También podían haber
empezado por ahí…
Porque, mi teoría
principal, ese dicho tan popular entre los catalanes que dice que la pela es la pela es el argumento de
peso que dinamita el procés.
Ni el discurso del Rey
ni la inacción de Rajoy frente a sin razón consiguieron nada. Tuvieron que
intervenir los capos del dinero para que a los mandamases del independentismo
les entrara el tembleque en las piernas.
Quizás ahora mucha
gente se empiece a dar cuenta de la cruda realidad y recapaciten y se den
cuenta de que sin dinero, y por tanto sin poder pagar las nóminas ni tampoco
recursos para atender a la ciudadanía, nada se puede hacer.
Y es que una cosa son
los buenos propósitos y otra muy distinta las realidades. Una cosa es
independizarse y otra distinta es ir a comer a comer y lavar la ropa a casa de
papá y de mamá. La realidad es que no tienen dinero y que sin dinero no hay
independencia.
Es hora de que hable la
inteligencia y de que callen los iluminados. Es hora de la reconciliación y de
hacer las cosas como se tienen que hacer.
Porque somos muchos los
que apoyamos y defendemos el Derecho de Autodeterminación de los pueblos, al
menos de todos los pueblos que lo demanden. Para eso no hace falta ser
independentista, sólo se requiere ser demócrata. Pero, dicha una cosa es
conveniente aclarar la contraria, y decir alto y claro que hay que hacer las
cosas bien y no como las hicieron. El camino es hacerse más fuertes, crecer y
no enrocarse en posturas inamovibles. Reclamar el cambio que se hace necesario
en la Constitución, y que ésta facilite la celebración de referéndums legales y
con garantías. La chapuza y la prisa son del todo innecesarias porque siempre
son inconvenientes y no conducen a un buen fin.
Cataluña está en riesgo
de perder parte de su patrimonio con la fuga de empresas, y si tenemos en
cuenta que, simplemente, el déficit de las pensiones es de 4.000 millones de
euro conviene que aclaren, entre otras muchas cosas, de dónde van a sacar el dinero
para pagar las pensiones.
Además, Cataluña goza
de un superávit comercial con respecto a España de 17.000 millones de euros. Un
caso insólito en el panorama mundial. Alguien, viendo esta cifra exorbitada,
debería aclarar en cuánto dinero evaluaría la eventualidad del costo de una
independencia unilateral, ¿ o es que acaso esta gente se cree que no bajaría la
venta de los productos catalanes en España?
Hacer política y contar
mentiras no es de recibo por muy acostumbrados que estemos a que nos cuenten
milongas. Pero hoy, tengo la impresión, de que el euro ha ganado la batalla a
las porras, y que si bien es de esperar que las aguas vuelvan paulatinamente a su
cauce, nada volverá a ser lo mismo.
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