Guardemos, pues, el
debido respeto y así, todos unidos, recemos por su alma, que el 155 les
acompañe y que de la esquizofrenia nos libre Dios a los demás.
Porque, claro, de un
partido que lleva en sus siglas la O de obrero, la S de socialista y la E de
español, y que además es constitucionalista y monárquico al tiempo, ¿qué se
podía esperar? Pues eso, manga ancha con quien practica el nacional socialismo
de Estado y garrota y tentetieso con aquellos que reivindican el derecho a
tener Estado propio.
Un dislate, hay que
decirlo, el 155 es un auténtico disparate. Porque aunque pueda ser cierto que para
dislate el catalán, tampoco es menos cierto que la respuesta del Estado y de
los mamporreros del mismo ni le pondrá fin ni acabará con él. Entonces, ¿para
qué?
Y es que la cosa no se
arregla ni aceptando lo peor, ni tan siquiera convocando elecciones. Además, lo
preguntaba ayer en una pregunta abierta que formulé en Facebook, ¿y qué harán
si los partidos independentistas vuelven a ganar las elecciones en Cataluña,
las volverán a repetir hasta que salga lo que ellos quieran? ¿O harán que nos
traguemos una sardana en alguno de esos premios con los que el Estado corrompe
a los de su cuerda o tal vez propondrán directamente el bombardeo, como ya hizo
el ídolo que para ellos fue Franco, de todo el territorio catalán?
Y es que, pese a que se
sabe que las mandangas con pan se llevan mejor, el batallón de autoridades que
nos rodean están empeñados en que retornemos a la miseria, y así todos juntos
en amor y compañía, deslocalizaremos ese conato de democracia a la española.
Posiblemente, y dado que somos proclives a la gola y al espadón, volverán las
oscuras golondrinas de nuestros balcones a colgar banderas como penachos. Y
así, juntos de la mano, todos podremos otra vez cantar aquella triste canción
que parecía descatalogada y que decía: que buenos son los cuerpos represivos,
que buenos son que nos llevan de excursión.
Sí, porque el Imserso
no volverá a viajar a Cataluña. Sí, porque 10.000 piolines velan por la
seguridad del Estado español en prevención de violaciones. Sí, porque los
catalanes son muy de mini falda y por tanto unos provocadores que a pulso se
ganan vejaciones. Sí, porque en el reino de Preparado, hijo de Emérito
Campechano y nieto de un general superlativo, jamás se pone el sol. Sí, porque
el sol es un muermo y no sale de noche. Sí, por lo que sea. Que argumentos hay
para dar y tomar, y sino ahí está la otra vía con la machacar: el 155
La insensatez de los
sensatos facilita la intervención de los medios de comunicación públicos
catalanes por las mismas razones que se podrían intervenir los del resto del Estado
español, y el control de los antes mossos de cuadra que ahora por malos mozos
son tenidos, sólo es guinda y colofón.
Entre funcionarios anda
la pelea, y en el medio, justo en el medio y medio, estamos todos los demás
viendo pasar al tiempo y esperando a que, si es posible, la Democracia sea
auténtica Democracia y se autorice a votar, con rigor y garantía suficiente, a
todo aquel que quiera hacerlo.
Faltaría más, hasta ahí
podríamos llegar. Pues nada, ni eso. Y es que, cuando la urna se llena de votos
independentista es síntoma inequívoco de que la sensatez de los sensatos
insensatez es, y por tanto, nada mejor, que aplicar el artículo 155. Máxime si
en su nombre ya se intuye una rima muy del gusto del macho man español e
ibérico de sus partes.
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