta de los productos catalanes en España?
Hacer política y contar mentiras no es de recibo por muy acostumbrados que estemos a que nos cuenten milongas. Pero hoy, tengo la impresión, de que el euro ha ganado la batalla a las porras, y que si bien es de esperar que las aguas vuelvan paulatinamente a su cauce, nada volverá a ser lo mismo.


El torero tuerto.



La verdad es que yo creo que la tauromaquia ya tiene suficientes detractores como para que venga un imbécil tuerto, que se dice torero y sin ninguna luz, pese a vestirse con un traje de luces, a hacerse el gracioso.
Y conste que si digo tuerto lo digo sin ánimo alguno de insultar, simplemente le llamo tuerto porque tuerto es esta suerte de morlaco con piernas  al que me refiero.
Eso, y también abundo, en que además ese torero tuerto concreto parece ser más tonto que Abundio.
Y para muestra ilustrativa de lo que escribo un botón:
¿A ustedes les parece normal que este señorito de fina estampa saque una bandera franquista y que se envuelva en ella para dar una vuelta al ruedo?
Pues, al parecer, al torero tuerto, sí. Le parece normal, y como cree que tiene derecho a hacerlo, pues va y lo hace imagino que invocando lo que invocan todos los que hacen gamberradas de este tipo, la libertad de expresión.
Lo malo, también, y conviene señalarlo, son aquellos que le ríen las gracias a este tipo de tontos, porque el nivel de contagio entre imbéciles parece ser altamente contagioso
También malo es que, después a estos mismos señoritos, él y todos los de su calaña, se les llene la boca hablando de Democracia y de otras lindezas que, ni saben de qué va ni les importa lo más mínimo.  
Así que, un poquito de sentido común. Bastantes tonterías soportamos últimamente como para, aún encima, ver en el colectivo de toreros tuertos y asesinos un estandarte o un símbolo de nada.
Hasta ahí podíamos llegar.  


Del bochornoso discurso del Rey


La última ocurrencia del gobierno de Rajoy para arreglar, ¿o fue para consolidar?, el maremágnum político en el que vivimos, fue dar el plácet al discurso del Rey.
Y ante tamaña desfachatez, porque sólo de desfachatez se puede tildar la ocurrencia, sólo cabe preguntarse, ¿y a este Rey, al que nadie eligió, quién le ha hecho creer que tiene autoridad suficiente para hablar de Democracia?
Estamos ante el colmo de los colmos, y ante el mayor de los esperpentos posiblemente de los últimos cuarenta años.
Para mayor abundamiento, y como no dan puntada sin hilo, también hay que hablar de la iconografía usada a tal fin.
Como fondo un cuadro, pintado por Mengs, de Carlos III, aquel Rey que abolió todas las lenguas que no fueran la castellana de su reino y que promulgó cédulas tan famosas como aquella que decía: “Ni gitanos ni murcianos ni gente de mal vivir quiero en mis ejércitos” O sea, un prodigio de Rey demócrata a la española. Y que, no contento, también sacó aquella otra que decía (transcribo literalmente):
Real cédula de Carlos III de 23 de mayo de 1768
(...) Para que en todo el Reyno se actúe y enseñe en lengua castellana. (...) y a este efecto derogo y anulo todas qualesquier resoluciones, o estilos, que haya en contrario, y esto mismo recomendará el mi Consejo a los Ordinarios Diocesanos, para que en sus Curias se actúe en lengua castellana.
Finalmente mando, que la enseñanza de primeras Letras, Latinidad y Retórica, se haga en lengua castellana generalmente, donde quiera que no se practique, cuidando de su cumplimiento las Audiencias y Justicias respectivas.

Así que, por si aún no lo teniaís claro, ahí tenéis la demostración, más que fehaciente, de que estamos cayendo en un pozo sin fondo, y de que en vez de defender la Democracia con más Democracia, están optando todos por romperse el brazo en un pulso estéril.
Por cierto, ¿cuándo se deslocalice la Monarquía a este chico dónde le domicilian la nómina, en Andorra, en Suiza o acaso en otro paraíso fiscal más del gusto de estas ladillas?



La mariconada de Rajoy



Estoy tan seguro que Mariano Rajoy no es homosexual como de que el pasado domingo consintió una mariconada. Y quien quiera ver en mariconada un insulto, que sepa que yo sólo veo una forma de expresión. En este caso descriptiva, no de persona, pero sí de situación. Porque nadie, incluso a esos personajes que no les parece una mariconada lo del pasado domingo, puede estar contento con la catástrofe con piernas que tenemos por presidente.
¿A quién se le ocurre mandar 10.000 hijos de Piolín a brear a porrazos al personal, a la mitad de la población?
Cuidado que a la violencia la carga el diablo, pandilla de demócratas.
No sé vosotros, pero yo a veces incluso creo que Mariano Rajoy es independentista. Y lo repito alto, claro y deletreándolo INDEPENDENTISTA.
Lo digo, entre otras cosas, porque gracias a él las ideas nacionalistas han rebrotado en los últimos años con una fuerza inusitada, y donde antes había un páramo ahora hay un vergel.
Es más, también lo digo porque yo, que nunca fui nacionalista, ni nunca sufrí de esas veleidades, me estoy replanteando el tema.
Y es que, si este hombre consiente mariconadas (insisto, expresión descriptiva de hechos, en este caso no referido a persona alguna) y defiende a porrazos su idea nacionalista de España en vez de proponer algo o sentarse con alguien a negociar lo que haya que negociar, es que, quizás, los nacionalistas puedan llevar razón.
Mariano Rajoy, al menos, está convencido de llevar razón cuando defiende el nacionalismo español y la unidad de España a ultranza.
¡Olé, que rule una de castañuelas!, e insiste.
En mi caso, cuando hablo de hacerme nacionalista lo hago de forma retórica, llevo demasiado tiempo pensando una cosa como para que ahora me cunda pensar otra y pasarme al lado oscuro de la fuerza. Por tanto, no, no me haré nacionalista. Aunque, bien sabe Dios que en viendo a este bobo y a la caterva de imbéciles que le asesoran (se supone que las mejores cabezas del país), a uno casi le entran ganas de pedir la doble nacionalidad:
Gallega-catalana…, y de paso me pido la pensión que le pagan a Felipe a Aznar o al Zapatero por no hacer nada, y sentarse en Consejos de Administración a perpetrar prevaricaciones legalizadas por ellos y para ellos.
Porque, ¿estos nacionalistas españoles tienen algún tipo de incompatibilidad, o por el contrario pueden cobrar pensión por jubilado, por ser ex y por trabajar al tiempo? ¡Qué prodigio! ¿Y Los nacionalistas catalanes no hacen lo mismo? Y la gente, nacionalistas todos, aplaudiendo con las orejas. Y digo yo, ¿y no les pagamos también los guardaespaldas, la oficina y los viajes al sitio que quieran y con quien quieran? Tengo entendido que sí, ellos se autorizan a sí mismos. Y, ¿pasa algo o alguien se escandaliza? Tengo la impresión de que no, que los un lado están ocupados con lo de Puigdemont y los del otro con lo de Rajoy. Por cierto, y sin que venga a cuento de nada (al parecer tanto para los unos como para los otros esto es nada) ¿Sabéis algo algo de los Pujolitos y de los Ratos de la vida?
Pues eso, yo tampoco. Así que…
…¡Quiero ser catalán!, si Kennedy se declaró berlinés qué daño hago yo a nadie proclamándome catalán. Porque lo de ser gallego me temo que va incrustado en el ADN. Además, y ahora que lo pienso, allí quieren lo que  yo quiero para toda España: República.
Y lo cachondo del caso, es que la República la proclamarán los el Pp nacionalista catalán, lo que antes era Convergencia y que ahora creo que se llama Trincones con Barretina, el ERC, partido que milita en el independentismo desde los 90 y el 8% de entusiastas estalinistas que hay en cualquier buena sociedad europea que se precie.
Además, si como gallego-catalán me libro de ver atrocidades como Eurovisión, no sé… me lo pienso.
Claro que si los españoles recapacitan, y envían a Mariano Rajoy a Eurovisión me lo replanteo todo, otra vez, y vuelvo al redil. Al fin y al cabo, nuestro presidente se ha ganado el puesto de cantante a pulso:
Es más, es el mayor cantamañanas de Europa, y encima se adorna de babilla al hablar. No me negaréis que con él en Eurovisión arrasaríamos




Póker de tahúres.


Cada vez tengo más claro que los partidos políticos, por regla general, no están a la altura de los ciudadanos. Son peores. Al menos en España, y en estos momentos, la evidencia resulta palmaria, al menos para mí.
Y si no miren lo que pasa en estos momentos y lo que proponen los unos y los otros para salir de este embrollo en el que nos ha metido ese hombre sagaz y rebosante de sentido común que es el presidente Rajoy.
La verdad, también he de decirlo, yo del Pp nada espero. El Partido Popular es un partido creado por siete ministros de Franco y que todavía cuarenta años después desprende tufo a naftalina, cuando no a rancio y revenido. Pese a todo es líder indiscutible en el hit parade de la política nacional, y cuanta con un electorado fiel y mohoso a su imagen y semejanza. Si por este partido y por sus votantes fuera, en España todavía estaríamos hablando de los Reyes Católicos. Y disculpen la crudeza, pero es así. Lo miren como lo miren y lo cojan por donde lo cojan.
Después viene, al menos en intención de voto, el Psoe. En él, en dicho partido, tuvimos muchísimos españoles depositadas nuestra confianza. Y si bien al principio bien, rápidamente se les empezó a ver el plumero. Y así hasta llegar a nuestros días, en los que tengo la impresión de que el Psoe es un partido agotado o cuando menos sumido en la esquizofrenia política. Sí, pero no, y así con todo. Se dicen socialistas y se muestran socialdemócratas. Son republicanos y aceptan Rey como animal de compañía. Enseñan la O de obrero y se sientas en Consejos de Administración. Se proclaman izquierda y pactan con la derecha. En definitiva, el actual Psoe es un partido que nada entre lo bipolar y lo desnortado. Tiene días.
Cuando apareció Podemos y el resto de confluencias en esta película, no fuimos pocos los que tuvimos un espejismo. Agua, ahí hay agua. Y al final, nada. Un espejismo que se diluye, cada vez más, como un azucarillo en agua.
Para mí, su prima donna perdió totalmente los papeles y la credibilidad el día que se reunió con Felipe VI, y fue casi al principio de la película, antes de que el león Puidemont, bramara en los créditos. No daba crédito de ver tal cosa. Va el infante de la izquierda, la que parece más izquierda, y se reúne con el recién ascendido de infante a Rey. Y encima le hace un regalo: unos cuantos videos de Juego de Tronos. ¡Qué gracioso! Y, disculpen, pero si fuera religioso, que para ser agnóstico tengo un ramalazo, diría que tuve una revelación: ¿y qué hace un hombre que se dice de izquierdas reuniéndose con el hijo del heredero de Franco, y él subrogado en el cargo de Jefe de Estado como si España fuera un piso de renta antigua, y regalándole unos vídeos? Está de coña o qué.
Claro que después, y para cerrar este yermo campo político, también tenemos a los de Ciudadanos. Un partido que se dice nuevo, creado por el gran capital con un solo objetivo: hacer de espejo del Pp y cubrir ese nicho de mercado que son las segundas marcas. La derecha queda así completadas en todos sus ámbitos. De la derecha más rancia y franquistas, a la supuestamente modernita y liberal. Barra libre de merluzos del pensamiento y profusión de líderes dispuestos a mostrarnos la senda de La Caverna.
Y así, entre todos estos gaznápiros que se dedican a la política como forma de ilustrarnos de la bondad de las ladillas como animales de compañía, anda montado el guirigay.
Claro que también, y a lo mejor, estoy exagerando y ustedes perciben a estos cenutrios de una manera más benévola. Pudiera ser, pero lo cierto es que las crisis siempre las acaban pagando los que menos tienen y que los que más tienen siempre salen bien librados gracias a toda esta piara.




¡Rajoy, por España, lárgate!


Es increíble la cerrazón de algunos.
He expresado por activa y por pasiva que no estaba de acuerdo con la formulación del referéndum que se celebró ayer en Cataluña.
Sin embargo, eso no quiere decir que no sea pro referéndum.
Creo que el camino es otro, y considero que con el actual porcentaje de ciudadanos que hoy en día desean expresar su opinión, y por tanto, elegir un modelo de sociedad en el que vivir, hay más que suficientes.
Hablamos de prácticamente la mitad de la población que, para mayor abundancia, está representada por mayoría absoluta en el Parlament.
(Incoherencias de la Ley de D`Hont actualmente en vigor y que tanto daño hace).
También conviene resaltar la inacción que Rajoy, y por extensión el Gobierno de España, ha tenido en esta cuestión. Tan es así, que la fría estadística señala que, en apenas cinco años, los independentistas han pasado de ser minoría a mayoría. Ante lo cual tampoco estaría de más que los Unionistas se preguntaran qué ha hecho su líder, Mariano Rajoy, en este tiempo. Me refiero a que ha hecho aparte de exhibirse paseando de esa forma tan rídicula como lo hace (pobriño, que decimos algunos en Galicia, da peniña).
¿Quizá mantener en su puesto, durante años, al ministro más denostado de todos los tiempos, Wert, el mismo que decía que había que “españolizar” a los niños catalanes y perpetrar vídeos patrióticos del tenor del “Hispanofobia”?
Sí señor, a eso se le llama esperar a que escampe. Con un par.
Sin embargo, los seguidores de Rajoy están contentos con este gestor que presume de eficiencia.
Y ya saben, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.  
Así que, por favor, que alguien nos rescate de este hombre de una vez. Les aseguro que en la empresa privada, y en un cargo intermedio, presentando esos resultados tan funestos, no duraría ni siquiera un par de temporadas.
Así que, ya está bien de ver como héroe y paladín aquello que sólo es idiotez e inmovilismo.
Y encima alardean de sensatos.


De la desafección a la bandera.



El que nunca se quiere enterar de nada, y que tampoco quiere entender a quién le explica las cosas, no puede comprender, ni por asomo, el porqué de que en España haya tantos ciudadanos que profesan desafección a la bandera.
Esas personas, las que se niega a entender nada que no surja de ellos mismos o de los líderes corruptos que idolatran, son incapaces de darse cuenta de que la desafección que muchos sentimos por la actual bandera de España viene dada, entre otras cosas, por motivos históricos.
Pues bien, el facherío (y lo escribo consciente de que quizá esté exagerando en algunos casos) da por bueno lo impuesto, y reverencian una bandera, para mí y para muchos, ilegítima.
Y explicaré porque digo ilegítima:
Desde 1843, época de Isabel II, (fecha de la primera bandera porque la de Carlos III no era nacional) a nuestros días la bandera de España cambió cinco veces de formato.
En la I República se sacó el escudo que la adornaba y se mantuvieron los colores.
En la II República se añadió el color morado y los escudos de los reinos de Navarra, Aragón y Granada.
Tras la Guerra Civil, con Franco, se incluyó el águila de San Juan en honor a los Reyes Católicos.
Y en 1981, ya en esta actual democracia, se mantuvo casi igual que en la República, se añadió el emblema de la Casa Borbón y se quitó el morado.
Y ahí viene, desde mi punto de vista, la desafección a la bandera de muchos ciudadanos entre los que me encuentro.
La bandera no es legítima, y no lo es por una simple razón.
Para explicarlo de la forma más sencilla voy a poner un ejemplo del que podría ser víctima cualquiera:
Usted imagínese que sufre un robo y que después se encuentra lo robado. ¿Qué sería lo legítimo, devolverle a usted lo que le han robado o dárselo a otro?
Pues eso, los españoles sufrimos un robo, nos robaron el país durante 40 años, y nuestra bandera nacional también fue usurpada por Franco.
Después, a la hora de la muerte del dictador, por una componenda, porque convenía hacerlo así por el inmenso miedo al poder que tenía el Ejército entonces, ni se restauró la República, ni la bandera de España retornó a la legitimidad.
Al contrario, pusieron de Jefe de Estado al heredero del dictador, y no contentos actualizaron ese logo llamado bandera cambiando el águila por el emblema de la Casa de los Borbones.
Para ello, previamente, y para darse cobertura, habían creado una legalidad paralela, pero no legítima, llamada Constitución, y para bendecir todo el invento, los demócratas de entonces aceptaron Rey como animal de compañía.  
¡Qué desfachatez!
Pues, no. A los Borbones no los eligió nadie. Ni antes, ni ahora, ni todavía después. Y ya va siendo hora de que los españoles recuperemos nuestra bandera y nuestro patrimonio político.
Y no sirve como excusa invocar a la Constitución, ni llamar sacrosanta a una Ley, porque, ni yo, próximo a cumplir los 60 años, ni la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país votamos ese engendro (antes la mayoría de edad era a los 21).
Así que creo que, después de 40 años las razones que motivaron “tragar” con una Monarquía impuesta por un dictador han cambiado radicalmente, y si no fuera porque tenemos unos dirigentes tan “demócratas” como pusilánimes, así hubiera sucedido. Pero, como el Pp es fiel heredero de Franco y como el Psoe vive instalado cómodamente en la esquizofrenia de ser republicano y monárquico al tiempo, ahí andamos.
Lo malo, me temo, es que mis palabras caerán en saco roto, y que serán pasto de difamación cuando no de insulto por parte de los que, al parecer, gustan de ser robados. Por tanto, seguimos instalados en el despropósito habitual y es obligado recordar aquí y ahora aquel refrán que dice: no hay peor sordo que el que no quiere oír.
Lo malo es que en España los sordos andan en manada.
NOTA:
1.      Aclaro y amplío, cuando empleo un término tan peyorativo y asqueroso como “facherío” lo hago, aparte de conscientemente, refiriéndome a los que unen la bandera de España con exaltaciones trasnochadas (cánticos, saludo fascista y demás parafernalia franquista), y que para todos los demás, los que emplean la bandera como símbolo de unidad, reclamo el mismo respeto que reclamo para los que pensamos lo contrario.
2.      También considero que la bandera de la II República tendría que ser sometida a actualización y quedarse en tricolor eliminando las coronas que la adornaban por anacrónicas.

Quede claro, pues.